jueves, 3 de septiembre de 2009

Alemania: Los barones de la CDU presionan a Merkel para que lidere la campaña



La canciller alemana, Angela Merkel, se defendió ayer de las críticas a su campaña electoral tras el serio revés sufrido en los comicios celebrados el domingo en tres Estados. En una conferencia de prensa en Berlín, Merkel insistió en que la Unión Demócrata Cristiana (CDU) mantendrá su estrategia para las generales del 27 de septiembre.

El domingo, los democristianos perdieron respectivamente 13 y 12 puntos en las elecciones regionales de Sarre y Turingia. En ambos Estados gobernaban los democristianos con mayoría absoluta. Ahora, pueden perder ambos Gobiernos.

Tras una reunión con otros dirigentes del partido en Berlín, Merkel aseguró tener "del todo claro que no hay por qué cambiar la estrategia". La CDU sólo pudo mantener sus resultados de 2004 en el Estado federado de Sajonia, donde es probable que pacte con los liberales del FDP para formar Gobierno. La CDU aspira a una coalición similar en Berlín para expulsar de su Gobierno al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) en las elecciones generales del 27 de septiembre.

En la mañana de ayer, algunos barones regionales democristianos habían puesto en entredicho la "contención" de Merkel, clara favorita en las encuestas, en la campaña. Horst Seehofer, primer ministro bávaro y jefe del partido hermano (CSU) en esa región, pidió a Merkel que presente un "perfil claro de los contenidos" democristianos. El primer ministro de Hesse, Roland Koch, aseguró que el resultado de Sarre y Turingia fue el "toque de diana" para la campaña de su partido.

Las críticas internas parecen resbalar sobre "la canciller de teflón", como la calificó el diario Süddeutsche Zeitung, igual que le resbalan las críticas de los partidos rivales. En la misma línea de contención que ha mantenido durante toda la campaña, Merkel aseguró: "No pensaré en trincheras políticas ni seré más agresiva, sino que daré prioridad a los argumentos".

Respecto al auge del nuevo partido La Izquierda, que aumentó espectacularmente sus apoyos en Sarre y se consolidó como segunda fuerza política en Turingia y Sajonia, Merkel anunció que hará mayor énfasis en la justicia social. La canciller asistió a la conferencia de prensa escoltada por los candidatos democristianos de las elecciones del domingo. El sajón Stanislaw Tillich era la única cara alegre del grupo.

El mensaje principal de Merkel viene a ser que, quien quiera conservarla de canciller, debe votar a la CDU. Quizá conscientes de que Merkel es la gran baza del partido, las voces críticas han quedado de momento acalladas.

Mientras, el ministro de Exteriores y candidato socialdemócrata, Frank-Walter Steinmeier (SPD), habla de los "vientos favorables" para su partido. En todo caso, el éxito socialdemócrata del domingo fue haber frenado su caída libre. Por si los votantes "rechazan la coalición entre FDP y CDU", como celebra Steinmeier, Franz Müntefering, que preside su partido, ofrecía ayer una alternativa para Berlín: una coalición semáforo entre Verdes, socialdemócratas y liberales (cuyo color electoral es el amarillo) que llevaría a Steinmeier a la cancillería.

Nadie quiere hablar del escenario más probable si la CDU no alcanza una mayoría con el respaldo de los liberales en los comicios generales. No sería otro que una segunda parte de la gran coalición entre democristianos y socialdemócratas que gobierna actualmente. Muchos creen que éste sería, a fin de cuentas, el resultado que en secreto preferiría Merkel y el único al que aspiran los socialdemócratas.

Las encuestas dan una enorme ventaja a la CDU de Merkel para las elecciones del 27. Ésta se basa, sobre todo, en la popularidad de la canciller. Sin embargo, las mismas encuestas señalan que los democristianos han movilizado ya a casi todos sus votantes potenciales, mientras que el porcentaje de indecisos es del 25%. Los partidos de izquierda tendrían las mejores perspectivas para pescar en esas aguas.

Está por ver el desenlace de las negociaciones de Gobierno en Turingia y Sarre, y cómo influyen en las cuatro semanas que restan de campaña. En Turingia, los socialdemócratas aseguraron que no apoyarían al candidato de La Izquierda Bodo Ramelow. El jefe socialdemócrata en Sarre, Heiko Maas, ya había anunciado que aspira a formar un tripartito con La Izquierda y los Verdes.

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