sábado, 13 de agosto de 2011

Reino Unido, el nuevo enfermo de Europa

Por Iñigo Sáenz de Ugarte

No hay muchas causas políticas que se defiendan robando un televisor de plasma. O unas zapatillas deportivas. Una de las mejores frases que definen los disturbios de Londres es la que dio a gritos una mujer en Hackney cuando increpaba a los asaltantes. "No estamos aquí reunidos para luchar por una causa. Estamos aquí para ir a por un Foot Locker" (tienda de artículos deportivos).

Por no hablar del detalle revelador de la calle llena de tiendas asaltadas en la que sólo un comercio quedó a salvo de los robos: la cadena de librerías Waterstone. ¿Quién va a robar un libro cuando puede llevarse unas Nike? ¿Un delincuente ilustrado?

¿No hay nada político en lo que ha ocurrido en el Reino Unido? Muy al contrario. Sólo hay que escuchar a los que dicen que no hay ninguna razón política que justifique lo sucedido. En realidad, todo es política. El debate tiene que ver con los recursos que la policía tiene a su disposición, los derechos civiles de los detenidos y de sus víctimas, la marginación social de varias zonas de la periferia de las grandes ciudades, la hostilidad racial entre negros y musulmanes en Birmingham, la libertad de expresión en las redes sociales, las penas que puede imponer la justicia, el impacto político en el Gobierno...

Todo es política.

Tras la suprema manifestación de incompetencia policial en los tres primeros días de la crisis y el absentismo vacacional de los responsables del Gobierno, tocaba el contraataque. El dramático impacto de las imágenes justificaba cualquier retórica. Al Gobierno le habían pillado de vacaciones en Italia (Cameron), España (Clegg) y EEUU (Osborne). No era necesario que Cameron interrumpiera su descanso en una mansión de la Toscana (precio compartido con otras dos familias: 9.700 libras a la semana), decía Downing Street. Horas después, anunciaba que Cameron volvía a Londres.

En el Parlamento, el primer ministro enarboló la bandera de la mano dura. Era hasta cierto punto lógico e inevitable. Es lo que exigían unos ciudadanos escandalizados. El problema es que la retórica alcanzaba níveles ridículos, como cuando dijo: "No permitiremos que la cultura del miedo exista en nuestras calles".

¿De qué país estaba hablando? No he estado mucho en Tottenham, el barrio del norte de Londres donde comenzaron los disturbios, pero las dos o tres veces que he pasado por allí he visto un paisaje urbano que es el que asociamos con las zonas peligrosas de algunas ciudades norteamericanas. El miedo allí es múltiple y constante. A las bandas juveniles. A lo que ocurre con adolescentes criados por la calle y no por sus padres, porque entre otras cosas quizá sólo tengan en su casa a una madre soltera. A la policía, menos, porque sólo se presenta allí en grupo. No hay muchos policías paseando por las calles y en contacto con la comunidad.

Es también un lugar en el que familias de clase media baja y baja pelean por salir adelante con muy poco futuro. Sus calles sólo aparecen en los medios de comunicación para hablar de pobreza y delincuencia. Si algo bueno pasa allí, nadie se entera fuera de esas comunidades. No supone ninguna ventaja para ellos vivir en Londres. Los servicios locales de los que disponen dependen de los ingresos fiscales del consejo local a años luz de los de otras zonas de la capital. No están en un barrio diferente. Están en un país diferente.

Hay muchas cámaras de videovigilancia, como en el resto de la ciudad, pero dan una falsa sensación de seguridad, o ninguna. Los delincuentes ya saben dónde están. En el caso de muchas de ellas, nadie revisa las grabaciones. De hecho, hay tantas cámaras que su número es un factor negativo. Falla el mantenimiento, no se sustituyen las rotas y no hay policías suficientes para comprobar lo que han filmado.

A veces, encuentras un cartel que advierte que no es conveniente mostrar en público un teléfono móvil. Te hacen creer que lo más normal es que te lo roben. Pero ese cartel es más habitual en Hackney porque allí sí que es más fácil que se presenten personas de las zonas 'respetables' de la ciudad. Te dicen: cuidado, ya no estás en la zona de Londres que conoces.

A eso se une los problemas sociales habituales en zonas marginadas. Desempleo, salarios ínfimos en el sector servicios, nivel educativo de los jóvenes extremadamente bajo, una cultura de la dependencia de subsidios sociales, escasas iniciativas para dar a los jóvenes algo en qué ocupar su tiempo libre (porque no tienen dinero para costeárselo)...

Eso sí, Cameron dijo que no tolerarán una cultura del miedo... que es lo único que conocen en estos lugares, tanto por la delincuencia como por el inexistente futuro económico. Pregunta a un habitante de Londres qué es lo que piensa cuando ve venir a un grupo de jóvenes con las capuchas puestas de las sudaderas.

Un detalle que no sé si ha aparecido mucho. Los asaltos han sido inexistentes en Escocia y creo que no muy graves en Gales. Se trata de un mal inglés, una enfermedad con un alcance determinado.

El Gobierno acusó a la policía por los errores cometidos, en parte con razón, pero esa es una batalla que no puede ganar. Los votantes siempre van a apoyar más a la policía que al Gobierno. La táctica ganadora es la de prometer venganza, legal eso sí. Hay gente que va a ir a prisión durante medio año por robar productos de valor muy escaso. Se lo han ganado a pulso, pero lo ridículo será que habrá muchos que se quejen de sentencias muy blandas. Con la misma lógica con que una muchedumbre se salta la ley y desvalija una tienda sólo porque puede hacerlo, ahora pedirán penas exageradas sólo porque una vez que están detenidos los ladrones quedan a merced de un juez.

En el Reino Unido, las penas de unos meses se cumplen en prisión, a diferencia de España, aunque el condenado no tenga antecedentes. Es una de las razones por las que ahora se ha alcanzado la cifra récord de 85.324 presos, con poco más de 2.000 plazas libres. El Ministerio de Justicia tenía un plan para aumentar el número de penas accesorias que no obligaran a ingresar en la cárcel, pero la reacción de los tabloides y de algunos sectores del Partido Conservador obligó a enterrar la idea. Qué más da. No hay problema que no se pueda solucionar metiendo a la gente en prisión.

Peter Oborne, columnista del Daily Telegraph, vuelve a acertar al denunciar que esa supuesta pérdida de valores, muy real en algunas comunidades, que ahora se denuncia apuntando a las clases bajas, no es tan diferente a las que se ha podido apreciar en otros sectores que muy raramente encajan todo el peso de la ley. Para empezar, los propios políticos con su escándalo de los gastos de los parlamentarios. O los empresarios que derivan sus negocios al extranjero para no tener que pagar impuestos, lo que no ha impedido en el pasado que recibieran el tratamiento de Sir por sus servicios a la sociedad o un escaño en la Cámara de los Lores. ¿Quién está en condiciones (parece decir Oborne) de exigir a los demás que respeten ciertos valores de convivencia?

La crisis de los bancos salvados con dinero de los contribuyentes sin que nadie haya ingresado en prisión ni perdido sus pensiones millonarias. La deplorable intervención en el sur de Irak que acabó con los soldados atrincherados en sus cuarteles. Las dietas de los parlamentarios con que subvencionaban su agraciado estilo de vida. Una economía en completo estancamiento. El mayor periódico del país convertido en una organización criminal que violaba la confidencialidad de las comunicaciones privadas de miles de personas con la complicidad de la policía. Y ahora lo que los periódicos han llamado "la batalla de Londres".

Cuando un país sólo puede ya negociar su decadencia no hay estructura política, social o económica que no presente síntomas de derrumbamiento. Me da que eso no se soluciona aumentando la población penitenciaria.



Un fantasma recorre Europa


Teresa Galeote

Europa, como otros continentes, cambia de piel constantemente, como el camaleón. Pero mientras que el camaleón lo hace para subsistir, la Europa del euro está cavando su propia tumba. Esa Europa idílica que nos prometían con la moneda única no verdea, más bien se agosta, se quema y arrastra a la hoguera cuanto encuentra a su paso. Es el dios Mercado, estúpidos, es el dios Mercado que, una vez entronizado, pide sacrificios para alimentar su insaciable apetito. Lejos de la necesaria Europa social, nos ofrecen la diseñada por mercaderes y especuladores. Carlos Taibo, en “No es lo que nos cuentan”, ya advertía que no era oro todo lo que relucía en Europa.

Después de los grandes imperios europeos bajo el antiguo régimen, el Viejo Continente tuvo el color de las diferentes revoluciones para despojarse de las ataduras absolutistas que impedía a la burguesía llevar las riendas de los asuntos públicos. Se fraguaron acuerdos y desacuerdos bajo el signo de la modernidad y del progreso, pero la mayoría de la sociedad siguió bajo el yugo de la pobreza y de la desigualdad, cuando no de la esclavitud. Después llegaron las unificaciones de Italia y Alemania, naciones desmembradas hasta entonces. Europa, un territorio geográfico diverso donde han vivido, unas veces en paz, y otras en guerra, diversas naciones con ideas y culturas diferentes. No hay que olvidar, por tanto, que en ella siempre hubo una parte dominadora y otra dominada; una Europa que colonizó territorios en otros continentes para expandir sus ideas y apropiarse de los recursos de los que carecía, y otra que permaneció inmersa en su propia problemática.

Hace mucho tiempo que la Europa colonizadora tuvo que retirarse de los territorios ocupados; unas veces tras acuerdos, otras tras años de guerra. La primera y la segunda guerras mundial fueron el resultado pernicioso de disputas por el reparto territorial externo; aún existe algún reducto colonial. Y llegó el color negro del fascismo europeo, su posterior derrota, con excepción del español. Llegó el Plan Marshall estadounidense para la reconstrucción del espacio asolado y con ello su debilitamiento político La declaración de los Derechos Humanos culminó el proceso de paz, pero mientras que en la Europa reconstruida se extendieron las conquistas sociales, en Grecia y en Portugal se imponían las dictaduras y España seguía con la dictadura franquista a cuestas. Así, durante muchos años convivieron las dos Europas.

Ausentes de libertades durante muchos años, dichas dictaduras dieron paso a una sociedad debilitada en lo social, en lo cultural y en lo económico, dejando miles de muertos, exiliados, encarcelados y desaparecidos en su haber. Por otro lado, la Europa del bienestar tenía que demostrar que ella también era capaz de dar el bienestar que el comunismo prometía en el este de Europa. Pero una vez perdidas las colonias y desmantelada la Unión Soviética, la Europa de los mercaderes se quitó la piel de cordero. Ahora, el Imperio es otro, aunque en decadencia aún persiste su poder armamentístico. Europa ya no tiene colonias y debe devorar su periferia para seguir alimentando a sus monstruos. ¿Qué hará la Europa dominadora cuando la periferia sucumba?

El fascismo militarista ha sido sustituido por la dictadura de los mercados; ese ente incorpóreo que dirige nuestros destinos, como si fuese un nuevo dios, acompañado de organismos internacionales y grupos de “expertos”, en el arte de la confusión, a los que nadie votó. La mayoría de los políticos se entregaron con armas y bagajes al gran Leviatán; obedecen al poder financiero, se acobardan ante las amenazas de los especuladores. La política y los estados han dimitido de las funciones que le son propias. Los fascismos del siglo XX han sido sustituidos por los especuladores. Pero, ojo, no hay que minusvalorar el incremento del voto a las fuerzas de la ultraderecha europea; todo hace pensar que el poder financiero y las fuerzas reaccionarias se retroalimentan. En ese contexto, el atentado terrorista en Noruega, perpetrado por un hombre de ideas ultraderechistas-sionistas, juega un papel relevante. El terrorista, disconforme con la inmigración, han puesto su granito de arena en el auge del ideario fascista. Sin duda, un fantasma recorre Europa, y no por obviarlo deja de estar.

William Robinson 1 , con referencia al fascismo del siglo XXI, expresa lo siguiente: “Un fascismo del Siglo XXI no puede parecerse al fascismo del Siglo XX. Entre otras cosas, la capacidad de los grupos dominantes de controlar y manipular el espacio y de ejercer un control sin precedentes sobre los medios de masas, los medios de comunicación y la producción de imágenes y mensajes simbólicos, significa que la represión puede ser más selectiva (como vemos, por ejemplo, en México o Colombia) y también organizada jurídicamente de manera que el encarcelamiento masivo toma el lugar de los campos de concentración”.

Siempre existieron predominios; el centro y la periferia, el norte y el sur en pugna constante, y en notoria desigualdad. Se infló la burbuja especulativa antes de que se desinflaran las burbujas inmobiliarias, en realidad la una se sustentaba en la otra, se han estado retroalimentando; no sólo se hipotecan casas, se hipotecan países. Y los gobiernos, una vez derrotados, ofrecen bonos con alto rendimiento; necesitan dinero fresco para ir tirando, sólo tirando. Pronto, muy pronto, sólo tendrán dinero para pagar los interese de la deuda emitida. ¿Para qué crear empleo?, piensan los especuladores. Se gana más con los intereses invertidos en deuda pública y jugando en bolsa. Lejos de fortalecer las políticas de inversión, los gobiernos están facilitando la especulación. Los bancos y particulares que compran deuda pública tienen asegurada la rentabilidad, a no ser que los estados entren en bancarrota. Por otro lado, los países que, como España, tienen un alto índice de desempleo, han visto disminuidos sus ingresos considerablemente, porque las políticas fiscales regresivas han exonerado gran parte de las imposiciones fiscales a las rentas más altas y al capital, dejando así casi toda la carga fiscal a las rentas medias y bajas, en franca recesión.

Y qué decir del dinero público destinado a sanear el sector financiero a un 1% de interés, cuando esos mismos bancos y particulares pueden comprar deuda pública que ofrece una rentabilidad del 4, 5, 6 %. Sin duda, el negocio es redondo para el sector financiero, pero para los gobiernos es la crónica de una muerte anunciada. El sector especulativo exige y exige más; es un pozo sin fondo donde los gobiernos endeudados acabarán ahogándose. Los países, cada vez más hipotecados, venderán todo lo vendible para saciar la sed de los mercados. Las consecuencias del sistema capitalista ya no pueden pasar desapercibidas. William Robison asegura, entre otras cosas, que “...un segundo mecanismo es el saqueo de los presupuestos públicos. El capital trasnacional utiliza su poder financiero para tomar el control de las finazas del Estado y para imponer mayor austeridad a la mayoría trabajadora”. No todos los países europeos han recorrido el mismo camino. Los nórdicos fueron por otros derroteros, establecieron una gran una cobertura social pública que ofrece gran parte del empleo, y su progresividad fiscal permite que pague más quien más tienen.

El mundo se ha convertido en un gran casino, como apunta Viviane Forrester, en “El horror económico”, dónde un horda desarmada juega con países y personas. A pesar de la tecnología puesta a nuestro alcance, estamos retrocediendo socialmente al siglo XIX. Los duros ajustes impuestos a la sociedad no resolverán los problemas planteados, sino que los agudizarán. Hemos regresado al siglo XIX y ante esta realidad no cabe más que la toma de conciencia, la indignación y la protesta, nunca el conformismo.

Nota:

1 William Robinson es profesor de sociología en la Universidad de California, Santa Bárbara. Especializado en el capitalismo global y sus consecuencias, tiene publicados numerosos libros sobre el tema, el último, “America latina y el capitalismo global”.

Teresa Galeote

Ofensiva general contra los trabajadores en Europa: Italia plantea que las empresas puedan despedir más fácilmente


El presidente de la República Giorgio Napolitano interrumpió sus vacaciones; Mario Draghi, director del banco central, se vio con urgencia con Silvio Berlusconi, y el ministro de Economía, Giulio Tremonti, inauguró el Parlamento, reabierto expresamente durante las vacaciones, para ilustrar cómo el Gobierno conservador piensa afrontar la urgencia que impone la crisis de los mercados en curso.

Tremonti no reveló nada concreto, justificándose en que los mercados permanecían «abiertos», pero en el lenguaje críptico que a veces usan los políticos italianos indicó por donde irán los tiros del decreto de ley que el Consejo de Ministros aprobará el próximo martes o jueves. Se trata de encontrar, entre recortes y nuevos impuestos, casi 30.000 millones de euros en pocos días.

DESPIDO / Saldrán, según el ministro, de una «liberalización plena de los servicios públicos locales y de los servicios profesionales» y de «una amplia privatización de los servicios locales». A esto se sumará, para incentivar la producción, «presiones» para que se abandonen lo más posible los convenios laborales nacionales en favor de «convenios de ámbito empresarial», que incluirán un más fácil despido.

La última medida probablemente provocará la reacción airada de los sindicatos, ya que en Italia es todavía muy difícil despedir a un trabajador, incluso cuando la decisión sería procedente. Tremonti ha puntualizado que la decisión del despido libre no era compartida por todos los miembros del Gobierno.

En el frente del ahorro, el ministro ha vislumbrado recortes de las pensiones y un aumento de la edad de jubilación de las mujeres del sector privado hasta los 65 años, como ya tienen las funcionarias. Al final de la lista, el ministro ha colocado el recorte de los sueldos de los funcionarios, sin especificar si se tratará de una congelación provisional o permanente.

Tremonti hizo una referencia genérica a la disminución del gasto de los políticos, tema que desborda en las redes sociales, y no dijo nada sobre la introducción de una tasa para las rentas más altas. La prensa, que en el país suele participar activamente en los debates de los ejecutivos, apuntaba ayer que se entendería por rentas altas las que sobrepasan los 60.000 euros brutos anuales.

BANCOS / También indicaron un posible incremento de los impuestos sobre los rendimientos financieros, que en Italia no se pagan nominalmente por cada cuenta, sino que los paga globalmente el banco, por lo que Hacienda ignora de cuanto dinero disponen los contribuyentes. Actualmente son del 12,5% sobre los intereses y aumentarían según las filtraciones al 20%.

«Demasiado humo en el discurso», comentó el ministro Umberto Bossi, líder de la Liga del Norte y socio indispensable del Gobierno, que se opone a cualquier recorte de las pensiones, pero también a una tasa patrimonial. Los partidos de la oposición mostraron su desilusión por la vaguedad del ministro y del plan de ataque contra la especulación financiera. «El Banco Central Europeo (BCE) no nos dicta las recetas concretas, no», lamentó el progresista Pier Luigi Bersani. «El BCE nos ha intervenido, pero no solo al Gobierno, sino a toda la clase política», añadió el centrista en la oposición, Pierferdinando Casini. Por la tarde, con el texto del decreto en mano, Berlusconi se entrevistó con el jefe del Estado, que poco después recibió a las fuerzas opositoras.

Más información:

La FAO pide más fondos para el Cuerno de África


La región del Cuerno de África, azotada por la mayor sequía de los últimos 60 años, necesita urgentemente 72 millones de euros más para impulsar la agricultura en la zona y luchar contra la hambruna, según informó la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que pidió la celebración de una cumbre de alto nivel para coordinarse ante la crisis.

Ya son alrededor de 3,6 millones las personas que se encuentran en riesgo de hambruna en Somalia, donde algunas partes del sur ya han se enfrentan a esta situación, y alrededor de 12 millones en total en los países del Cuerno de África, Etiopía, Kenia y Yibuti, según la ONU.

La FAO anunció en un comunicado que ha pedido 112 millones de euros para salvar la vida de estas personas y que ha recibido 40 millones de euros hasta ahora. De este dinero, casi 50 millones se destinarán a Somalia para la distribución de semillas, alimentos para animales, vacunas para el ganado, dinero por trabajo y para infraestructuras de mejora.

Además, la FAO ha convocado para el 18 de agosto a todos los ministros de Agricultura de los países miembro para coordinarse en las medidas urgentes que deben tomarse para impedir que empeore la crisis.

La jefa de la División de Operaciones de Emergencia y Rehabilitación de la FAO, Cristina Amaral, asegura que "cuando ves el número total de animales muertos en la carretera, sabes que la gente tiene menos capacidad de comprar comida hoy y también mañana".

"La FAO está preocupada debido a que se ha reducido el apoyo a las ayudas para las víctimas de esta crisis lo que provocará que la recuperación sea más lenta", según Amaral.
EP

Ecuador: Tres hechos Políticos marcan el momento, todos desfavorables al Gobierno

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Pablo Ospina Peralta

Todavía vivimos en la estela de los acontecimientos políticos derivados del 30 de septiembre de 2010. La revista Vanguardia señaló entonces que Rafael Correa salió con su “armadura abollada”. Desde entonces los golpes no han dejado de añadir arrugas al manto que cubre sus abolladuras. Puesto contra las cuerdas al final del año por el tema de la delincuencia, salió del paso con la convocatoria a la Consulta Popular de mayo de 2011. Alianza País ganó las elecciones, pero la victoria tuvo el sabor amargo de una doble derrota: por un lado, la gélida constatación de que la ventaja electoral fue mucho más reducida de lo esperado; y, por otro, el poderoso remezón de disidencia interna que provocó una convocatoria electoral tan diametralmente distante de cualquier proceso de cambio verdadero.

Tres hechos políticos marcan el momento, todos desfavorables al gobierno. Primero, la reencarnación del proyecto de ley de comunicación y el conflicto con los medios. Segundo, la pérdida de la mayoría legislativa. Tercero, la consolidación del perfil público de una izquierda autónoma y opositora al gobierno, que amenaza con disputarle el discurso sobre el cambio.

Justo en el tema donde la victoria electoral en la consulta fue menos contundente y donde la formulación de las preguntas era más vaga e imprecisa, el de la ley de comunicación, el gobierno sigue patinando. En nada ayuda a la consolidación de una mayoría suficiente para aprobar la ley en la Asamblea Nacional el que, en un juicio privado contra el periodista Emilio Palacio, cuyas credenciales como insultador son conocidas, fuera condenado, junto al diario El Universo, a una desproporcionada pena de tres años de cárcel y 40 millones de dólares de indemnización. Pedro Restrepo obtuvo una indemnización de un millón de dólares por la tortura, asesinato y desaparición de sus hijos y por veinte años de calvario jurídico y complicidad criminal del Estado. Así se marca con claridad la desproporción inaudita de un fallo que considera cuarenta veces más importante el honor de una persona injuriada que la compensación incompensable de un crimen de lesa humanidad. Es probable que esta desproporción sea modificada en las apelaciones, pero el escándalo nacional e internacional por esta sentencia sin relación alguna con la falta, debilita aún más el balance político de una ley de comunicación cuyo centro no está en democratizar los medios sino en controlarlos desde el ejecutivo.

Al momento de escribir estas líneas todavía no estaba claro si Alianza País conseguirá o no mayoría en el Consejo de Administración Legislativo. La atropellada y poco edificante sesión donde se reeligió a Fernando Cordero como Presidente de la Asamblea Nacional, asegura que no será fácil. El bloque legislativo oficialista se desgrana. Todo hace pensar, más allá de la coyuntura inmediata, que el desengrane continuará. La razón de fondo nos remite de nuevo a la Consulta Popular de mayo: quedó en evidencia que el arrastre electoral del Presidente Correa no es lo que alguna vez fue. Varios de los caudillos políticos que conforman el bloque de País pueden pensar legítimamente que el pago político que recompense su subordinación y lealtad no es tan fuerte. Podríamos decir que ante aquella parte del bloque legislativo que no conoce cohesión ideológica alguna, sencillamente la promesa de pago electoral ha crecido en su “riesgo País”. Ante aquella parte, en cambio, que demanda cierta coherencia ideológica, el estilo autoritario y la notoria falta de negociación interna, varias veces revelada en los vetos presidenciales, llega a sus límites. La muerte cruzada se vuelve una amenaza poco creíble: todo hace pensar que en una nueva elección Alianza País obtendría menos legisladores que aquellos con los que cuenta ahora.

Por último, la izquierda autónoma del gobierno había vivido por cuatro años una doble dificultad persistente: ¿cómo diferenciarse de un gobierno que enarbolaba su discurso, aunque no lo cumplía, y, al mismo tiempo, distanciarse de la derecha tradicional que ocupaba incontestadamente el espacio de la oposición? La Consulta Popular, una vez más, dio una respuesta práctica a sus plegarias. Le permitió diferenciarse con un discurso autónomo, con un perfil claramente diferenciable de la derecha y se vio robustecida por varios grupos disidentes de Alianza País. Se formó una “Coordinadora Plurinacional “Esta Vez No””, que recientemente ha publicado un manifiesto por la unidad de las izquierdas. Está conformada por el MPD, Pachakutik, Montecristi Vive (el grupo de ex – asambleístas constituyentes de País liderados por Alberto Acosta) y Participación (el grupo de Gustavo Larrea).

Recientemente, la mayoría de las centrales sindicales, las organizaciones rurales más grandes y las organizaciones del Frente Popular, están sirviendo de columna vertebral de una alianza de organizaciones y movimientos sociales que busca coordinar su resistencia frente a las políticas de criminalización de la protesta social y de promoción de políticas económicas extractivistas. El perfil político y la coordinación de una izquierda de oposición por primera vez se desmarca claramente y adquiere un peso político distintivo.

Las secuelas del 30 de septiembre y del grave error de cálculo de la Consulta diseñada por los estrategas de marketing del gobierno, empiezan a doler en las filas de un grupo que se había acostumbrado a lucir su armadura sin abolladuras.


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Indígenas amazónicos preparan su Cumbre

Minga Informativa de Movimientos Sociales
El próximo 15 de agosto, en la ciudad de Manaus, Brasil, inicia la “Primera Cumbre Regional Amazónica: Saberes Ancestrales, Pueblos y Vida Plena en armonía con los Bosques”, convocada por la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica -COICA-.
En este Año Internacional de los Bosques, declarado por Naciones Unidas, la Cumbre propone “ofrecer una plataforma de diálogo proactivo que permita intercambiar conocimientos y experiencias sobre saberes ancestrales, conservación y uso sostenible de los bosques”, según la convocatoria. Diálogo que pondrá en escena a pueblos indígenas, gobiernos, organismos internacionales y sociedad civil “para definir acuerdos, compromisos políticos y acciones prácticas por la conservación y los usos que ofrecen los bosques”.
El temario incluye el cambio climático; los proyectos REDD+; biodiversidad; derechos colectivos; saberes ancestrales; territorios, “economía verde” y vida plena e incidencia y comunicación en derechos indígenas, entre otros. Se espera consensuar propuestas de cara a los próximos procesos multilaterales como la reunión de la COP17 en Durban, Sudáfrica, en diciembre, sobre cambio climático, y la Conferencia Mundial Rio+20 sobre desarrollo sustentable (Rio de Janeiro, junio 2012).
Para el día 16 está previsto un gran acto público en defensa de la vida y de los pueblos, contra la represa Belo Monte y otros grandes proyectos en la Amazonia.
Según información de la COICA, la cuenca amazónica abarca más de 10 millones de km cuadrados en nueve países amazónicos, donde están asentados unos 390 pueblos indígenas.
Sin duda las propuestas en torno a la REDD+ (Reducción de Emisiones de la Deforestación y la Degradación de Bosques) constituirán uno de los temas de debate central de esta Cumbre. Se estima que la destrucción de los bosques es uno de los primeros factores generadores de gas carbónico a nivel mundial. No cabe duda que los conocimientos y prácticas ancestrales de los pueblos indígenas, y su motivación por conservar su hábitat, ofrecen una clave de solución frente a este gravísimo problema, que avanza con paso precipitado en la Amazonia.
La REDD+ es una de las respuestas formuladas en el marco de las negociaciones globales de reducción de las emisiones de carbono, que prevé incentivos financieros para conservar los bosques. No obstante, es un tema polémico que no hace consenso en el seno del movimiento indígena. Si por un lado, varias comunidades ya están participando en los llamados programas de servicios ambientes, por otro, hay sectores que temen que el apoyo de los países ricos a estos programas es una estrategia para eximirse de la obligación de reducir sus propias emisiones industriales. Además, se los cuestiona por subvertir los derechos tradicionales y convertir los bosques tropicales en un commodity.
Frente a este debate, la COICA ha formulado una propuesta de condiciones y garantías para una REDD+ en comunidades indígenas, que contempla, entre otros aspectos:
- El principio de acción colectiva, desde la cosmovisión de los pueblos indígenas, encaminada a proteger el suelo, el bosque, el oxigeno y el agua.
- El desarrollo de los derechos a la consolidación jurídica de los territorios indígenas; el ordenamiento territorial y la zonificación económica y ecológica; y el fortalecimiento de las formas de gobernabilidad en los territorios.
- La no aceptación en los territorios indígenas: de proyectos de monocultivos; de intermediarios del mercado de carbono; de concesiones de bosques superpuestas bajo la figura del mercado de carbono y los proyectos privados o estatales que pretendan desarrollar un rubro de carbono a causa de los bosques.
- La aplicación por los Estado de los procedimientos de consulta para lograr un consentimiento previo, libre e informado de los pueblos indígenas, según el convenio 169 de la OIT, respectando el sistema y las estructuras de representación de las organizaciones indígenas en cada país; en su idioma y sin intermediación de terceros.
La Cumbre es organizada conjuntamente con la organización indígena amazónica brasileña COIAB.




“Cinco años atrás no había movimiento indígena en Perú, ahora somos actores”: Miguel Palacín


El nuevo presidente peruano, Ollanta Humala, acumula el descontento social, pero no es quien debería estar en ese escenario. Los movimientos indígena, campesino, sindical y ambientalista hemos sido excluidos y derrotados antes de la inscripción de listas. Las reglas están pensadas para eso. Y Ollanta ha girado al centro. Tuvo que decir que va a conservar el modelo económico, que no va a cambiar la Constitución. Pero los movimientos piden que cambie un modelo que persigue y mata dirigentes.

La experiencia de Bolivia nos sirve para no cometer los errores ocurridos. Puede pasar lo que ocurrió en Ecuador con Rafael Correa, que está criminalizando el movimiento indígena. Es mejor mantener una independencia política. Después de la guerra interna atroz entre Sendero Luminoso y el Estado, que nos dejó desarticulados, el movimiento ha logrado entrar en un proceso de crecimiento.

La guerra interna generó una desarticulación enorme. La derecha lo aprovechó. Con la caída de Fujimori, la gente joven logró organizarse. Fue la primera aparición del movimiento social. Ahí se visibilizó el movimiento indígena y campesino. Cinco años atrás aquí no había movimiento indígena, éramos simplemente campesinos y no teníamos un proyecto político. Pero hoy hemos logrado ser parte del movimiento social, ya no somos auditores de ONG, ahora somos actores.

Los sectores sociales tienen fuerza como para condicionar la política del nuevo gobierno. Aunque la tarea es complicada. Algunos sectores sociales, de ciudades costeñas principalmente, hablan de redistribución de riqueza, de derechos humanos. En cambio, los que venimos del Perú real pedimos cambiar el modelo del Estado centralista. Hay que redistribuir los poderes y la riqueza y, sobre todo, consultar para tomar decisiones. Tenemos que ser dueños de nuestros recursos.

El movimiento indígena se hizo visible desde mayo de 2008. Acordamos cerrar los territorios, trabajar con las bases y empezamos a hacer movilizaciones largas de 15 días, un mes. Esos fueron los levantamientos en Canchis, en Pasco, en el norte. El punto álgido del choque con el Estado fue Bagua [levantamiento indígena en 2009 por las leyes que abrían la selva a las multinacionales].

Bagua señaló al mundo que aquí hay vulneración de derechos, que se mata a la gente que protesta, que el Estado resuelve con armas, jueces y fiscales, y no políticamente. El escarmiento salió al revés. Los que llevaron armas, los que fueron a matar, murieron.

La minería está en todos los territorios: en la Costa, los Andes y la Amazonía. Cuando el Estado entrega concesiones no consulta. Y cuando la gente dice “no”, el Estado empieza a perseguir, a criminalizar. Los muertos siempre son pobres, son campesinos en resistencia contra la minería.

En 2002 se logró convocar la consulta en Tambogrande, y en 2006 la de Ayabaca y Huancabamba. Después vinieron las de Tacna y Tía María. Todo un proceso de consulta, con mandato de la ONU. El Congreso aprobó la ley de consulta previa, pero el gobierno objetó que en el país rige la Constitución actual y los recursos naturales son patrimonio del Estado.

Pero el Convenio 169 de la OIT, que obliga a la consulta, fue ratificado en 1994, por lo que es ley nacional. El gobierno está obligado a consultar a las comunidades.

Perú es un país muy racista y Lima es el espejo de ese racismo. Si alguien viene hablando quechua es excluido. Si vienes con el sombrero es porque formas parte del folclore, tus propios paisanos te miran así. La educación está hecha para el odio y el olvido. Todas las constituciones políticas se han hecho contra los indios y sin ellos. Cuando vas a la escuela y hablas en quechua te golpean, cuando no pronuncias bien el castellano eres objeto de burla, eso pese a que Lima tiene un 70 por ciento de migrantes y quechua-hablantes. Hay dos Perú: el legal, que es Lima, y el Perú real.

Hay diferencias con la experiencia de Bolivia, donde pareciera que se ha mantenido más la identidad indígena. Hemos vivido procesos distintos desde la Colonia. Aquí fue tan dura la colonización que el que se revelaba pagaba con sangre junto con toda su generación. Cuando se sublevó Tupac Amaru murieron 150 mil personas.

Todos los países están celebrando su bicentenario. En Perú todavía nos faltan 13 años. Fue el último país en lograr la libertad y no la hicieron los peruanos. El general San Martín peleó para que se proclamara la independencia en la plaza de Armas, pero sin indios. Los indios estaban en el cerro San Cristóbal y no se les permitió ingresar. Sólo fue un traspaso de mando de la colonia a los hijos de la colonia. Reconocieron a los indios en 1919 y la lucha siguió hasta los años 60, cuando se hizo la reforma agraria y se les devolvieron las tierras, pero no el territorio. En 1993 Fujimori borró derechos de los pueblos indígenas: que las tierras son inembargables, imprescriptibles e inalienables; ahora se pueden vender e hipotecar. Con la reforma agraria se devolvieron las tierras y se crearon cooperativas. El problema es que estas cooperativas se han privatizado. Y hoy hay cooperativas controladas por bandas armadas. Antes había un límite de 2 mil hectáreas. Ahora se puede llegar a 40 mil. Se está volviendo al latifundio.

La madre del cordero es la Constitución, que da prioridad a la propiedad y la inversión privada. Fujimori sacó además un conjunto de leyes que benefician a la inversión. Es fácil matar a quien protesta y es dueño de la tierra. Ésa es la seguridad jurídica. Hay unos 16 millones de hectáreas concesionadas en la región amazónica, y en la andina más de 24 millones. Todos, territorios indígenas. Y poco a poco va apareciendo el otro imperio, el brasileño, que con sus empresas logra concesiones para enormes hidroeléctricas y vías de integración como el famoso IIRSA. Y todo esto lo están haciendo gobiernos “progresistas” como el de Evo, Chávez o Correa.

El movimiento social no madura porque uno quiera, sino cuando llega el momento. Aquí tenemos dos corrientes: los movimientos sociales de después de los 90 y los de antes. La práctica de las organizaciones de antes es todavía caudillista, arribista. Eso va a desaparecer. El movimiento social es otro. Es el que está en la calle vendiendo sus productos en la mañana y en la tarde sale a luchar. La lucha está en el campo.

Miguel Palacín, uno de los fundadores de la Confederación Nacional de Comuni-dades Afectadas por la Minería (Conaca-mi), hoy coordina la Confederación Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI). Entrevista de Emma Gascó y Martín Cúneo, publicada por Opsur, y adaptada por Ojarasca.