martes, 31 de julio de 2012

Guatemala/ Feminismo y marxismo: El patriarcado reinventa “tradiciones culturales” y la violencia sexual.

Rosalinda Hernández Alarcón

La académica Rosa Cobo hizo varias presentaciones esta semana en Guatemala, las cuales sin duda contribuyen al análisis de los sistemas de dominio en momentos en que se registra un claro retroceso en la vigencia de los derechos humanos de las mujeres. Ella recurre a la teoría feminista y al marxismo, además incluye en sus reflexiones las culturas.

Como feminista analiza las prácticas patriarcales y las políticas neoliberales que están generando nuevas formas de violencia contra las mujeres, mayor precarización en el mercado laboral y sobrecarga de tareas para ellas. Ella defiende un marco interpretativo que incluye nuevos fenómenos sociales, entre ellos maquilas, prostitución, migraciones, economía criminal, sacralización del mercado.

Al participar en un curso que Rosa Cobo impartió como parte del Programa de Estudios de Género y Feminismos, tuve la oportunidad de escucharle un recuento histórico interesante, que sistematiza el tránsito del capitalismo al neoliberalismo, sistema que anula las políticas de distribución, disminuye salarios, naturaliza y legitima la desigualdad, recorta presupuestos para el bienestar social y, especialmente, aplica “mandatos patriarcales” que invisibilizan el trabajo gratuito de las mujeres. Si se analiza la realidad guatemalteca, existen sin duda efectos distintos si se comparan con países europeos o africanos, pero ella bien resalta que existe una lógica común que obliga a las mujeres a trabajar más y se profundizan las desigualdades de género.

Mediante el análisis crítico que aplica la profesora española, señala las tensiones económicas y culturales que viven las mujeres. Ubica de manera certera aquellas prácticas culturales del patriarcado y del neoliberalismo que afectan el tejido social, colocan a las mujeres como objetos de transacción entre los hombres y reafirman la supremacía masculina y la subalternidad femenina.

Cuando ella se refiere a los eufemismos que actualmente se utilizan, de inmediato pienso en funcionarios públicos y empresarios guatemaltecos que abogan por la aplicación de la ley, y ello se traduce en reprimir protestas sociales y deslegitimar a quienes sean sus opositores; en representantes de iglesias que, al defender la vida, aseguran que cuidar a la familia es una obligación de las mujeres o condenan el uso de anticonceptivos; en industriales de “belleza” que mercantilizan el cuerpo de las mujeres.

Cabe resaltar que la profesora Cobo sugiere al movimiento feminista analizar su papel, identificando las nuevas estructuras del patriarcado, buscando pactos políticos entre mujeres para conquistar espacios de libertad, autonomía e igualdad; llama a hacer “una épica de nuestra historia, ya que sin pasado no hay alternativa a futuro”.

Aviso: Hoy, a las seis de la tarde, en Filgua, Lizeth Jiménez Chacón y Andrea Carrillo Samayoa presentarán el libro Nosotras, las de la Historia. Mujeres en Guatemala (siglos XIX y XXI), en el salón Título de Totonicapán.



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