jueves, 3 de noviembre de 2011

Afroparaguayos, condenados a no existir


Otramérica

La presencia de afrodescendientes en Paraguay ha sido sistemáticamente negada, como una discriminación histórica que se remonta a tiempos coloniales. La concepción tradicional del mestizaje se olvida de la población negra y el resto reproducimos el tópico. Un recorrido para conocer a una minoría que resiste en tres comunidades de Paraguay: Kamba Cuá, Kamba Kokué y Emboscada.

Milva Gauto, comunicadora paraguaya, sacó los diablos del racismo en Paraguay. En el programa televisivo Baila Conmigo Paraguay se refirió a Emmanuel, un bailarín afrodescendiente haitiano, como “negro de mierda”. Las asociaciones de afrodescendientes en el país saltaron: en un país donde los afro son invisibles y donde no hay legislación antirracismo esto es lo normal.

Parece que poco ha cambiado desde que gigantescos navíos cargados de esclavos atravesaban el Atlántico y desembarcaban en la costa occidental de América. África se diseminaba así –involuntariamente- hacia el centro de esta tierra desde los bordes, hasta el mismo corazón de este continente.

Los afrodescendientes en América Latina son unos 150 milllones repartidos en todos los países y el patrón que se repite es el de la exclusión, primero como resultado de un sistema colonial y racista que discriminaba a las personas; después, como resultado de la colonialidad del poder que sigue imperando en nuestras sociedades. Los afroamericanos siguen en el más bajo escalón de la pirámide social. De tal manera que hoy en día, según la CEPAL, el 80% de la población afrodescendiente vive en la pobreza, y del total de pobres en América Latina la mayoría son afrodescendientes o indígenas.

La presencia de esclavos africanos en el Paraguay nunca fue significativa, aunque hacia el final del período colonial alcanzaba casi un 11% de la población nacional, con una fuerte presencia en la ciudad de Asunción (alrededor el 50%).

Hoy en día, gracias al censo informal realizado en 2007 por la Asociación Afroparaguaya Kamba Cué (AAPKC), sabemos que, al menos hay 8.013 afrodescendientes en el país. Concretamente, 422 personas en Kamba Cuá, 385 personas en Kamba Kokué y en Emboscada: 2.686 en la zona urbana y 4.524 en el área rural, un 58% de la población total son afrodescendientes.

Datos incompletos

El censo muestra además que están prácticamente equiparados en cuanto al sexo y que cuentan con una población predominantemente joven: el 63% tenía en ese momento menos de 30 años; todos los afrodescendientes hablan guaraní, al igual que el resto de los paraguayos. La tasa de analfabetismo asciende al 7,4% y, de ese porcentaje, el 58% corresponde a mujeres. La cantidad de personas que ha llegado a cursar del primer al sexto grado representa el 60% y quienes han alcanzado el nivel universitario solo el 1%.

Cabe señalar que los resultados son incompletos, pues el censo no alcanzó a todos los residentes, sobre todo de Emboscada; además, algunos residentes encuestados no se autoidentifican como afrodescendientes, aparte de otras concentraciones de afrodescendientes paraguayos e individuos de origen africano por todo el país que no fueron incluidos en el censo.

El censo carece de carácter oficial, pero los resultados fueron incluidos en una base de datos que persigue ser un instrumento para mediar en el proceso de diálogo con el Gobierno sobre políticas afirmativas y programas públicos, buscando la incorporación del componente étnico en el próximo censo nacional, según afirma Lázaro Medina, uno de los máximos exponentes de la Asociación.

El último escalón

En Paraguay, ser afrodescendiente es un factor definitivo para no participar, para vivir excluido de su nacionalidad. En palabras del historiador e investigador argentino Ignacio Telesca, en los mismos rasgos que hacen a la identidad paraguaya, arraigados desde hace varios siglos, está presente ya una discriminación cultural: el negro no existe, la población indígena es asumida y subsumida-por ende ignorada-, y las lenguas indígenas dejadas de lado.

Ser índigena es difícil, ser afrodescendiente en Paraguay es no existir. El problema principal reside en el que no hay una verdadera voluntad política para sacar a la luz la realidad de la población afroparaguaya, así como su historia y su contribución al país.

En 2008 se creó la Red Paraguaya de Afrodescendientes, bajo cuya coordinación se encuentra José Carlos Medina Alfonso, desde la cual, piden al Estado el reconocimiento de los afroparaguayos como una minoría étnica bien diferenciada y el desarrollo de la misma dentro de la cultura paraguaya; resarcimiento por los daños causados por la fuerza pública a la comunidad Kamba Cuá, por la expulsión de su tierra ancestral desde 1957; inclusión dentro del currículo escolar de los aportes de los afroparaguayos; inclusión en el próximo Censo de Población y Viviendas de variables de identificación de poblaciones afrodescendientes, entre otras demandas.

Año de los afrodescendientes

Las Naciones Unidas declararon 2011 como Año Internacional de los Afrodescendientes con el objetivo de fortalecer las políticas nacionales y de cooperación internacional en beneficio de este colectivo para lograr -en teoría- la satisfacción plena de todos sus derechos, y su participación e integración en todos los aspectos políticos, económicos, sociales y culturales de la sociedad, además de la promoción de un mayor conocimiento y respeto de la diversidad de la herencia y la cultura de estas personas.

En este contexto en el Paraguay se viene desarrollando la gira de un espectáculo denominado “Negritud de Colores” que recorre diferentes ciudades del país. Se trata de un show de música y danza afrolatinoamericana que sube a escena a 25 artistas para desarrollar un amplio repertorio de canciones, cantos y danzas con raíces africanas rescatadas de esta parte del continente. La cantante paraguaya Mariví Vargas, el equipo de músicos y un grupo de tamborileros y bailarines de Kamba Cuá dirigidos por Lázaro Medina ofrecen así un espectáculo que trata de acercar la cultura afro y visibilizar al colectivo afrodescendiente.

Se muestran así temas de la Argentina, Perú, Colombia, Puerto Rico, Uruguay, México y Cuba y por supuesto del Paraguay, con la presentación de las galopas “San Baltasar” y “Kamba la Mercé”, con una rica descripción de los bailes populares relacionados con la cultura afroparaguaya, además de los ritmos propios del Grupo Kamba Cuá, como el Pitiki-pitiki y Guarimba galopa.

Dicen que a través de la cultura se llega más rápido a una transformación, que a través de la educación, que es un camino más prolongado. El grupo Kamba Cuá es el principal actor y referente de la cultura afro en el Paraguay y ante tanta evidencia debería llevarse a cabo un replanteamiento del tema de la identidad en Paraguay, porque la inclusión de los afrodescendientes no es un asunto sólo de afrodescendientes. En todo caso, el paso definitivo será cuando se pasé de la difusión “cultural” al reconocimiento político. Un proceso de reconocimiento y reparación que está estancado en toda América Latina y El Caribe.

Fuente: http://otramerica.com/comunidades/afroparaguayos-condenados-a-no-existir/720

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