sábado, 12 de noviembre de 2011

Especial Brasil: Negociaciones en Washington pero fantasmas en casa


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El Fondo Monetario Internacional (FMI) dará a conocer a fin de noviembre, los criterios para la inclusión de nuevas monedas en la canasta que conforma su unidad de cuenta, los Derechos Especiales de Giro (DEG en español, SDR son sus siglas en inglés), explicó una alta fuente del FMI a Fabio Alves, de la Agencia Estado. Será el 1er. paso para que las monedas de países como Brasil y China integren la canasta de monedas que definen la cotización diaria de los DEG:
> el dólar de USA, > el yen de Japón, > el euro, y> la libra esterlina (Reino Unido).
Los DEG fue creado para reemplazar el oro en las transacciones internacionales. Pero su valor es contable: no son aceptados para realizar transacciones, y son una fracción diminuta del total de las reservas internacionales.
Los Derechos Especiales de Giro son definidos en términos de una canasta de monedas fuertes utilizadas en el comercio internacional y las finanzas. Antes de la introducción del euro, en 1999, el marco alemán y el franco francés estaban incluidos en la canasta pero fueron reemplazados por el euro.
La cantidad de cada moneda que hacen 1 DEG son escogidas en acuerdo con la importancia relativa de la moneda en el comercio y las finanzas internacionales. La determinación de las monedas en la canasta del DEG y sus cantidades son realizadas por el comité ejecutivo del Fondo Monetario Internacional cada 5 años.
"Existe desde hace algún tiempo una expectativa de que la canasta debe ampliarse en algún momento y las monedas de los países emergentes serían las candidatas más lógicas a incluir en la nueva canasta", dijo el funcionario. "La publicación de los criterios no tiene la intención de descartar o incluir automáticamente a ésta o aquella moneda, sino aclarar los requisitos a los que una moneda debe responder para su inclusión".
El DEG es un activo de reserva internacional emitido por el FMI y fue creado en 1969 para reforzar las reservas oficiales de los países miembros y su cotización refleja una canasta integrada en la actualidad sólo por -tal como ya se explicó- por el dólar estadounidense, el yen, la libra esterlina y el euro. En la práctica, el DEG es la moneda del FMI, vapuleado por la Argentina de los Kirchner pero un organismo nuevamente de moda en la crisis de la Eurozona.
Con la creciente participación de los países emergentes en el crecimiento económico mundial, como es el caso de China y Brasil, está aumentando la presión para que sea ampliada la canasta del FMI y su valor también refleje también la variación de las monedas como el yuan chino y el real brasileño.
En contra de la inclusión de estas monedas emergentes se identifica la opinión de algunos directores del FMI de que ampliar la canasta para incluir monedas que no son totalmente convertibles, podría reducir el atractivo del DEG.
En la negociación aparece el pedido de Christine Legarde, directora ejecutiva del FMI, a los países que integran el BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), para que aporten dinero al Fondo de Estabilización de la Eurozona. La respuesta de Brasil y China fue que ellos preferían incrementar su participación en el FMI (o sea aportarle dinero al FMI y que sea el organismo multilateral quien defina cómo lo utiliza, convirtiéndose en el garante del dinero).
Es obvio que en el Fondo de Estabilización no hay rédito político para China y Brasil (a China solo le interesaría que reconozcan a su economía como "de mercado" pero eso no sucederá en la Eurozona en crisis) pero sí puede haber alguno en lograr un rol más importante en el FMI.
La anterior revisión de la canasta de los DEG ocurrió en noviembre de 2010, mantuvo la composición de la canasta con 4 monedas, sólo cambiando el peso de cada una en la canasta:
> el dólar de USA redujo su peso del 44% al 41,9%, > la participación del euro aumentó del 34% al 37,4%, > la libra esterlina pasó del 11% al 11,3% y > el yen cayó de 11% a 9,4%.
¿Qué valor tiene hoy día 1 DEG? La semana cerró con el DEG cotizando a US$ 1,56757.
La próxima revisión de la canasta, en teoría, sólo ocurriría en 2015, pero esa revisión puede ocurrir mucho antes, según la fuente del FMI, con la publicación de nuevos criterios de composición y de inclusión de nuevas monedas. "La dirección del FMI podrá anticipar esa revisión de la canasta, tal como lo hizo con el tema de las cuotas".
La presión de los países emergentes
Según la evaluación del informante, la publicación de los criterios para que nuevas monedas sean incluidas es una admisión de que la junta directiva del FMI puso oficialmente en marcha las discusiones para atender a la demanda de los países emergentes.
Los criterios actuales para la composición de la canasta no han cambiado desde el año 2000.
"Hubieron discusiones hace algunos años en el ámbito del G-20 y del FMI para ampliar la canasta del DEG y esos criterios van a definir cómo será el proceso para esa ampliación", dijo la fuente.
El anuncio -que se hará en breve- no identificará a las monedas que compondrán la canasta, pero sí los criterios -transparentes y explícitos- que se utilizarán para ello, resaltó la fuente.
"Esos criterios darán forma a la mecánica del proceso en el cual será la decisión futura de la dirección del FMI estará basada", explicó la fuente.
En la actual composición de la canasta, limitada únicamente a aquellas 4 monedas, el FMI sólo tuvo en cuenta 2 criterios:
> el valor de las exportaciones de bienes y servicios en los últimos 12 meses que antecedieron a la fecha de la revisión, y > el valor de las reservas internacionales denominadas monedas por los otros países miembros del FMI.
Monedas Commodities
En 2010, se llegó a especular, antes de la más reciente revisión, que las llamadas "monedas commodities", de los principales países exportadores de materias primas, serían incluidas en la canasta, particularmente > el dólar australiano, > el dólar neozelandés y > el dólar canadiense.
"Eso fue porque, hasta hace poco, los debates se centraban sólo en cuán grande, en términos de liquidez, deberían ser las monedas para ser incluidas en la canasta, además de las variables tales como su participación en el comercio internacional y cuan convertibles deberían ser", explicó la fuente.
Además de la revisión de la canasta, sigue siendo un debate en curso un nuevo papel que el DEG debería desempeñar en el sistema monetario internacional. Por ejemplo, la emisión de bonos denominados en DEG que pudiera realizar el FMI, dijo la fuente. "Entre los temas tratados, se discute por ejemplo, si los DEG deberían tener una mayor participación en las reservas internacionales de cada país", explicó.
En la reunión del G-20 en Cannes, Francia, varios gobiernos de países emergentes discutieron la posibilidad de pedir al FMI que emita más DEG como una forma de ayudar a rescatar a la Eurozona, inyectando recursos en el Fondo de Estabilidad Financiera Europea (EFSF, en sus siglas en Inglés). Se especuló durante el encuentro del G-20 que el FMI podría emitir hasta US$ 250.000 millones y utilizar parte de ese valor para fortalecer el EFSF, pero nada oficial se decidió al respecto hasta el momento.
Brasil: la 6ta economía del mundo
Un tema lleva a otro, y todo debería apuntar a Brasil sentado en una poltrona permanente en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas.
Pero no tiene sentido anticiparse.
Antes, hay pasos pendientes. Brasil cree que un peldaño lleva al otro.
De acuerdo con The Economist Intelligence Unit (EIU), empresa de consultoría e investigación de la revista británica The Economist (Grupo Pearson), Brasil se convirtió, en 2011, en la 6ta. economía más grande del mundo, es decir, el 6to. mayor producto interno bruto medido en dólares al tipo de cambio actual.
Pero debería esperar hasta el final de 2011 para realizar las cuentas con extrema precisión: la diferencia entre el PIB estimado para Brasil, US$ 2,44 billones (incluso considerando una reducción en el crecimiento proyectado del 3,5% al 3%), y el PBI recientemente aprobado para el Reino Unido, US$ 2,41 billones (con crecimiento de 0,7%).

Es una diferencia exigua, de 1,2%, que puede fácilmente o triplicarse o revertirse en 1 solo día de fluctuación cambiaria.
Sin embargo, cabe destacar que el tamaño de la economía brasileña ha superado o está a punto de superar lo que fue el mayor poder económico de Occidente -o teniendo en cuenta su enorme imperio colonial, fue la mayor economía global- desde mediados del siglo 19 hasta la 1ra. Guerra Mundial.
De acuerdo con The World Economy, obra de Angus Maddison, en 1820, el PIB británico (sin las colonias) era 12,4 veces mayor que el de Brasil; en 1870, era 14,3 veces mayor, en 1913, 11,7 veces mayor.
En 1992 (según la OCDE), esta proporción se había reducido a 2,6 y en 1995, con el tipo de cambio semi congelado por el Plan Real, a 1,5, pero el colapso de la nefasta política exterior de Gustavo Franco y Chico Lopes la hizo volver a subir a 2.62 en 1999 y 3,35 en 2003.
Desde entonces, la relación cayó continuamente: 2,04 en 2007, 1,61 en 2008, 1,36 en 2009 (el año en que el PIB de Brasil superó a Canadá y España y se convirtió en el 8vo. del mundo), 1,07 en 2010 (cuando superó a Italia) y 0,99 ahora.
Según los pronósticos de EIU, la economía brasileña será superada en tamaño por la India en 2013 (lo que es justo, ya que es un país con una población 5 veces mayor), pero en el 2014 Brasil superará a Francia y a Alemania en el 2020.

Ese año, por lo tanto, Brasil será la 5ta. economía más grande del mundo, superada solamente por USA, China, Japón e India – en el caso de que la crisis económica actualmente en curso en Europa, no arrastre esos pronósticos aguas abajo-.

Es lógico, en ese contexto, que el FMI inicie un proceso de revisión de monedas en su DEG. En 2020 no habrá euro ni libra esterlina entre las 5 economías más voluminosas.
Esto no quiere decir que Brasil consiga tener una calidad de vida superior a la de los países europeos en el 2020. Faltará mucho más para algo semejante.

Tampoco autoriza a discursos patrioteros.
Pero es interesante la inesperada rapidez con que se desliza el rumbo a los BRICS hacia el centro de gravedad de la economía mundial, que parecía inmutable en el año 1990.

En 2001, cuando Jim O'Neill, analista de Goldman Sachs acuñó el acrónimo BRIC (aún sin la S de Sudáfrica), él esperaba que la economía brasileña superaría a la italiana en 2025 y a la francesa y británica a partir del 2035. El futuro se acerca más rápido de lo que esperábamos. ¿Brasil se encuentra preparado para ello?

La clonación

Pero la marcha hacia el capitalismo total no logra superar las profundas desigualdades que hay en la sociedad brasileña. Es cierto que han ocurrido avances notables, más allá de las especulaciones político-electorales. Pero es cierto que se podría haber avanzado más y que hay mucho por hacer.

Muy pero muy buen texto de Francisco de Oliveira en la revista Piaui:

"Luiz Inácio Lula da Silva, entonces en el apogeo de la popularidad, creyó en sus cualidades mágicas, y de aquella popularidad clonó a su candidata a la Presidencia de la República. Ella, finalmente, le ganó sin mucha dificultad a José Serra, camino a ser conocido como Zezinho Tres Caídas.

Pero, si aun en la biología la clonación tiene vida corta -la ovejita Dolly, genéticamente copiada por el científico Ian Wilmut, por ejemplo, no duró mucho tiempo-, en política ella es un expediente cuyo artificios se deshace con rapidez.

De este modo, todas las dificultades enfrentadas hasta aquí por la presidente Dilma Rousseff no son más que una muerte precoz de la clonación efectuada por Lula da Silva. Pero ella creyó, y aceptó, el truco, porque la tramoya era parte de la estructura de su imagen pública, lo que dio lugar a la figura de todopoderosa ministra-jefe de Estado.

El truco no consistió en sacar del bolsillo del chaleco una candidata cuya historia previa en el Partido de los Trabajadores era prácticamente inexistente. Y tampoco le aseguraba inmunidad acerca de chanchullos internos que caracterizan hoy al partido político que alguna vez fue la esperanza de la renovación de la política brasileña. El mandato inicial del PT era el de llevar más adelante un tímido programa social-demócrata cuya imitación ya era ensayada desde los días en que Ulysses Guimarães elaboró el programa del antiguo MDB.

En verdad, a pesar de la retórica, desde el Subsidio Familia y ahora el Brasil sin Pobreza, la política social bajo el mandato de Lula da Silva ha estado en franca regresión: bajó del nivel de política pública al de caridad estatal. Dejó la tutela de San (Karl) Marx para volver a las bendiciones de San Francisco (de Asis). No tengo nada contra él, como dice a menudo el periodista Clovis Rossi. Hasta porque el gran santo de Asís, en Italia, difícilmente es superado por alguna otra figura histórica, y si Lula da Silva tiene esa pretensión, entonces su necesidad de psicoanálisis es aún más urgente.

Es cierta la festejada intuición del ex Presidente sindicalista, dicha en el oído, del mismo modo como hacían los viejos zorros del PSD mineiro, que el mensalão (N. de la R.: famoso caso de corrupción que erosionó el inicio del gobierno de Lula) terminó con los más importantes líderes del PT. Y, por tanto, se debía ser más astuto para intentar prolongar la era Lula -Sérgio Motta, el gordo siniestro que ya se fue, pensaba en un dominio tucano (N. de la R.: PSDB, hoy opositor) de 20 años, y duró tan sólo los 2 mandatos de Fernando Henrique Cardoso.

Sin entrar en discusión sobre los méritos personales de Dilma Rousseff, está claro que sus dificultades en el Planalto se originan con la clonación que efectuó Lula da Silva. Tal clonación no consiste en sacar "ovejas" de la galera, tal como hizo Ian Wilmut, pero sí en tratar de anular la política a través de una coalición de intereses que niega la lucha de clases, que a Lula nunca le gustó, a pesar de haber crecido dentro de ella.

No es el arco nominal de alianzas, que va desde su antiguo rival, Fernando Collor de Mello, pasando por José Sarney y Paulo Maluf, que explica la situación del ex Presidente y la magia de convertir la miseria en activos financieros. Eso es lo que el Subsidio Familia hace: 8 años de gobierno liderado por el PT destinaron anualmente cerca de R$ 14.000 millones (US$ 8.032 millones) para los pobres pero más de R$ 200.000 millones (US$ 114.744 millones) para los propietarios de títulos de la deuda pública interna.

Marcio Pochmann, quien presidió el Instituto de Investigación Económica Aplicada, el IPEA, en aquellos días y hoy, hace los cálculos: unas 15.000 familias poseen los títulos brasileños; y los títulos en manos de extranjeros, entre los cuales están las principales instituciones financieras mundiales, constituyen una de las porciones más importantes. El mundo se rindió a Lula da Silva.

Los profesionales, sin embargo, saben: el peor mago es el que piensa que hace magia.

El garante de los títulos de la deuda pública interna, ese milagro brasileño, es el programa Bolsa Familia -es decir, los pobres-. Y ahora son los miserables. Quien lo dijo fue André Singer, ex portavoz del Presidente y profesor de Ciencias Políticas. En una investigación que requiere de valentía intelectual y política, se dedicó a estudiar lo que él llama "las bases sociales del lulismo".

De ese modo, la Presidencia de Dilma Rousseff salió de una crisis para encapotarse en la siguiente. Su problema no consiste ni en su falta de capacidad, ni su proclamada dureza, o incluso la falta de encanto, sino en la artificialidad de la coalición de intereses que Lula da Silva armó.

En la secuencia de la Presidencia de FHC -quien le obsequió la estabilidad monetaria, sin la cual ni los pobres ni los ricos recibirían unos las migajas y otros los billones que Lula les regala-, la coalición no resistiría a los 8 años de Lula y ahora los probables 8 años más de Dilma Rousseff, o su equivalente. La coalición se basa en esa extravagante suma que Lula da Silva piensa que inventó.

La ignorancia histórica es mala consejera: el PRI, el Partido Revolucionario Institucional, de México, que nació del liderazgo de Lázaro Cárdenas, ya había realizado una hazaña similar en 1935, creando un esquema que duró casi medio siglo. Después, ¿qué quedó para los mexicanos? Apenas una derecha super agresiva, corrupción diseminada, un país dominado por el narcotráfico, el desmantelamiento del Estado, una pérdida casi total de la independencia de México, que sigue atrapado entre los engranajes de la dependencia de los Estados Unidos, en los marcos del Nafta, el Tratado Estadounidense de Libre Comercio.

Ya lo dijo Porfirio Díaz, quien conocía el tema ya que gobernó el país durante 3 décadas con mano de hierro, "Pobre México, tan cerca de los Estados Unidos y tan lejos de Dios".

No hay catastrofismo por delante. Brasil seguirá su ruta hacia el capitalismo total, sans ambages, sin vergüenza diríamos mejor, ya que la 6ta. economía capitalista del mundo, va camino a superar a varias potencias europeas, ante las cuales antiguamente nos reverenciábamos. Ingresamos, en definitiva, al club de los ricos.

No sin paradojas muy fuertes, tal como sucede a menudo: Carlos Slim, de México, casi siempre a la cabeza de los más ricos, y Brasil ya tiene 2 o 3 capitalistas en ese equipo. Par contre, tal como dicen los franceses, continuamos batiendo récords de desigualdad moderna, y no a la antigua, cuando, como es de buena educación, la atribuíamos a nuestras herencias históricas."




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