miércoles, 10 de octubre de 2012

Regalo de África a Perú

 Habitantes de La Quebrada honran a Santa Efigenia 

LA QUEBRADA, Perú (AP).- Los devotos que acompañan la procesión de Santa Efigenia cantan entusiastas ritmos afroperuanos combinados con solemnes himnos católicos por las calles polvorientas de este pueblo del Pacífico.

Frente a las andas de la única santa católica africana que se venera en Perú, un niño recita versos populares sobre la llegada de los esclavos a estas tierras desde Angola, Mozambique y Tombuctú.

Otros bailarines de un grupo llamado “La carimba”, que era la marca obligatoria con hierro candente en las pieles de los esclavos, mueven sus cuerpos al compás del sonido del cajón de madera y la quijada de un burro. Los fieles se animan y aplauden.

En el siglo XVIII la orden de San Camilo construyó en La Quebrada una capilla en honor a Santa Efigenia cuyo culto se popularizó entre los esclavos, dice Roberto Sánchez, historiador de la Universidad de Gallaudet, estudioso del tema.

Añade que el culto a la santa se extiende por Brasil, Venezuela y Cuba, países con migraciones africanas.

“En Brasil hay varias iglesias con su nombre, hay imágenes en alguna iglesia de Venezuela y en Cuba el cementerio más renombrado también tiene su nombre”, precisa Sánchez.
El fervor por la santa de origen etíope quedó en el olvido por casi dos siglos, hasta 1994, cuando Efigenia adquiere una fiesta propia por la revalorización de la cultura afroperuana impulsada con fuerza por activistas de raza negra en ese país.

Familias enteras arriban hasta La Quebrada para venerar a Efigenia el 23 de septiembre. Llegan en vehículos que los trasladan a este poblado de vías sin pavimentar de más de mil habitantes.

“Cuando me enteré de Santa Efigenia dije qué raro, una santa negra en Perú. Me gustó porque nos representa a nosotros los morenos”, dice Celia Ballumbrosio, de El Carmen, un pueblo cercano.

La santa fue nombrada por el pueblo protectora de las artes negras, que junto a la herencia andina constituyen los pilares de esta nación dirigida históricamente por una elite blanca.Al lugar no solo llegan peruanos de raza negra. Mestizos como la enfermera Ana Francia guardan profunda devoción a la estatua de madera de la santa africana. “El 2006 le dije: ‘Cúrame mis rodillas que no puedo caminar, dime qué quieres que te regale virgencita’. Entonces a Santa Efigenia se le cayeron los aretes. Supe que la virgen quería aretes y cuando se los traje me sané”, dice Francia.Algunos homosexuales la veneran.

Esteban Cáceres, de 54 años, cierra su peluquería en un pueblo cercano y participa en la procesión porque siente que la santa “ayuda a limpiarnos de todos los pecados”. En cambio, otros visitantes llegan únicamente para comer carne de gato.

Buscando publicitar la festividad, los organizadores prepararon platillos con la carne del felino para venderlos tras la procesión, lo que atrajo la atención de la prensa y de los curiosos que buscan comida exótica.El historiador Julio Luna, un experto en el estudio del culto de Efigenia, sostiene que no existe ninguna fuente seria y documentada que evidencie la costumbre de comer gato en Perú.

No obstante, una decena de personas dijeron que se trata de una tradición con fuertes raíces en el país, no solo en la costa del Pacífico, sino también en algunas zonas de los Andes.Paula Angulo, de 71 años y residente toda su vida en La Quebrada, recuerda: “Aquí la gente siempre ha comido gato. Yo tenía un tío que en su cumpleaños comía gato. Ponía trampas para cazar los gatos y cazaba buenos gatos, gorditos”.

Efigenia | Perú
Decenas de devotos festejan a Santa Efigenia en las calles polvorientas del pueblo deLa Quebrada, en Perú.
Veneración
Santa Efigenia es la única católica africana canonizada que se venera en Perú.
Protectora
La santa de origen etíope fue nombrada por el pueblo protectora de las artes negras, que junto a la herencia andina constituyen los pilares de Perú, nación dirigida históricamente por una elite blanca.
Exóticos platillos
Algunos visitantes llegan sólo para comer carne de gato. Buscando publicitar la festividad, los organizadores preparan platillos con la carne del felino para venderlos tras la procesión.
Tradición
Habitantes del lugar aseguran que se trata de una tradición con fuertes raíces en el país, no solo en la costa del Pacífico, sino también en los Andes.

No hay comentarios: