sábado, 14 de abril de 2012

El futuro del real y la economía brasileña

  • Un análisis de la sustentabilidad del crecimiento de la mayor de las economías de América Latina.

  • Por Santiago Pérez (@perez_santiago) - desde Rio de Janeiro | 14.04.12

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    ¿Es sustentable el crecimiento de Brasil en el mediano y largo plazo?

    El ascenso de Brasil al status de potencia económica mundial ha generado un sinfín de especulaciones, análisis y estudios en torno al futuro de la mayor de las economías de América Latina. ¿Es sustentable el crecimiento de Brasil en el mediano y largo plazo? ¿Cuáles son los factores de los que depende el país sudamericano para continuar su expansión? ¿Podrá sostenerse el real como una moneda fuerte?

    En busca de respuestas a estos interrogantes decidí viajar a la Ciudad de Rio de Janeiro y conversar con especialistas que pudieran aportar una visión sobre el futuro de la economía brasileña.

    Una vez allí concerté una entrevista Alexandre Rocha (Twitter: @alexeconomia), quien es economista especialista en macroeconomía y conoce de cerca no solo el funcionamiento del modelo económico conducido desde Brasilia sino también la historia reciente de esta ascendente potencia.

    La primera cuestión tratada en la charla fue el asunto del valor del real y si la economía brasileña tiene la capacidad de sostener una moneda tan valorizada.

    Al respecto Rocha sostuvo que la fluctuación de la moneda brasileña con respecto a otras divisas está directamente vinculada a las tasas de interés. Actualmente existe en Europa y Estados Unidos un exceso de liquidez producto de los salvatajes financieros que fueron coordinados por Bruselas y Washington. En forma natural estos capitales se mueven en búsqueda de mayores retornos. Actualmente la tasa de interés de fijada por el Banco Central del Brasil se encuentra en el 9.75%. Si a este número restamos la inflación nos encontramos con una tasa real en torno al 2.5%. Estas cifras son lo suficientemente atractivas para que los capitales ingresen y presionen el valor del real hacia arriba.

    Acerca de lo que podría suceder en el corto plazo, todo indica que la cotización del real en relación al dólar se mantendrá aproximadamente en 1.70, 1.75, 1.80 o 1.85. Dentro de la actual coyuntura macroeconómica la autoridad monetaria cuenta con la capacidad de regular la tasa de interés en un fino equilibrio que permite un crecimiento económico sin un incremento en la inflación.

    Mi segunda consulta se relaciona con al tema de la previsibilidad. Teniendo en cuenta que capitales provenientes del primer mundo buscan refugio en los países emergentes. ¿Qué garantías puede dar Brasil a los inversores de que sus activos no solo encontraran atractivos retornos sino también seguridad?

    En relación a esto Rocha afirmó que el Brasil de hoy no es el de la década de 1980. El país tiene la capacidad de transmitir confianza y certidumbre al mercado financiero internacional. De hecho Brasilia ha grabado impositivamente el ingreso de capitales de corto plazo o especulativos evitando así fluctuaciones o alteraciones bruscas en el tipo de cambio. Este marco permite dar previsibilidad a la economía general y seguridad a los inversores.

    Durante el siguiente tramo de la entrevista el tema de conversación se alejo de la cuestión financiera para comenzar a analizar los aspectos relativos a la economía real. Si Brasil tiene la ambición de transformar el crecimiento en desarrollo y hacer que el mismo sea sostenible en el tiempo está obligado a dotar de mayor valor agregado a sus exportaciones. Mi consulta fue la siguiente: ¿Cuál es el perfil exportador del Brasil de hoy?

    En su respuesta el entrevistado describió la estructura exportadora del país. Actualmente el 50% de las ventas externas brasileñas se encuentran concentradas en seis aéreas: Minería, Petróleo, Azúcar, Café, Pollo y Soja. Si bien en 2010 Brasil se transformo en el tercer mayor exportador agrícola a nivel mundial y posteriormente en la sexta economía mundial, este modelo no permitiría al país transformarse en una nación desarrollada. Actualmente la industria está volcada mayormente al mercado interno y no hacia el exterior. Rocha adjudica esta situación al denominado “Costo Brasil”, el cual está compuesto por la excesiva presión impositiva, los elevados costos para abrir una empresa y el ineficiente sistema de transportes.

    Por las características geográficas del país un sistema ferroviario permitiría a la industria ser más competitiva mientras en la actualidad las mercaderías son mayormente transportadas por carreteras. Es por esto que si la industria brasileña desea competir con China e India es necesario que se realicen fuertes inversiones en infraestructura de transportes así como también reformas impositivas y legislativas.

    El último tema a tratar durante el encuentro fue el futuro y qué podría suceder o dejar de suceder en el mediano plazo.

    La respuesta de Rocha se inició con la frase muchas veces repetida: “Hace 50 años que Brasil es el país del futuro”. Refiriéndose un poco en broma y un poco en serio a que hace ya varias décadas que se describe a Brasil como el país del futuro pero que ese futuro pareciera nunca llegar a ser presente.

    Posteriormente y ya refiriéndose mas concretamente el corto y mediano plazo, Rocha sostuvo que de mantenerse los precios de las materias primas elevados, el crecimiento de China estable y las tasas de interés internacionales bajas, la economía brasileña podrá seguir creciendo. Pero que si Brasil pretende tener un modelo más sustentable y que no dependa de una coyuntura internacional favorable serán necesarias inversiones y reformas que permitan aumentar la competitividad de su economía.

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