viernes, 27 de julio de 2012

¡En España también se ocupan tierras!

Helena Roux
Periodista
Adital

Desde la finca Somonte, región de Córdoba, Andalucía, España.

El día 24 de julio del 2012, un fornido grupo de jornaleros encabezados por el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) marchó hacia la finca La Turquilla, situada en la sureña región de Sevilla, con la intención de reivindicar, para trabajarlas, unas 1200 ha de tierra, actualmente propiedad del Ministerio de defensa y en donde el ejército español se dedica a la crianza de yeguas.


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- Ocupación de la finca "La turquilla" por el Sindicato Andaluz de Trabajadores

Con esa acción se extiende el viento de ocupaciones que ha comenzado a soplar hace unos meses sobre tierras españolas. Uno de los casos más emblemáticos es el de la finca Somonte, ocupada desde el 4 de marzo de este año. Desde entonces unos 20 jornaleros permanecen en las 400 ha, que el gobierno regional andaluz tenía la intención de subastar a inversionistas privados.

"Hace algunos años, con el boom inmobiliario que conoció España, mucha gente de los pueblos iba a trabajar en la construcción y había bastante trabajo también para los obreros del campo” explican los ocupantes de la finca Somonte. Pero con la crisis financiera que golpea toda Europa (principalmente los países del Sur: España, Italia, Grecia), se pararon los grandes proyectos y con ellos escasearon las oportunidades de encontrar trabajo. Eso provocó un reflujo hacia el campo, algo similar a lo que en Centroamérica se conoce como el "retorno a la parcela”: en tiempos difíciles, es preciso asegurar la subsistencia a como sea y la producción agrícola, mal que bien, ofrece esa posibilidad.

En Somonte conviven tanto obreros del campo que ya no encuentran trabajo en las fincas aledañas como alguna gente de la ciudad que ya no hayan donde emplearse. Aunque algunos de aquellos reconocen que el aprendizaje es difícil, también recuerdan que son hijos de campesinos así que a pesar del camino emprendido hacia la ciudad, mantienen lazos fuertes con su tierra de origen.

Mas que otras regiones de España, existe en Andalucía la tradición de "rodar” de finca en finca, trabajando ajeno en la cosecha de frutas y verduras. Los más mayores cuentan que antes, esa migración los llevaba año por año hasta otros países de Europa, Francia principalmente para la cosecha de uvas. Esta situación se debe al carácter feudal de la tenencia de tierra en esa región, en donde 2% de la población posee más del 50% de las tierras, siendo el resto repartido entre pequeños y medianos productores y el gobierno regional de Andalucía (tierras nacionales). En Palma del Río (municipio en el cual está ubicada la finca Somonte), la mayoría de las tierras se la reparten unas cuantas familias, explica Javier, obrero agrícola oriundo de la región. "Además de esos terratenientes, poseen tierras representantes de la nobleza. Tenemos aquí en la región de Sevilla duques, condes y marquesas así como la compañía de Jesús (los jesuitas) que aun es dueña de muchas tierras”. En la región, pervive el sistema de colonato. "No es inusual, cuenta María (otra ocupante de Somonte), que los campesinos de dos pueblos se pregunten entre sí: '¿quién es tu amo?', refiriéndose así al terrateniente que los emplea y en cuyas tierras están edificadas sus viviendas”.

A este panorama medieval, han venido a sumarse inversionistas citadinos, que Javier categoriza como "nuevos ricos”. Menciona entre otros el dueño del célebre club de fútbol 'Real Madrid' que ha comprado grandes extensiones de terrenos para dedicarse a la caza. "Ese y otros, precisa Javier, no tienen ninguna relación tradicional con el campo, solo han venido a invertir su dinero aprovechando para hacerlo fructificar, las subvenciones que otorga la Unión Europea para fomentar la agricultura agro exportadora y últimamente los cultivos vinculados a la producción de agrocombustibles.

Tras ser desalojados una primera vez, los ocupantes de Somonte volvieron a entrar a la finca. A raíz de la ocupación, el gobierno andaluz (quien producto de una alianza entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Izquierda Unida (IU) ganó las elecciones regionales el pasado 25 de abril), ha declarado que no procederá a mas subastas de tierras a favor de inversionistas privados. Sin embargo, esas buenas intenciones no impidieron el desalojo de la finca Somonte al día siguiente de las elecciones. Además, esa promesa llega tarde ya que gran parte de las 20.000 ha puestas en venta ya fueron subastadas (solo quedan unas 2000 ha). Y sobre todo, desde entonces no parece haber voluntad de dar el paso, que tanto esperan los jornaleros, de entregar la tierra a quienes tienen necesidad y deseo de trabajarla. Más bien es de temer que las autoridades busquen evitar a toda costa que el precedente sentado en la finca Somonte se repita a gran escala. Así en el caso de La Turquilla, los jornaleros no lograron ocupar el edificio de la finca resguardado por los militares ya que estos les advirtieron que al traspasar los límites del recinto, se exponían a enfrentar cargos que relevan de la jurisdicción militar y no de la justicia civil. No obstante, aguantando el inclemente sol del verano andaluz, un grupo de cuarenta personas permanece posicionado en los terrenos de La Turquilla: Estiman que necesitan más de las tierras que los caballos que utiliza el ejército para sus ostentosos desfiles.

Tanto en este caso como en el de Somonte, la solidaridad se manifiesta desde muchas regiones del país y hasta desde más allá de las fronteras regionales y nacionales. Casi a diario, llegan a Somonte visitantes con donaciones y también, aspecto importante, compradores de los productos cultivados en la finca. Tras conseguir la tierra, los jornaleros enfrentan ahora otro reto mayor: acceder a los mercados para vender la producción y sobre todo encontrar alternativas para escapar a las empresas comercializadoras que ahogan a los pequeños productores, ofreciéndoles precios irrisorios para sus productos, un sistema que solo favorece las grandes empresas capaces de abaratar costos de producción, empleando una mano de obra siempre más barata.

[Fuente: Nicaraguaymasespanol.blogspot.com]

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