domingo, 11 de septiembre de 2011

Censos raciales: un mal precedente


Por Jaime Coronado

Para ciertos sectores de no muy pocas organizaciones autodenominadas “afrodescendientes” en América Latina, volver a los Censos Nacionales donde se discrimine a la población, según determinadas categorías raciales y etnicistas, no es una afrenta sino, paradójica e increíblemente, ¡una reivindicación!

La consigna nació durante algunas de las reuniones internacionales de los grupos y movimientos “afrodescendientes”. Desde ahí, que la mayoría de organizaciones “afros” sostuvieran la idea de que “solo conociendo cuántos somos, dónde estamos y cómo estamos, avanzaremos definitivamente en la creación de políticas públicas que conduzcan a elevar los indicadores de bienestar social, económicos, culturales, tecnológicos de las y los afrodescendientes”

Las gentes “clasificadas” y discriminadas racialmente, como producto de un “constructo” mental y cultural, la idea de “raza”, que no tiene nada que ver con la realidad biológica, y si mucho con la realidad histórica, fueron condenadas a una existencia de sobreexplotación, oprobio y marginación, y ubicadas en la escala más baja de la estructura social del poder y que, por tanto, efectivamente, hizo que fueran víctimas del racismo estructural y cotidiano. Tenemos el deber y el derecho a exigir a la sociedad y al Estado mejores condiciones de vida y que los gobiernos aprueben todas las políticas publicas que sean necesarias para reivindicarlos y sacarlos de esa ubicación histórica.

Sin embargo, ¿se trata solamente de aspirar a “subir” un peldaño dentro de esta misma estructura de poder?; pero, ¿y para las demás gentes y poblaciones que siempre han sufrido y siguen sufriendo el racismo estructural, como es el caso de las poblaciones y comunidades amazónicas? ¿Que cada uno luche por su lado y como pueda?

Que esa historia de violencia, aprobio y marginación, justificada por la superioridad del “color” de la piel sea, en parte, un legado del “esclavismo” es cierto, pero ¿acaso no se trató de un “esclavismo moderno/colonial/capitalista”? ¿acaso eso no implico una moderna forma de acumulación capitalista que aportó, por ejemplo, a la hegemonía capitalista mundial de la Inglaterra del siglo XVIII y XIX, y que por tanto, esa condición de explotación/opresión/dominación se explica por el proceso de constitución de un “patrón mundial de poder capitalista/moderno y colonial”?

Y en ese sentido, ¿no es acaso verdad que toda lucha efectivamente antirracista y contra tales condiciones de vida, no pueden dejar de estar implicadas en una lucha contra ese orden capitalista mundial/colonial?; ¿no es caso que en su etapa de “globalización del poder” ese “patrón histórico mundial, capitalista/colonial” , ha profundizado, como nunca en la historia, los niveles de tal condición de miseria estructural, no sólo para los “afrodescendientes”, sino para el conjunto de explotados y dominados del mundo?

Quizás se puede ser indiferente a ese horizonte de lucha y de conflicto, pero ¿trabajar en contra, osea, para reproducir la estructura social jerarquizada , según las ”razas”, de las primeras etapas del orden mundial/colonial? Y en lo que concierne a los Censos Nacionales, ¿será posible viabilizar ese regreso? Lean la pregunta que se hará en el Censo Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, de la que están tan orgullos ciertos grupos “afrodescendientes”:

“Según sus rasgos físicos, ascendencia familiar, cultura y tradiciones se considera: Negro (a), Afrodescendiente, Moreno (a), Blanco (a), Otra ¿cual?”.

¿Y por qué no considerar dentro de las opciones: “mulato”, “zambo”, “pardo", etcétera? Pero, también, ¿por qué no también “indio”, “mestizo”, “cholo”? o ¿las veintitantas “clasificaciones” raciales llamadas “castas” de la época del virreinato?, ¿o las cinco o seis de los Censos de hasta mediados del siglo pasado?

Por esto mismo, en un primer momento, subestime esta “reivindicación“ por ser “técnicamente” inviable y que se descartaría por si misma. Sin embargo, no pensé que el efecto de la globalización de poder actual, que efectivamente genera una profunda y abismal polarización social, pudiera llevar, no sólo a políticas liberales y “desarrollistas” de ascensión (“movilización” se decía antes) social, sino a procesos de “auto-etnización-racialización”, por parte de las mismas víctimas del poder y de la idea moderna/colonial/capitalista de “raza”.

Lo bueno de todo esto, es que la gran mayoría de la población “clasificada” racialmente por el poder, como gente “negra”, no comparte estas posiciones de algunas ONGs y movimientos “afrodescendientes”, simplemente por que no están enteradas del asunto, pero también confío en que éstas ONGs y organizaciones “afrodescendientes”, reflexionaran sobre esta medida, y que por el contrario, apunten a otras reivindicaciones de mediano plazo, pero engarzadas, no desligadas, sino articuladas, a un horizonte de largo plazo, lo que implica a un horizonte descolonial y que por supuesto implica, desterrar la moderna/colonial idea de “raza”.


(Tomado de http://otramerica.com/opinion/censos-raciales-un-mal-precedente/591)


Brasil Corrupción: plaga política


Frei Betto


La política brasileña siempre se alimentó del dinero de la corrupción. No todos los políticos. Muchos son íntegros, tienen vergüenza en la cara y sinceridad en el bolsillo. Pero las campañas son caras, el candidato no dispone de recursos o evita reducir su economía, y los intereses privados en la inversión pública son voraces…

De ese modo se teje la trampa. El candidato promete, por debajo de la mesa, facilitar negocios privados a la par de la administración pública… y como por arte de magia aparecen los recursos para la campaña.

Una vez elegido aprueba adquisiciones sin licitación, nombra a los indicados por el grupo de la iniciativa privada, da luz verde a proyectos sobrefacturados y embolsa su parte del botín.

Para una empresa que se propone hacer una obra por valor de US$ 30 millones -y en la que, de hecho, no se gastarán más de 20, sobre todo en tiempos de subcontrataciones- es un negocio excelente embolsar 10 y aún pasarle 3 ó 4 al político que facilitó la negociación.

Todos conocemos la calidad de los servicios públicos. Basta con visitar el SUS (el Seguro) o confiar los hijos a una escuela pública. (Todo político debiera estar obligado por ley a recurrir a los servicios del Seguro y a matricular a sus hijos en escuelas públicas, tal como propone el senador Cristovam Buarque). Fíjense en las calles y carreteras: el asfalto se resiente por una lluvia un poco intensa, los baches muestran unas bocas enormes, los rebacheos son frecuentes. Obras interminables…

Todo eso me hace recordar el consejo de un preso común, durante el régimen militar, a mi colega Fernando de Brito, preso político: “Padre, cuando salga de la cárcel procure hacerse rico. Empiece a construir una iglesia. Promueva ferias, bingos, rifas… Recoja mucho dinero de los fieles. Pero no sea tan tonto que termine la obra. No la termine nunca. Así usted podrá comprar fincas y vivir en una bonita”.

Con el perdón de la rima, la idea que se tiene comúnmente es que el dinero público no es de nadie. Es de quien primero mete la mano. Y como son raros los gobernantes que, como la presidenta Dilma, van detrás de los ladrones, los compinches de Alí Babá se hartan.

Contaba mi padre la historia de un político de Minas Gerais que se enriqueció a base de propinas. Como sólo tenía dos hijos, entregó una buena parte de sus recursos (o mejor, nuestros) a un yerno suyo bastante pobretón.

Pero un día el beneficiario decidió separarse de su mujer. El exsuegro corrió detrás de él diciendo: “¿Dónde está mi dinero?” El exyerno entonces puso cara de indignado y le dijo: “¿Qué dinero? Pruébeme que yo tengo dinero suyo”. Ladrón que roba a ladrón… Hoy el exyerno vive con su nueva mujer en un condominio de gran lujo.

Soy escéptico en cuanto a la ética de los políticos o de cualquier otro grupo social, incluidos los religiosos y sacerdotes. En lo que sí creo es en la ética de la política, y no en la política. O sea, crear instituciones y mecanismos que cohíban a quien se sienta tentado a corromper o a ser corrompido. La carne es débil, dice el Evangelio. Pero las instituciones deben ser suficientemente fuertes, las investigaciones rigurosas y los castigos severos. La impunidad hace al delincuente. Y en el caso de los políticos a ésta se le añade la inmunidad. ¡Viva la robadera!

De ahí la urgencia de la reforma política -un tema que parece olvidado- y de una profunda reforma de nuestro sistema judicial. ¿Qué adelanta la Policía con agarrar a algunos si al día siguiente todos ellos vuelven a la calle ansiosos por destruir las pruebas? Y aún se gasta saliva en balde en cuanto al uso de los grilletes, olvidando los millones sustraídos… y nunca devueltos a las arcas públicas.

A pesar de que el sospechoso quede en libertad, ¿por qué la Justicia no le congela sus bienes y le impide mover sus cuentas bancarias? La parte más sensible del cuerpo humano es la bolsa. Los corruptos saben muy bien hasta dónde puede ser beneficiado o perjudicado.

Las escuelas debieran debatir los casos de corrupción en las aulas. Imbuir en los alumnos la suprema vergüenza de hacer uso privado de los bienes colectivos. Ya que el concepto de pecado ha dejado de ser la norma de la moral social, urge cultivar la ética como orientadora del comportamiento. Desarrollar en los niños y jóvenes la autoestima de ser honesto y de preservar el patrimonio público. (Traducción de J.L.Burguet)

- Frei Betto
es escritor, autor de la novela “Minas del oro”, que la editorial Rocco presentará al público esta semana. http://www.freibetto.org/> twitter:@freibetto.
Copyright 2011 – Frei Betto - No es permitida la reproducción de este artículo por cualquier medio, electrónico o impreso, sin autorización. Le invitamos a que se suscriba a todos los artículos de Frei Betto; de este modo usted los recibirá directamente en su correo electrónico. Contacto – MHPAL – Agência Literária (mhpal@terra.com.br)


http://alainet.org/active/48997



La crisis estructural del poder norteamericano y la conformación de un nuevo Sistema Internacional multicéntrico


Marcelo Gullo

A partir del fin de la Guerra de Secesión (1865) existió, en los Estados Unidos, una perfecta armonía entre los intereses del estado norteamericano y los de la alta burguesía norteamericana. Una alianza que, luego de la Guerra de Secesión, puso en marcha un gran proceso de industrialización impulsado por el Estado y protegido de la competencia externa por fuertes restricciones tarifarias, pararancelarias y subsidios, tanto encubiertos como desembozados . Este proceso de industrialización generó una enorme inmigración europea hacia los Estados Unidos, retroalimentando un mercado interno en creación y crecimiento permanentes y generando un verdadero “círculo virtuoso de crecimiento” cosa que, a su vez, consolidó, aún más, la originaria unión de intereses entre la alta burguesía y el propio estado norteamericano. Aquello que era bueno para la alta burguesía norteamericana era, también, bueno, para el propio estado norteamericano.

Seguir leyendo...


*

A una década de distancia del derrumbe de las Torres Gemelas

El 11 de septiembre en la memoria del pueblo estadounidense


El 11 de septiembre de 2011 marca, en nuestra historia hemisférica, el recuerdo de dos grandes sucesos. El primero de ellos ocurrió en el año 1973. Bajo el manto encubierto de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos y en confabulación con las fuerzas armadas de Chile y los sectores empresariales empeñados en implantar el modelo neoliberal impulsado por la llamada “Escuela de Chicago bajo la inspiración de Milton Friedman”, un Golpe de Estado derrocó al gobierno constitucional de Salvador Allende. La secuela del Golpe dejó miles de chilenos asesinados, torturados, desaparecidos y exiliados, mientras el gobierno militar se encargó de desmontar el conjunto de reformas económicas y políticas impulsadas por el Gobierno de la Unidad Popular.

El segundo de ellos ocurrió hace exactamente una década cuando, conforme a la información oficial divulgada por las autoridades estadounidenses, aviones comerciales repletos de combustible y convertidos por sus secuestradores en misiles letales, impactaron las llamadas Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York y el edificio del Pentágono en Washington; mientras en un tercer incidente, ocurrido sobre el espacio aéreo de Pensilvania, otro avión se precipitaba a tierra muriendo todos sus ocupantes.

Bajo el primer suceso, se instaura en Chile un régimen de terror, encabezado por una dictadura militar, que se prolongaría por más de una década con efectos desastrosos al interior del país. Los sucesos acaecidos en Estados Unidos, por su parte, llevaron a desatar lo que ha venido a llamarse por sus gobernantes como la “Guerra contra el Terrorismo”, guerra que ha vendría a librase, según indicara el Presidente George W. Bush, en todos los frentes de batalla: militar, inteligencia, acciones de cumplimiento de ley y el frente diplomático.

Cuando aún no se conocía la identidad de las personas responsables por los sucesos del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, al día siguiente, la Organización de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 1368. En ella exhortó a la comunidad internacional a colaborar con urgencia para someter a la justicia a los autores, patrocinadores y organizadores de dichos atentados. La Resolución convocaba a la comunidad internacional a prevenir y rechazar los actos de terrorismo y tomar aquellas medidas necesarias para responder y combatir el mismo.

Con el aval de la Resolución 1368 de la ONU, el día 14 de septiembre de 2001, el Presidente George W. Bush inició la promulgación de varias Ordenes Ejecutivas dirigidas a preparar las condiciones para Estados Unidos responder a la llamada amenaza a su seguridad. Así las cosas, se creó una “Oficina de Seguridad” y un “Concilio de Seguridad”, ambas adscritas a la Oficina del Presidente. La tarea asignada a estas instancias fue el desarrollo y coordinación de la estrategia nacional de seguridad de Estados Unidos contra el terrorismo. Otra Resolución de las Naciones Unidas, la número 1373 de 28 de septiembre de ese año, legitimó el uso de la fuerza por parte de los Estados miembros a través de todos los medios necesarios, según la Carta de la ONU, para enfrentar las amenazas a la paz y seguridad internacionales. La Resolución instó a los Estados a actuar con urgencia y tomar aquellas medidas necesarias para combatir el terrorismo.

En el plano doméstico, el conjunto de Órdenes Ejecutivas fue a su vez acompañado por acción congresional. El 26 de octubre de 2001, el Congreso de Estados Unidos aprobó lo que se conoce como “Ley USA PATRIOT”. Tal nombre es un acrónimo que en inglés significa “Uniting and Stregthening America Providing Appropiate Tools Required to Intercept and Obstruct Terrorism”, (Unir y Fortalecer América al Proporcionar las Herramientas necesarias para Interceptar y Obstruir el Terrorismo). A juicio del gobierno estadounidense, esta Ley crearía el marco necesario para atender las nuevas amenazas a la seguridad estadounidense. Su contraparte, también aprobada por el Congreso, fue la “Foreign Intelligence Surveillance Act”. Mediante esta última, se autorizó el espionaje en Estados Unidos de sus propios residentes y ciudadanos por parte de las agencias de inteligencia utilizadas por este país para la vigilancia extranjera.

En su origen la Ley PATRIOT planteó cientos de cambios o modificaciones en múltiples y diferentes leyes entonces vigentes en Estados Unidos. Así también, la Ley formula nuevos elementos limitativos del ejercicio de los derechos constitucionales no contemplados hasta entonces para ciudadanos estadounidenses. Algunas de las enmiendas formuladas fueron adoptadas sujetas a un término de vigencia limitada (“sunset clauses”), es decir, ya en la redacción de la enmienda estaba consignada la fecha en que los cambios introducidos perderían vigencia, restituyendo así el anterior estado de derecho expirado el plazo prescrito. A pesar de lo anterior, sin embargo, estando muchas de estas enmiendas ya próximas a la fecha de expiración, el Congreso de Estados Unidos extendió las mismas por periodos de tiempo adicionales, definidos o indefinidos. Como resultado, cambios que en un principio respondieron temporalmente a ciertas circunstancias, eventualmente pasaron a ser permanentes en la vida del pueblo estadounidense.

Así ocurrió cuando se aprobó en 2003 la llamada “Domestic Enhancement Act”, también conocida como la Ley PATRIOT II; con la Ley de Seguridad Interna de 2001, al ser creado el Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos (“Homeland Security Department”); con la “Intelligence Reform and Terrorism Prevention Act”, de 2004; con la “Patriot Improvement and Authorization Act” de 2005; o con la más reciente extensión, ocurrida el pasado 26 de mayo de 2011, cuando se amplió por cuatro años adicionales el término permitido para que las autoridades escuchen, sin sujeción a las restricciones existentes previo al 11 de septiembre de 2001, llamadas telefónicas; la realización de investigaciones en negocios mediante órdenes judiciales; y la vigilancia de ciudadanos extranjeros que podrían estar participando en la planificación de ataques terroristas dentro de Estados Unidos.

Durante los pasados años también se han presentado en el Congreso de Estados Unidos múltiples proyectos de ley bajo la premisa de atacar el terrorismo internacional o doméstico. Entre ellas se encuentran medidas que han pretendido la reactivación de algunas modalidades de Servicio Militar Obligatorio; o medidas como la contemplada en el H. R. 1955 (“Violent Radicalization and Homegrown Terrorism Prevention Act”) de 2007, donde ya no se plantea atacar el terrorismo en sus etapas de planificación y ejecución, sino ampliar las facultades de espionaje de los organismos de seguridad de Estados Unidos contra agrupaciones legales donde se pudiera entender que elementos radicales o potencialmente susceptibles a vincularse con actividades terroristas, pudieran esconderse o cobijarse. Así las cosas, organizaciones tales como grupos comunitarios, ambientalistas, políticos, educativos, defensores de los derechos civiles o sociales de los inmigrantes, por sólo mencionar algunos, que pudieran servir de guarida para activistas propensos a actividades catalogadas por las agencias de seguridad como terroristas, podrían ser objeto de penetración y control por tales agencias de seguridad, independientemente no se estableciera vínculo alguno con una actividad ilegal. Se trata de una variante legalizada de los operativos de COINTELPRO (“Counter Intelligence Program”) de la década de los sesenta y setenta del siglo pasado, utilizados en Puerto Rico contra el independentismo y en Estados Unidos contra organizaciones progresistas y revolucionarias.

Los efectos en los pasados años de este conjunto de medidas adoptadas por el gobierno de Estados Unidos, ha colocado a sus propios ciudadanos en la mirilla de lo que antes su propio gobierno denunciaba en otras regiones del planeta como prácticas típicas de regímenes totalitarios o represivos. Cada día la sociedad estadounidense vive más insegura, mientras hipoteca al gobierno sus derechos en aras de una supuesta seguridad que no existe.
Otra de las consecuencias habidas para la sociedad estadounidense en la pasada década ha sido la que ha involucrado a Estados Unidos posiblemente en la guerra más larga que ha tenido que librar dicho país en su historia, la llamada guerra contra el terrorismo. Esta guerra no deja de cobrar vidas de ciudadanos estadounidenses en operaciones militares en decenas de países del Medio Oriente, África y Asia. Denominadas como “Operation Iraqi Freedom”, “Operation New Dawn” y “Operation Enduring Freedom”, tales intervenciones militares le han costado a Estados Unidos más de cincuenta y un mil bajas, incluyendo muertos y heridos.

A pesar de que en la pasada década se han incrementado las medidas de seguridad en el país, rayando en la supresión de derechos y conquistas democráticas de las cuales como indicamos, se ufanaba el ciudadano estadounidense promedio frente a sus vecinos del Sur, la realidad es que hoy Estados Unidos es más inseguro que nunca antes.
Los miles de millones de dólares invertidos en tecnologías, medidas de represión, diseño de leyes más restrictivas al ejercicio de los derechos ciudadanos establecidos en las primera diez enmiendas de su Constitución, el uso de nuevos y más sofisticados recursos de vigilancia, la construcción de muros en sus fronteras para el control del acceso de extranjeros en su territorio y el desarrollo de acuerdos de colaboración con organismos de seguridad de otros países, por solo mencionar algunas medidas, en nada han servido para el que ciudadano promedio confíe más en su gobierno o se sienta protegido por él. Mientras tanto, la polarización en el país continúa en aumento entre los sectores liberales y aquellos que demandan un Estado más fuerte, aún a costa de la supresión de las libertades individuales uniformes para todos los ciudadanos.

Esa derecha conservadora es la que va ganando espacio en el debate político cotidiano en Estados Unidos. Los avances ideológicos del llamado conservadurismo estadounidense, hoy galopante bajo el nombre del movimiento del “Tea Party”, va absorbiendo en su seno a los viejos profetas del “Ku Klux Klan”, de los movimientos de supremacía blanca en Estados Unidos y los detractores del federalismo en su afán de articular un claro programa de corte reaccionario y derechista en Estados Unidos. Estos, en conjunto con una visión dirigida al desmantelamiento del Estado Benefactor que privilegia en la intervención del Estado en los procesos económicos, es la misma que lanzaría a la desesperanza a amplias capas de la población en Estados Unidos y afianzaría cada vez más, el apoderamiento a todas luces evidente del complejo industrial-militar en la conducción de la política estadounidense. A lo anterior puede sumarse un ultra conservadurismo religioso anti musulmán, que promueve el odio hacia aquellos que profesan su fe teniendo como base el Corán.
Estados Unidos vive hoy una realidad distinta a aquella que existía a la altura de septiembre de 2001 cuando los atentados contra las Torres Gemelas. Hoy día en Estados Unidos prevalece una situación de crisis económica severa donde el potencial de desarrollo de las luchas y protestas sociales, tienen la capacidad de sumarle un ingrediente adicional a cualquier amenaza externa en respuesta a sus políticas intervencionistas e imperiales a escala mundial.

La coincidencia de estos factores propende al fortalecimiento del aparato represivo del Estado y la limitación de las libertades a su propia población. Bajo tales circunstancias, el avance en un discurso que promueva el miedo, la inseguridad, el odio religioso y el racismo, no son sino la incubadora de un llamado hacia una mayor restricción de derechos ciudadanos en Estados Unidos que posibilitarían llegar a límites que quizás hoy todavía nos resulten difíciles de asimilar. Por eso se ha dicho que a la larga el fascismo, en alguna de sus modalidades, puede imponerse por la extrema derecha en este país como solución a la crisis económica, política y social en Estados Unidos. Ante un escenario así, el único antídoto es la lucha organizada del pueblo en la defensa de sus libertades.

La experiencia de la pasada década, vista en retrospectiva luego de los sucesos del 11 de septiembre en Estados Unidos, nos permite pasar un balance sobre la vigencia de tales libertades civiles en este país y como parte del mismo, entender no solo cuánto se ha perdido en la vigencia de lo que se consideran son derechos y garantías individuales de los ciudadanos bajo la Constitución de Estados Unidos, sino configurar una idea de cuántos derechos o libertades adicionales podrían perderse si permanecemos apacibles, como meros observadores de la historia y no como constructores de la misma.

La relación de subordinación política de Puerto Rico a Estados Unidos guarda estrecha relación con la vigencia de lo que consideramos son los derechos y libertades de los puertorriqueños(as). Cuanto hoy hagamos y continuemos haciendo en defensa de los mismos, será la garantía del país al que aspiramos en el futuro.

http://alainet.org/active/49208〈=pt

Vandana Shiva: ´La revolución es inevitable y será ecológica´


Inspirada por personajes como Einstein o Gandhi, física nuclear y filósofa, esta ambientalista india que es Premio Nobel Alternativo rechaza la energía nuclear por ser contaminante e inventada para matar. Vandana Shiva defiende la ecología como parte inseparable de los derechos humanos y sigue creyendo más que nunca en una alternativa al brutal capitalismo basada en el amor y la no violencia.


NACHO MARTÍN | CASTELLÓ

Si hay algo que alguien recuerda la primera vez que habla con Vandana Shiva es su sonrisa cautivadora, asombrosamente constante, siempre dispuesta a compartir los pequeños secretos de la felicidad; esos que hacen que este mundo siga mereciendo la pena.

-¿Puede la ecología parar las guerras?

-¡Sólo la ecología puede parar las guerras! Porque las guerras se hacen por recursos naturales: petróleo, minerales, agua... Y si alguien no respeta la tierra, tampoco puede respetar los derechos humanos. Todo el mundo tiene derecho a los recursos naturales.

-¿Existe alternativa al capitalismo?

-La mayoría del mundo sobrevive fuera del capitalismo; en mi país, el 95% de la población. Y la mayor parte de la historia de la humanidad no ha tenido capitalismo.

-Pero el capitalismo de los países occidentales sí influye en el resto del mundo, para bien o para mal....

-En los últimos 50 años la parte mala se ha hecho más grande. En vuestros países, el capitalismo tenía una cara social y ello ha llevado a muchos a desistir en su lucha contra él. Por eso pasa ahora lo que vemos en crisis como la de Grecia, España, Irlanda o Islandia, y estos son sólo unos pocos de los primeros países donde pasará. También está pasando en Inglaterra. En nuestro mundo, el capitalismo entra y te roba la tierra, con su cara más brutal. En el vuestro la crisis ha hecho que el capitalismo se quite esa careta social y empezáis a vivir el capitalismo brutal.

-En Grecia creen que han empezado una revolución que liderarán con España e Italia para cambiar el mundo, aunque aún no saben cómo...

-Visité la Puerta del Sol y veo que el 50% de la población han sido expulsados por el sistema económico, un 49% de desempleo entre los jóvenes; que es como decirles 'no tenemos sitio para ti en el sistema'. Hay gente tirada en las calles, hay inteligencia en la calle, y va a buscar un cambio. Es inevitable esa revolución; no puedes excluir del sistema al 50% de la sociedad y esperar que nada ocurra. Lo que va a ocurrir no dependerá del sistema financiero. La gente quiere menos capital y más bienestar. Sea cual sea el cambio será ecológico y sostenible. No es ninguna utopía vacía. Es un imperativo ecológico y social.

-En los 70 usted se abrazaba a los árboles para evitar que los talaran. ¿Debería la gente abrazar árboles más a menudo?

-La gente debería abrazar más a menudo todas las cosas valiosas. Los árboles son valiosos, el suelo es valioso, los niños lo son. Tenemos que declarar con amor: '¡tú no vas a destruir estas cosas valiosas!'.

-¿Por qué ecología y derechos humanos están vinculados?

-La ilusión de la filosofía mecanicista y el capitalismo han intentado meter en nuestras mentes que están separados y que no somos parte de la naturaleza. Lo cierto es que el capitalismo financiero crece, pero el bienestar humano no. Las cosas más básicas vienen de la tierra. La energía nuclear es la más cara y peligrosa y aún nos dicen que es limpia y segura. La fast-food (comida rápida) está destruyendo nuestros bosques y matando nuestros cuerpos, desconecta nuestro cerebro para que no pensemos y no elijamos; los fertilizantes contaminan aguas y con los transgénicos estamos contaminando y destrozando la diversidad de miles de especies para que alguien patente un monocultivo.

-¿Qué significa para usted no-violencia? ¿Cree que la Satyagraha de Gandhi (apóstol de la lucha pacífica) es posible hoy en día pese a la violencia de los gobiernos?

-El principio de la no-violencia es no dañar ni a la tierra ni a los seres vivientes. En India estamos aplicando la Satyagraha de Gandhi con la defensa de las semillas; y en las calles de India se está practicando no-violencia contra los políticos corruptos. Y sí, los gobiernos son más violentos porque la globalización capitalista exige una acción militar violenta. Hay gente que muere, pero si tu respuesta es coger una pistola te aseguro que ya habrás perdido, porque los ejércitos capitalistas tienen más armas de las que tu nunca podrás llegar a tener. La no-violencia es más ética, efectiva y evita que se criminalice a un movimiento. Desde el miedo no lo puedes hacer, sólo con amor, también es una cuestión de conexiones, el momento mágico llega.

-¿Es la falta de contacto con la naturaleza la causa de tanto estrés, infelicidad, depresiones...?

-Tiene incluso un nombre: desorden por déficit de naturaleza. Se ha comprobado con mucha gente que se pone bien nada más tener contacto con la naturaleza.

-¿Cuál es su mayor lección aprendida a lo largo de la vida?

-Que no hay una fuerza más potente que el amor. Como ejemplo te puedo decir que estoy aquí con mi hijo. Soy madre soltera y la mayor parte de las cosas buenas que he hecho han sido guiadas por mi amor por él, por mi deseo de que tenga lo mejor. Podría haber sido una persona enfadada y descontenta, pero he hecho del amor un enriquecimiento para mi vida.