domingo, 17 de julio de 2011

Presencia de África en pensamiento universal


Escrito por: DELIA BLANCO

Con motivo de la celebración mundial en este año 2011, de “Las herencias humanas y originarias del continente africano”, en Santo Domingo será celebrada la conferencia internacional “Presencia de África en el Caribe, Las Antillas y los Estados Unidos” que tendrá efecto del 18 al 20 de julio en FUNGLODE.

Hasta este momento tendremos en el país unos veinte expositores nacionales e internacionales que aportarán sus ideas y experiencias sobre este importante tema. Además, el evento nos aportará la elaboración de un video que contribuirá con la memoria histórica de la cultura africana, que conforman rasgos y elementos importantes de la cultura nacional.

También, el público asistente disfrutará de una presentación artística de la consagrada cantautora Xiomara Fortuna; de los congos de Villa Mella y otros grupos afines, coordinados por el investigador Dagoberto Tejeda. En estas manifestaciones culturales apreciaremos aspectos de la música africana presente en el ambiente folklórico nacional.

Todas las exposiciones presentadas en el evento, serán publicadas en un libro que se pondrá a circular después de la conferencia, y que será un gran aporte para las actuales y futuras generaciones.

La exhibición durante la conferencia de algunos capítulos de la serie documental “Black in Latín América” de profesor Louis Gates, de Harvard University, que actualmente se difunde con notable éxito en la televisión de Estados Unidos.

Nuestra participación en el evento, como antropóloga, crítica literaria, y especialista en artes visuales y del Caribe, la abordaremos desde nuestra experiencia generacional como egresada de La Universidad Sorbonne, donde debatimos el pensamiento de los maestros que sembraron la semilla de la africanidad en otros continentes.

Podemos decir que, la presencia de África en el Caribe, ganó sus espacio de reconocimiento y de integración en los procesos de las identidades nacionales después de acontecimientos políticos y sociales, que permitieron asumir a África como un continente integral, que, a partir de los años 50, del pasado siglo XX, lanzó sus voces y sus intelectuales en el concierto de la descolonización y de la búsqueda de construcción de movimientos nacionales, imponiendo un diálogo con el mundo de la post guerra, en el despertar de los países en vías de desarrollo.

En el Congo, colonizado por Bélgica, en Senegal, Malí y Camerún, colonizados por Francia, se levantaban las ideas libertadoras de Patricio Lumumba, Léopold Sedar Senghor, abriendo las dinámicas de las independencias.

Estos libertadores y negociadores de soberanías eran grandes intelectuales con pensamiento y formación académica que sorprenderían al mundo en el Primer Congreso de los Intelectuales y Artistas Negros, que se celebró en la Universidad de La Sorbonne, París, en 1956. Esta fecha marcó un giro fundamental en el pensamiento occidentalista y colonial, pues, entre los presentes citamos a: Aimé Césaire, Léopold Sédar Senghor, y, Jacques StéphenAlexis, es decir: un africano, un haitiano, y, un martiniqueño, quienes lanzarían al mundo un Primer Encuentro de un Diálogo del Caribe y de las Américas con África, desde la perspectiva del derecho de los pueblos a manifestar sus culturas su creatividad y sus identidades con conciencia de lucha contra el hegemonismo, el colonialismo y el racismo.

Podemos decir, que la afrodescendencia se puso en pie en la Universidad de La Sorbonne, en París, con un tono de unión entre occidentales conscientes como significó en el movimiento la presencia de Jean-Paul Sartre, y de la mayoría de los filósofos humanistas democráticos de aquellos años.

Ante todo, se trataba de aportar una reflexión compartida entre africanos, caribeños y afroamericanos, para entender las descolonización dentro de una perspectiva de diálogo, que evitara la violencia y las guerras de independencia. Aquí, se hizo un llamado claro y preciso al diálogo en la voz de Léopold Sédar Senghor y de Aimé Cesaire, quienes mantuvieron siempre una dinámica de intercambios y negociaciones con las metrópolis europeas. Ellos fueron los grandes pacificadores, los constructores de un diálogo incesante y de una diplomacia de entendimiento con el mundo occidental, sin perder el timón de sus reivindicaciones, ni sus convicciones de lucha por la igualdad y contra el racismo.

Gracias a Senghor y a Césaire, y a otros, como el poeta afro americano Hughes y el guyanés Damas, se trataba ante todo, de integrar a África en el campo de la libertad y de la soberanía, y de establecer un diálogo con los descendientes de las diversas diásporas de África en las Américas, y en el Caribe.

Este encuentro tuvo por trascendencia, el acercamiento de Haití con el pensamiento africano progresista, que logró condenar entonces, en la voz de Jacques Stephen Alexis la dictadura de Papa Doc, que se encaminaba hacia una conceptualización del “noirisme”, como un instrumento ideológico populista para imponer su autoritarismo dictatorial.

En este congreso, se puso de manifiesto el concepto de la “Negritude” como un valor universal que entraba según las palabras de Senghor, en el concierto de las civilizaciones universales.

Debemos considerar, que en ese momento, tanto Césaire como Senghor, y, Alexis, estaban en pleno apogeo y fecundidad de sus obras poéticas e históricas fundamentales, y que en el grupo Renaissance de Harlem, New York, en el Centre d Art de Haití, así como, en el grupo Aborigen de Cuba, circulaban las ideas éticas y estéticas de la negritude; que indiscutiblemente, desde el Caribe, en su diálogo con la poética senghoriana, abrían un nuevo pensamiento, de una estética que alimentó y sigue alimentando la creación literaria y visual de todo el Caribe- sin fronteras lingüísticas- pero, en muchos casos con unos esquemas de belleza y de creatividad que vienen de ese encuentro trascendente del pensamiento africano contemporáneo, con el pensamiento caribeño.

En Cuba, Lydia Cabrera, hizo un trabajo de investigación fundamental sobre la herencia de la religiosidad animista en la santería cubana, una investigación y un conocimiento ritual considerable, que la etnóloga publicó en su libro El Monte,(19549), re-editado en Cuba recientemente, y que significa ser una obra fundamental sobre los códigos ce las creencias populares. Sin ese acercamiento a la mística africana, que Cabrera dejó y aportó, muchos de los poetas cubanos contemporáneos y muchos creadores visuales, no hubiesen adentrado la fuerza del sincretismo que se inscribe en sus obras. Además, sin ese interés profundo por la fusión de la africanidad con la caribeinidad, tampoco Lydia Cabrera nos hubiese podido ofrecer la primera traducción al español de Cuadernos del retorno al país natal” de Aimé Césaire, en su edición excepcional cubana, con ilustraciones del maestro Wilfredo Lam.

Definitivamente, este congreso nos permitirá reflexionar nuevamente, estudiar y revisar la trascendencia del legado de África, continente de pensadores grandes y universales como Patricio Lumumba, como el presidente senegalés Léopold Sédar Senghor Sengor, así como de Nelson Mandela, el libertador de los ghettos y del apartheid. Todos estos hombres han sido y serán los integradores por una ciudadanía democrática, obviando color de la piel y criterios religiosos. De sus frutos en este continente, hemos tenido a Martin Luther King, quien al precio de su vida abre el camino de la convivencia cívica en Estados Unidos, y segura estamos de que también este legado permitió el primer presidente negro para esa nación: Barak Obama.

Trasladándonos a República Dominicana, como he dicho en muchas ocasiones, esta cita de la Afro-descendencia es una gran oportunidad de inventariar y retomar la riqueza de la multiculturalidad dominicana en sus matices afrocaribeños, que podemos visualizar en escritores, poetas e investigadores como Francisco Domínguez Charro, Aída Cartagena Portalatín, Manuel Rueda, Carlos Esteban Deive, Marcio Veloz Maggiolo, Norberto James, Mateo Morrison, Manuel del Cabral, Carlos Andujar, Soraya Aracena, y otros que se nos pueden escapar a la memoria. Estos dominicanos nos han donado obras que son verdaderas fuentes reveladoras de una ética y una estética africana envuelta en la dominicanidad.

No queremos concluir sin mencionar los creadores plásticos que han respondido al pensamiento de la afro descendencia, como Darío Suro, Jaime Colson, Ada Balcácel, Silvano Lora, Soucy Pellerano, entre otros de igual importancia por sus aportes.

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