miércoles, 10 de octubre de 2012

Cuba/ El África en las raíces del 10 de octubre: ¿Congo o Carabali?

Por Ernesto Pantaleón Medina / Televisión Camagüey

La DemajaguaLos cubanos tenemos un dicho que reza: ¨Aquí el que no tiene de congo tiene de carabalí…¨, y lo que para alguien de otro país pudiera parecer un galimatías, para los nacidos en la mayor de Las Antillas resulta claro.
¡De congo y de carabalí, a mucha honra!
Es en la ascendencia africana donde se hunde profundamente una de nuestras raíces como pueblo, para conformar, junto a los ancestros españoles, una mezcla que dio origen (sin negar otras fuentes como aborígenes o chinos) a la raza nueva que pobló la colonia.

Negra resulta en buena parte la cultura de los cubanos, con un rico folklore que han paseado por el mundo numerosos artistas de la danza, la música o la plástica.

Y fueron los africanos y sus descendientes directos, quienes aportaron un elevado porcentaje en lo que más tarde se conoció como el fenómeno del nacimiento de una nacionalidad.

En Cuba el que no tiene de congo tiene de carabalí…

Platos, ritos, costumbres, formas idiomáticas, características físicas e  incluso en la conducta popular, están presentes reminiscencias de aquellos hermosos, altivos y rebeldes príncipes, guerreros y doncellas traídos como esclavos por la sed de mano de obra barata, gracias a la intervención de comerciantes y marinos europeos de inexistentes escrúpulos.

Fueron famosas su naturaleza indomable y su bravura, que los llevaron a huir de las plantaciones,  alzarse en palenques e incluso cometer suicidio antes que someterse a la fuerza y al abuso.

Pero un día, un hombre de rica cuna, hacendado e intelectual, con más hombría y vergüenza que estatura, dio rienda suelta a los afanes libertarios de todo un pueblo, y lanzó el grito de independencia o muerte.

Llegó el 10 de octubre de 1868 y Carlos Manuel de Céspedes, el bien llamado Padre de la Patria, se lanzó a la manigua contra el poderoso ejército de España, y a la fuerza de su razón y sus escasos seguidores, sumó el brazo negro que hasta entonces empuñaba la azada o el machete laborioso.

Dio el insigne bayamés la libertad a sus esclavos, en un gesto que revela un pensamiento avanzado, una hidalguía sin límites y un afán de justicia para todos por igual, elementos  que trajeron el fecundo parto del Ejército
Mambí.

El inicio de la Guerra de los Diez Años, nuestra primera gran campaña por la independencia, trazó un camino que siguieron luego muchos próceres, hasta que, precisamente en tierras camagüeyanas, los representantes de la República en Armas, decretaran la abolición de la esclavitud.

Con estos argumentos, resulta fácil para cualquiera entender la oración que da inicio a este trabajo… “Aquí el que no tiene de congo tiene de carabalí…”

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