jueves, 3 de mayo de 2012

Africa: Resistencias heroicas


Por Roberto Correa Wilson *


La Habana (PL) El arribo de los europeos a Africa en el siglo XV abrió una etapa desconocida hasta ese momento histórico por las poblaciones autóctonas, y casi de inmediato los recién llegados pretendieron establecer un sistema de relaciones de dominación y subordinación.

Desde 1498, el rey Carlos de Portugal estaba interesado en la apertura de una ruta comercial segura hasta la India y con ese objetivo financió los viajes de los navegantes lusitanos, quienes fueron los primeros europeos en explorar y visitar las costas africanas.

En un principio los contactos con los nativos se limitaron a intercambios comerciales con las poblaciones que habitaban las áreas costeras, sin penetrar en el interior de los territorios.

En 1500 el portugués Pedro Alvares Cabral llegó a las playas brasileñas de Bahía y se estableció el dominio de su país en esa nación suramericana, que se convirtió en una colonia. Los dueños de haciendas necesitaban mano de obra y esa demanda impulsó la trata de esclavos.

Fueron los portugueses los iniciadores del comercio de esclavos que con la participación después de ingleses, franceses, holandeses y otros, practicaron hasta el siglo XIX el saqueo humano en zonas del Africa Occidental, uno de los crímenes más abominables cometidos por el hombre contra su semejante.

La despiadada cacería de hombres y mujeres en ese continente provocaría el odio hacia la presencia de los extranjeros, el cual se traduciría en actos de rechazo y acciones heroicas que han quedado en la memoria de los pueblos africanos.

APRESADO EL ENVIADO DEL REY

En el siglo XV llegaron los portugueses a Angola, comandados por Diego Cao. Después de informar al rey sobre las grandes posibilidades de explotación que tenía el país, regresó más tarde para iniciar la colonización.

El reino de Kwanza, angolano, se caracterizó por una oposición vigorosa al colonizador, llegando en una ocasión a apresar a una embajada enviada por el soberano portugués para tratar de neutralizar la beligerancia nativa.

A pesar de la resistencia, el portugués Paulo de Novais se estableció definitivamente. Desde ese instante comenzaron las guerras de enfrentamiento directo y continuo contra los lusitanos. Se destacó en ese conflicto el rey angolano Ngola, que logró unificar el estado de Kwanza.

La pequeña Santo Tomé y Príncipe fue escenario de uno de los más enconados enfrentamientos a la esclavitud colonial portuguesa. Las rebeliones estuvieron encabezadas por Joan Gato, la primera, y por Amador Vieira, la segunda, quien fue proclamado rey por los que sufrían opresión extranjera.

Vieira llegó a movilizar cerca de cinco mil esclavos, consiguió liberar la mayoría del territorio nacional y mantuvo al gobernador y a las tropas coloniales cercados en la capital. Traicionado y hecho prisionero, fue asesinado en 1596, después de sufrir horribles torturas.

En Guinea Bissau funcionaba la Compañía Portuguesa de Guinea, autorizada por la Iglesia a introducir esclavos africanos en América. Los conquistadores tuvieron que vencer con las armas la resistencia de fulas, balantas, mandingos y otros grupos étnicos.

La capital del imperio Monomatapa, en Mozambique, se encontraba en una zona denominada Mashona. El rey de Portugal dio órdenes a sus tropas de emplear mano dura contra los nativos e incluso contra los mercaderes musulmanes en una localidad llamada Sofala.

A pesar de la superioridad en armamentos y la brutalidad de las tropas extranjeras, los portugueses nunca lograron imponer un control duradero, excepto en una delgada franja costera que iba desde Cabo Delgado hasta Sofala.

SIGLOS DECISIVOS

En los siglos XVIII y XIX se multiplicaron las rebeliones contra la dominación esclavista y colonial. En Guinea, dos jefes de tribus se distinguieron por su oposición a la opresión francesa: Almamy Samory Touré y Alpha Yaya.

Samory unificó varios reinos y creó un Estado organizado e hizo resistencia a la conquista colonial durante 18 años, pese a la superioridad de los armamentos de sus enemigos. Capturado, fue deportado a Gabón y murió en ese país.

Durante cuatro años el rey Behanzin en Benin encabezó una resistencia heroica contra los franceses.

Las campañas de Behanzin fueron reprimidas por las tropas de París, que lograron derrotarlo por sus armas modernas. Hecho prisionero, resultó deportado a Martinica primero y a Blida, en Argelia, después, donde murió. Hoy es considerado Héroe Nacional en Benin.

La Corona británica quedó sorprendida ante la feroz resistencia a la colonización ofrecida en Malawi por las etnias yao, angoni y los grupos árabes, antiguos pobladores de ese país del Africa Austral.

Las huestes de su Majestad recibieron órdenes de aplastar a cualquier precio la rebeldía nativa y con tal fin se emplearon cañones y tropas fuertemente armadas. Sólo así pudieron cumplimentar la orden llegada desde Londres.

Estas son unas breves reseñas de las heroicas rebeldías de los pueblos africanos contra la esclavitud y el colonialismo extranjero.

*Periodista cubano especializado en política internacional, ha sido corresponsal en varios países africanos y es colaborador de Prensa Latina.

arb/rcw

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