viernes, 20 de mayo de 2011

Otro MADRID es posible: Uno sin Esperanza Aguirre; Articulo de Carla Antonelli


El último numero de La Revista Shangay -el Medio LGTB gratuito de mayor tirada y prestigio de Madrid- ya está en todos los locales de distribución de la Comunidad Autonómica. Ésta quincena la "Pluma invitada" es Carla Antonelli, candidata del PSM, y que será la primera mujer transexual diputada de España, con el siguiente artículo de opinión:

Otro Madrid posible: Uno sin Esperanza Aguirre

Podría comenzar de otra manera, pero lo haré con una idea muy clara: Otro Madrid es posible. Un Madrid sin Esperanza Aguirre. Llevamos dieciséis años de gobierno del PP en los que todo se ha estancado y nada pasa. Madrid es una foto en blanco y negro que amarillea por las esquinas a causa del paso del tiempo.

Más de medio millón de madrileños están sin trabajo, y su situación parece alegrar a la presidenta Aguirre, si con ello puede acusar a Zapatero y, de paso, tratar de sumar votos a costa de la tragedia de esas personas, que han de saber que las políticas de empleo son responsabilidad del Gobierno regional. El PP de Aguirre propone un sistema educativo que premia el integrismo religioso y la educación sexista, y que recorta año tras año las partidas para una educación pública e igualitaria. El PP de Aguirre defiende un modelo sanitario privatizado que convierte el derecho a la salud en un negocio para sus amigos. El PP de Aguirre menosprecia la diversidad cultural, sexual o étnica que enriquece nuestra Comunidad, e impone un modelo de televisión pública en la que se manipula la información de manera grosera. Lo demás son gestos y fotos oportunistas, como la visita de rigor -como siempre que está en campaña- de Aguirre al Centro de Atención LGTB de la capital. Sorprendente, cuando ni siquiera sabe diferenciar entre orientación sexual e identidad de género. Muchos despropósitos. Intransigencia, pensamiento único... Suficientes motivos para reaccionar, movilizarse y tomar partido.

Desde el 7 de febrero, cuando el Secretario General del Partido Socialista de Madrid, Tomás Gómez, dio a conocer su apuesta -valiente e inédita- de incorporarme a su candidatura, se ha cuestionado todo, hasta mi propia existencia. Quienes lo hicieron se encargaron poco después de demostrar cuánta necesidad aún queda de visibilización y normalización, cuando nos sorprendieron con aquel “chica, chico, chique” y cuando dijeron que “preferían a una persona con Síndrome de Down o un enfermo de SIDA que al Antonelli ese”. Nada más lejos de molestarme. Al contrario. El tono peyorativo de quienes difunden estos planteamientos -o los comparten- revela el clasismo y el desprecio con que se nos mira desde ciertos sectores ultraconservadores y radicales de la derecha madrileña y española. Se retratan solos.

Queda un largo camino por recorrer, a pesar de que muchos de quienes nos negaron el pan y la sal vienen ahora a decirnos que la normalización está en no reivindicar ni visibilizar nuestros logros, y mucho menos celebrar el Día del Orgullo el 28 de junio. Me llama la atención que se escriban o emitan informaciones sobre los kilos de basura que genera la fiesta del Orgullo, y se olvide que otras fiestas -como el Día de la Hispanidad, las Fallas, los Carnavales o la Semana Santa- provocan tanto o más ruido y basura. Cuando se repite año tras año, deja de ser una casualidad.

En un acto reciente sobre Enrique Tierno Galván en la sede del PSM, me fijé en un periódico enmarcado con una información sobre la primera mujer conductora de la EMT. Inevitablemente pensé que si aquello fue motivo de orgullo y de un titular de prensa -como lo fueron la noticia de la primera mujer policía, bombero, minera, o la de aquella mujer negra que ocupó un asiento solo para blancos en un autobús norteamericano-, cuál es entonces el motivo para no valorar el hecho de que, por primera vez, una mujer transexual sea representante de la ciudadanía en un Parlamento español. No nos engañemos, en el fondo lo que quieren es que sigamos “debajo de la piedra”, y que por ningún lado asomemos la cabeza. Tenemos que desenmascarar a aquellos que, con la bandera de una supuesta normalización, en realidad pretenden enviarnos otra vez a la caverna del oscurantismo y de la negación.

Lo grande de la democracia es que aquella niña de diecisiete años que huyó de su casa de Güímar con más miedo que vergüenza, que conoció esquinas durante su juventud en Canarias y se hizo adulta sobre los escenarios en la península, va a mirar a los ojos a Esperanza Aguirre, como diputada de la Asamblea de Madrid. Y va a mirarla de igual a igual, gracias al partido que más reformas sociales ha realizado en tan corto periodo de tiempo. Su compromiso con la igualdad ha dado como resultado que lesbianas, gays, transexuales y bisexuales hayamos visto muchos de nuestros derechos reconocidos por ley.

El PSM se compromete a promover una Ley Integral de Transexualidad y Contra la Discriminación, a potenciar la igualdad de trato y la no discriminación en todos aquellos aspectos relacionados con las personas mayores del ámbito LGTB, a la creación de tutorías de atención a la diversidad afectivo-sexual en institutos, a promover un plan contra el sexismo y la homo-transfobia en el contexto escolar y a que se considere la Semana del Orgullo como bien de interés cultural, entre otras propuestas de Gobierno.

El día 22 tenemos una cita con las urnas, para lograr otro Madrid, el del cambio progresista y necesario, después de dieciséis años en desesperante inmovilismo. Otro Madrid es posible.

Carla Antonelli

(Imagen inferior, manifestación; cuando Esperanzana Aguirre retiro las subvenciones a TODAS las ONNGs que que luchaban contra el Sida en Madrid, Si, parece increíble, pero retiró cualquier ayuda a todas ellas, y no se le movió un músculo de la cara, y no fue cosa del botox precisamente)

No hay comentarios: