martes, 22 de septiembre de 2009

Llamada desesperada de la ONU para salvar al mundo


«La ciencia lo demanda. La economía del mundo lo necesita. El futuro de las generaciones venideras descansa sobre vuestros hombros», apremió ayer el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, al centenar de líderes que acudieron a la cumbre del Cambio Climático.
Era una llamada desesperada para salvar al mundo.

Sólo quedan seis años para revertir el fenómeno del calentamiento global. Es imperativo que para el 2015 se haya limitado el aumento de la temperatura global a dos grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Desde 1970 los niveles de dióxido de carbono han aumentado el 80%. A este ritmo, el Ártico se quedará sin hielo en el 2030, y sólo con la capa que ya se ha fundido se ha elevado el nivel del mar 17 centímetros.

En algunas de las islas Maldivas están preparando ya la evacuación de toda su población. Por algo se ha convertido en el primer país del mundo en neutralizar por completo sus emisiones contaminantes. Las precipitaciones se han incrementado «significativamente» en el Este del continente americano, el norte de Europa y el norte de Asia, mientras que las sequías se extienden en el Mediterráneo, el sur de África y partes de Asia.

Obama, las manos atadas


Barack Obama recibió un caluroso aplauso en el hemiciclo, pero decepcionó por su falta de compromiso. El presidente tiene las manos atadas con una ley que el Senado no piensa abordar hasta el año que viene, y que dejará al país que emite casi un cuarto de las emisiones contaminante del mundo sin nada que ofrecer en la gran cita de diciembre.
Su única aportación ayer fue el reconocimiento «en nombre del pueblo americano y de su Gobierno» de la gravedad de la amenaza que supone el cambio climático, algo muy valorado después del escepticismo de Bush.

Obama esta vez quedó por debajo de China, el principal contaminante que saboteara el Tratado de Kyoto desde el principio. Su presidente Hu Jintao se vistió de gala para dirigirse por primera vez al mundo desde la sala de la Asamblea General, y trajo de regalo el compromiso de aumentar su consumo de energías no fósiles el 15% para el 2020. La oferta tenía trampa, porque encubre sus aspiraciones nucleares y no pone cifras al verdadero objetivo de reducir las emisiones. Para el gigante amarillo, eso será sólo un porcentaje «notable» por cada unidad que crezca su PIB.

En contraste, Europa demostró una vez más su liderazgo en este campo. La UE se ha comprometido unilateralmente a reducir sus emisiones un 20% para el 2015 con respecto a 1990, y está dispuesta a considerar el 30% si hubiera acuerdo internacional. Japón subió su oferta unilateral al 25%, el mejor anuncio de la jornada. Cifras que deberían a abochornar al EE. UU. de Obama, donde la ley aprobada por la Cámara de Representantes sólo establece el 17%. No parece que el presidente confíe siquiera en que esa cuota sea aceptada por el Senado, ya que no se atrevió a mencionarla.

No hay comentarios: