jueves, 8 de octubre de 2009

África comieza a preocuparse por el 'neocolonialismo a la china'


ADDIS ABEBA — El desembarco de China en África en los últimos años, recibido primero con entusiasmo, comienza a suscitar inquietudes entre los africanos, e incluso algunos expertos ya hablan del riesgo de un 'colonialismo a la china'.

"Hay que evitar que África salga de un neocolonialismo para caer en el neocolonialismo chino", declaró en ese sentido el director del departamento de Asuntos Económicos de la Unión Africana (UA), René N'Guetta Kouassi.

Este discurso contrasta con el entusiasmo que había presidido el primer Foro China-África en Pekín en 2000, cuando muchos dirigentes africanos vieron el surgimiento de la ayuda china como una forma de diversificar su financiamiento frente a países occidentales cada vez menos tolerantes ante la corrupción y el déficit democrático.

Ahora, los africanos critican en particular la falta de transferencia tecnológica, la mala calidad de los productos chinos y, sobre todo, el desequilibrio de los intercambios comerciales, ya que lo esencial de las importaciones chinas es el petróleo.

En un reciente informe, el Instituto sudafricano de Asuntos Internacionales, indicó que "la parte de África en los intercambios chinos sigue siendo mínima (un 4% en 2008, frente a un 2% en 2002)", pero el comercio bilateral "se ha casi multiplicado por nueve, pasando de 12.300 millones de dólares en 2002 a 107.000 millones en 2008".

"África es ahora el segundo proveedor de petróleo (un 26% en 2007) de China", precisa ese documento.

Sólo los países africanos productores de petróleo se benefician del desembarco chino: "África Occidental ha registrado de forma constante un balance comercial deficitario con China del orden del 80%", señaló un economista de Benín, Guillaume Mumuni.

En lo concerniente a las numerosas obras en construcción en África, "el dinero invertido no va a las economías domésticas", lamenta el investigador sudafricano Tsidiso Disenyana. "China lleva sus propios ingenieros y obreros. Debería haber cláusulas que garanticen un cierto nivel de transferencia de tecnología, de formación para los empleados locales", lanzó.

Por su lado, China se defiende indicando que cumplió la mayor parte de sus compromisos del primer Foro con África (anulación de la deuda, duplicación de la ayuda directa, exenciones aduaneras), como explicó el embajador chino en la UA, Gu Xiaojie. "Respetamos la soberanía de los países africanos para elegir su modo de desarrollo y nunca intervenimos en los asuntos internos, así como tampoco vinculamos la política con la ayuda a los gobiernos", agregó Gu.

Sin embargo, estos argumentos seductores no terminan de tranquilizar a los africanos. "Que China vaya adonde se encuentran los recursos que necesita es algo normal. Pero vemos un entusiasmo un poco plácido frente a la sed china en materias primas, olvidando que esos recursos no son inagotables", se lamentó el economista Guillaume Mumuni. "Los africanos debemos salir de ese tipo de sueño de una potencia, sólo benévola, que viene a buscarnos por nuestra belleza. Hoy se habla de China, pero mañana serán India o Brasil que llevarán a cabo ofensivas en África según el mismo esquema", concluyó.

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