jueves, 4 de agosto de 2011

Chile: El miedo a perder el año y otras viejas tácticas del terror


¿Es posible llegar a perder el año escolar si no se deponen las tomas? Probablemente... Pero, ¿Quién pierde más si ello ocurre? ¿Pagarán los costos sólo los estudiantes? Si sucediera, ¿Cómo explicaría el Gobierno a su sector la pérdida de 300.000 potenciales "clientes"?


Columna escrita por José Patricio Miranda en El Quinto Poder

Hemos visto, escuchado y sido testigos, desde un tiempo a esta parte, cómo desde el gobierno se deslizan las más astutas y vetustas estrategias para ningunear al movimiento estudiantil y apostar a su agotamiento. Se les ha acusado de ideologizados, no representativos, violentistas, extremistas (y todos los epítetos negativos que a usted se le ocurran), con tal de apostar al cansancio y el hastío de quienes marchan y se personalizan en las tomas, desviando la atención de los medios y de la opinión pública en hechos aislados que nada tienen que ver con las temáticas de fondo que día a día se discuten (haciendo ciudadanía y educación cívica, de paso), en cada uno de los establecimientos paralizados en el país, que hoy son más de 700 entre secundarios y universitarios.

La última y “novedosa” estratagema que ha salido a colación (que es más vieja que el hilo negro), es decir que si no se deponen las tomas y movilizaciones, se está en riesgo de perder el año académico.

Sólo una vez en la historia se ha finalizado el año escolar de forma anticipada. Esto ocurrió en Arkansas, Estados Unidos, al alero de uno de los hitos más importantes del movimiento por los derechos civiles del pueblo Afro-Americano. Corría el año 1954, y en pleno Apartheid la Corte Suprema declaró inconstitucional la segregación de escuelas públicas, prohibiendo la separación de colegios para gente blanca y colegios para gente de color. Esto quedó plasmado en la Carta de Educación de Topeka, que contraviene la decisión de 1896, donde el Estado permite y promueve la segregación.

Luego de la decisión de la Corte, la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACPpor sus siglas en inglés), intentó inscribir a estudiantes de color en colegios históricamente para blancos. Es así como un grupo de 9 estudiantes Afro-Americanos, denominados “Little Rock Nine”, ingresan a la Escuela Central de Little Rock, capital de Arkansas, hecho que generó una gran cantidad de protestas en contra de la medida.

Por esta razón, muchos segregacionistas aconsejaron bloquear el ingreso a la escuela de los estudiantes de color. Atendiendo a esto, el Gobernador Orval Faubus desplegó tropas de la Guardia Nacional de Arkansas el 4 de septiembre de 1957. La línea de soldados bloqueando el paso a los 9 estudiantes colmó los titulares y llevó a una polarización de la Nación. Posteriormente en 1958, y pasando a llevar todos los derechos constitucionales, Faubus ordenó el cierre de todos los colegios, lo que derivó en una escalada de violencia contra la gente de color.

Este hecho completamente autoritario, que implicó la pérdida del año escolar, es conocido históricamente como “The Lost Year”, o El Año Perdido.

Otro país donde se estuvo cerca de perder el año escolar fue en Irán (2009), donde se desarrollaronextensas manifestaciones en Teherán, impugnando la reelección del Presidente Mahmoud Ahmadinejad. Pero ni siquiera en un país como Irán, de sabida efervescencia social, se logró repetir el hito de Arkansas.

Sin duda que en Chile vivimos un momento histórico, donde la ciudadanía se ha tomado las calles para luchar por la democratización de nuestro país, pero ha sido a manos de los estudiantes que se ha levantado y mantenido esta lucha. ¿Qué se ha obtenido de parte del Gobierno? La típica respuesta de un Gobierno conservador, ofrecer con un poco más de plata, bajo el mismo modelo de desigualdad que favorece a unos pocos, cuando lo que apunta el movimiento estudiantil es a conseguir cambios fundamentales.

Por más de 2 meses y medio se han prolongado las tomas de más de 700 colegios y liceos a lo largo del país. Debido a esto, el Gobierno busca desesperadamente que las movilizaciones sean depuestas, amenazando a los estudiantes con la pérdida del año.

Sin embargo, muchas son las razones por las cuales esto no puede pasar más allá de un mero amedrentamiento hacia el movimiento estudiantil, otra táctica más de los “viejos zorros”.

1) El Gobierno no tiene la capacidad de aumentar el número de matrículas para primero medio “al doble” de aquí al próximo año

Bien es sabida la crisis en todo el país por la carencia de colegios y liceos. Tal como ocurre en nuestras cárceles, hay una evidente sobrepoblación de estudiantes en los colegios municipalizados, quienes incluso, en casos extremos, realizan sus clases en salas improvisadas y en condiciones paupérrimas. Según el último anuncio del Presidente en el Gran Acuerdo Social por la Educación, se construirán 30 nuevos colegios de excelencia, los que sumarán 60 a lo largo de Chile.

2) Los municipios tendrán una grave crisis económica por no recibir las subvenciones del gobierno

Por otro lado están los municipios. De ellos, sabemos que es un secreto a voces que no utilizan los dineros de la subvención (sistema de financiamiento aberrante que paga por asistencia de alumno)solamente en la educación, sino que muchas veces, estos dineros sirven para ser la caja chica. Es por eso que éstas se quedarían, evidentemente, sin recursos si el año se pierde. En base a eso, muchos municipios que se encuentran al borde de la quiebra y sólo se han sostenido gracias a los dineros de educación, tendrían serios riesgos de quebrar.

3) El Gobierno no podrá sostener que una generación completa de “clientes” no entre a las Universidades, que tanto lucro producen

El fin del lucro ha sido uno de los ejes centrales de las movilizaciones estudiantiles. Cada año son más de 50.000 los estudiantes que ingresan a universidades del CRUCH, cifra que se multiplica por 5 al contar las matriculas cursadas en Universidades Privadas, Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales. Claramente la pérdida del año escolar generaría un caos en los ingresos económicos, al no recibir a estos cerca de 300.000 estudiantes nuevos que se integran a los diferentes planteles.

4) La pérdida del año permitiría que los estudiantes no tuvieran motivo para deponer las tomas

Una vez que los estudiantes asuman la pérdida del año escolar, el Gobierno pierde absolutamente toda la presión que ejerce sobre ellos, permitiendo de esa forma que sigan protestando libremente. Esto hará que siga aumentando la crisis en La Moneda, lo cual claramente llevaría a un clima de violencia e ingobernabilidad insostenible.

Claramente todas las movilizaciones dejarán un gran saldo para los estudiantes y, sin duda, el proceso que se está viviendo se convertirá en el mayor proceso de aprendizaje en los últimos 30 o 40 años. Los contenidos formales de la educación inútil que se imparte en colegios y universidades, es posible incluso descargarlos desde internet. Pero por lo que han pasado estos meses, donde han tenido charlas con intelectuales que no frecuentan los planteles educacionales debido a que no son admitidos, es una experiencia de vida impagable. En estos meses han tenido una necesaria introducción en la vida cívica y política como nunca antes; han aprendido del conflicto, han logrado una gran reflexión política y han comprendido que la unión de la sociedad es la que llevará un triunfo a las reivindicaciones que buscan.

“Yo, por ejemplo, si necesitara derivar una ecuación, tendría que aprender cálculo de nuevo. Ya se me olvidó. Pero la experiencia de vida de manejarse en el conflicto, la apertura de mente que implica ver pasar delante de tus ojos diferentes puntos de vista que nunca puedes ver en la educación formal, es imborrable”, dice el economista Marcel Claude.

En los próximos días escrutaremos cómo se cumple el plazo para que se depongan las tomas. Tenemos un Gobierno intransigente que amedrenta a los estudiantes de forma inusitada para que se rompa elmovimiento social más grande en la historia de Chile, cuando por primera vez, la ciudadanía es la que avanza democráticamente hacia una nueva Constitución Política. Desde un inicio el Gobierno y la clase política se han visto desconcertados frente a las acciones de un movimiento que no legitima las estrechas normas de la democracia representativa. Hoy el movimiento social ha proscrito la legitimidad de los partidos para negociar sin los actores, cuestiona la lógica de un gobierno que ‘escucha’, pero no acata la voluntad popular, cuestión para lo que están mandatados.

Asistiremos a observar si nuestro Sr. Presidente es capaz de apoyar la pérdida del año escolar, y de paso, hacer que el movimiento alcance ribetes históricos a nivel mundial, poniéndose a la altura del movimiento de Arkansas, además teniendo que lidiar con la quiebra de Universidades y Municipios. Ciertamente es algo de lo cual La Moneda no se podría recuperar y es el motivo para creer firmemente, que el cierre anticipado del año escolar, no es más que una medida desesperada e impracticable, que no pasará más allá de sólo amenazas.

No puedo dejar de mencionar, que aún no pierdo la esperanza. Aún me queda una pequeña luz para creer y soñar, que siendo tan inteligente y astuto como es, nuestro mandatario sabrá darse cuenta de la magnitud del problema que tenemos.

Señor Presidente, usted tiene en sus manos la posibilidad de pasar a la historia como el “Hombre del Bicentenario” en Chile, un hombre que se la jugó por empezar a cambiar un país cruzado por la desigualdad, dando la primera y más importante batalla por una Educación pública, gratuita y de calidad. Un hombre que se atrevió a ir contra todos los paradigmas de un modelo, que sólo nos enseña a ser productores y consumidores, y que no le interesa que cada uno piense por su cuenta, olvidando que todos tenemos el mandato y deber constitucional de construir el país en el cual queremos vivir.

Juéguesela, Señor Presidente, por el discurso que enarboló en su campaña, donde prometía lo que hoy desconoce. No me haga llegar a la convicción de que al final eran sólo palabras que se las lleva el viento. No me haga descubrir la verdad, y evidenciar que al sufragar por usted, lo único que conseguí fue tirar mi voto a la basura.

Fuente: El Quinto Poder



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