sábado, 17 de septiembre de 2011

Caravana por la Paz exige en Grito que se cumplan acuerdos de San Andrés


SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chis. (apro).- El poeta Javier Sicilia reivindicó esta noche al movimiento indígena del país, al señalar que para que exista una “verdadera independencia” en México es necesario que se cumplan los Acuerdos de San Andrés, pactados en 1996 entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

En un acto inusual del Grito de Independencia, donde no se coreó a los héroes patrios, el reclamo constante fue que se respeten los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, pues mientras persista ese pendiente de la nación con los pueblos indígenas, “no habrá paz, ni justicia, ni dignidad”.

Desde esta ciudad, donde el 1 de enero de 1994 irrumpió en el escenario nacional el EZLN, el también escritor destacó que “los zapatistas son una reserva moral y una luz de este país, pues ellos, hace 17 años, atizaron la conciencia nacional”.

Recordó: “Hace poco más de 17 años, en esta tierra, hombres y mujeres levantaron la mirada y, a través del símbolo del pasamontañas, del ocultar que –lo sabemos los poetas– revela, muestra, devela, hicieron visibles no sólo a los negados, a los olvidados, a los despreciados de la nación, aquellos y aquellas a los que por desgracia nuestra independencia no ha hecho justicia (…)”.

Ante cientos de simpatizantes del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Sicilia cuestionó los modelos de Occidente que no han comprendido a los pueblos indígenas y por ello han intentado borrarlos.

Sin embargo, agregó, “la grandeza de sus culturas, sus formas de ser y de hacer, sus maneras de abrazar y de defender el misterio de la tierra y del territorio, no sólo han resistido en el tiempo, sino que, al rebelarse a finales del siglo XX, pusieron al desnudo lo que de universal hay en sus particularidades, lo que de humano, de profundamente humano, hay en ellas.

En medio de una intermitente llovizna, Sicilia refirió que “el rostro velado ha sido y continúa siendo un espejo que viene del pasado y nos revela no sólo lo que hemos humillado de lo mejor de nosotros mismos, sino la hermosura de un mundo que, contra las desmesuras de Occidente, contra el arrasamiento del liberalismo económico que humilla a hombres, mujeres y niños y la naturaleza, nos muestra la grandeza de la proporción y de la vida en común”.

Pero también “nos muestra la imbecilidad del poder y el dinero que nos ha hecho olvidar y nos tiene sumidos en una guerra atroz, y ha humillado como nunca en nuestra historia a los hijos e hijas de la patria”.

Mencionó que a los agravios ancestrales y estructurales de los pueblos indios se han sumado las víctimas de la violencia de la guerra por el control del poder y del dinero.

“A sus dolores y la dignidad con la que han resistido los pueblos indígenas y mantenido en pie el espejo en el que el país debe mirarse, sumamos ahora los dolores y la dignidad que esta guerra nos ha traído”, puntualizó.

“Por eso hemos venido hasta aquí, por eso hemos ido del centro al norte y del norte al sur, uniendo dolores, visibilizando los agravios, abrazándonos, consolándonos, uniéndonos para mostrar el camino de la paz y la justicia que a lo largo de la historia se nos ha ido negando”.

Ante cientos de integrantes de la caravana y organizaciones civiles chiapanecas que se sumaron a ella, Sicilia destacó que “nosotros y nosotras también, junto con ustedes, somos los pobres, los despojados, los negados, los invisibles que, al mirarse en su espejo, nos hemos quitado el pasamontañas para que se nos mire, para que se sepa que no somos ‘bajas colaterales’, estadísticas, criminales a los que se les ha arrancando sus hijos porque se lo merecían, porque lo mismo han hecho los gobiernos con los pueblos indios.

“Nos hemos quitado el pasamontañas para mostrarles por fin el rostro que ustedes habían revelado al ocultarlo y decirles que tenemos nombres y apellidos, que pertenecemos a esta gran casa que se llama México y que estamos de pie”, puntualizó.

De esta forma, el escritor reafirmó su apoyo y respaldó al movimiento indígena, al reivindicar los acuerdos incumplidos de San Andrés Larráinzar.

Antes, se realizó una marcha de la entrada principal a la plaza central de esta ciudad.

De manera simultánea, en Acteal se realizó un acto emblemático por la matanza del 22 de diciembre de 1997, y una oración por los 50 mil muertos de la actual guerra contra el crimen organizado.

El acto fue encabezado por Julián LeBaron, en el que los indígenas tzotziles realizaron una oración ecuménica y entonaron el canto “Los que con lágrimas sembraron…”.

Ahí, la organización civil Las Abejas dio lectura a un comunicado sobre su apoyo a la Caravana por la Paz y, posteriormente, los presentes entonaron su himno y finalmente se realizó el “grito por la paz y por la vida”.

De igual forma, se realizó un encuentro de víctimas y la presentación de una obra de teatro por los sobrevivientes de Acteal.





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