viernes, 21 de agosto de 2009

La situación económica de los migrantes en Sudáfrica



Un nuevo estudio sobre las necesidades y vulnerabilidades de los migrantes indocumentados en Limpopo, provincia más septentrional de Sudáfrica, pone de relieve la necesidad de contar con ayuda humanitaria de manera urgente para grupos especialmente vulnerables.

Este estudio, basado en evaluaciones sobre el terreno realizadas por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) entre febrero y marzo de 2009 en la ciudad septentrional de Musina y en sus alrededores, señala la desesperación económica y la falta de opciones como principales causas de la migración de decenas de miles de personas que realizan arriesgados viajes, cruzando peligrosas zonas fronterizas, saltando o arrastrándose por debajo de cercas, atravesando el río Limpopo, y recurriendo a intermediarios sin escrúpulos que, con frecuencia, abusan de ellos.

Subraya también que muchos migrantes, sobre todo los menores no acompañados y las mujeres, deben hacer frente a la crueldad y la violencia de género infligida por traficantes, quienes actúan con total impunidad y sin prácticamente ningún tipo de miedo a las represalias de las autoridades.Dentro del marco del estudio, la OIM entrevistó a 214 menores no acompañados, el 75% de los cuales eran de sexo masculino.

Las investigaciones indican que dentro de los principales factores que empujan a los menores a migrar se encuentran la reunificación o la desintegración familiar. Un 18% afirma haber sido víctima de la violencia o robos durante el viaje y presentaban síntomas de traumas psicológicos graves debido a las horribles experiencias sufridas durante el proceso de migración.

En el informe se detalla la historia de algunos migrantes heridos al intentar pasar a Sudáfrica deslizándose por debajo de alambradas así como de una mujer víctima de múltiples agresiones sexuales. En la mayoría de los casos, las víctimas afirman desconocer la existencia de instalaciones sanitarias o simplemente expresan su deseo de continuar el viaje hasta Johannesburgo sin ningún tipo de alto en el camino.

Según el estudio, un 84% de las 1.128 personas que participaron en él citan razones económicas o la falta de oportunidades laborales como las razones para abandonar sus hogares mientras que un 6% explicó haberlo hecho movido por el miedo a sufrir persecuciones políticas, religiosas o étnicas.Muchos de los participantes, sobre todo comerciantes transfronterizos y trabajadores agropecuarios, afirmaron haber viajado de Zimbabwe a Sudáfrica en numerosas ocasiones.

Tal y como muestra el estudio, los migrantes continúan teniendo dificultades a la hora de encontrar un empleo bien remunerado y que merezca la pena en Sudáfrica. En total, el 55% de los participantes afirmó recibir algún tipo de ingreso, aunque la mayoría ganaba menos de 1.000 rand (130 dólares) mensuales.

Las remesas siguen siendo la fuerza impulsora de los migrantes a la hora de decidir emprender el viaje hacia Sudáfrica, ya que, como afirma la mayoría de los encuestados, cuatro o más personas dependen del dinero que envían a sus hogares. Estas remesas son utilizadas mayoritariamente en la compra de alimentos.De todos los encuestados, los trabajadores agropecuarios presentaban los niveles de ganancias y de remesas más elevados y un 94% de ellos estaba en posesión de un permiso de trabajo. Sin embargo, un gran número de ellos seguía viajando de manera clandestina hacia y desde el país, elevándose a un 45% el número de personas que accedían a Sudáfrica desde el mismo puesto fronterizo.

“La perspectiva social es mínima para los migrantes indocumentados que llegan a Sudáfrica”, explica Yukiko Kumashiro, de la OIM. “Muchos viven, literalmente, en condiciones precarias y dependen de la ayuda de ONG o de buenos samaritanos para poder mantener a sus familias.”

Musina, a 11 kilómetros de la frontera con Zimbabue, ha vivido un flujo de migrantes y solicitantes de asilo, en su mayoría zimbabwenses, que atraviesan la provincia de Limpopo con el objetivo de llegar a ciudades como Johannesburgo.

El estudio aconseja la creación de servicios de orientación y apoyo psicopedagógico para aquellos migrantes víctimas de la violencia y de traumas sufridos durante el proceso de migración, especialmente entre el colectivo de mujeres y de menores no acompañados. Tales servicios deberían ampliarse y abarcar desde la ciudad de Musina hasta Makhado, alcanzando igualmente las granjas privadas que emplean a un importante número de migrantes.Asimismo, debería reforzarse la reunificación familiar de los menores no acompañados en Sudáfrica y Zimbabue.

La OIM presta ayuda humanitaria a los migrantes zimbabwenses en la provincia de Limpopo, centrándose en aquellos que carecen de documentos; comerciantes transfronterizos; menores no acompañados; víctimas de la trata de personas, de la violencia sexual y de género; así como en los trabajadores migrantes en granjas comerciales y minas.

Esta ayuda consiste en la provisión de alimentos y de artículos no alimentarios, asesoramiento legal, búsqueda de familiares y servicios de reunificación. Igualmente, la OIM lleva a cabo actividades de concienciación sobre la migración segura y colabora para ofrecer refugio a los migrantes.El estudio ha sido financiado por la Oficina de Población, Refugiados y Migraciones (PRM) del Departamento de Estado de Estados Unidos.



Por staff writer
© afrol News

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