martes, 13 de noviembre de 2012

África: Malí, Europa y la intervención anunciada

Por Juan Carlos Díaz Guerrero

Malí

La Habana, 13 nov (PL) La proyectada intervención militar en el norte de Malí es ya casi realidad insoslayable después del reiterado visto bueno el domingo de los jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao). Los gobernantes ratificaron en Abuja, Nigeria, la decisión adoptada meses atrás en una reunión cumbre para aprobar el despliegue de tres mil 300 soldados africanos de la Cedeao, con posibilidad de superar los cinco mil a partir de una nueva iniciativa.

Este apoyo exterior para combatir a los grupos islámicos en poder de los territorios de Gao, Kidal y Tombuctú provino del Ejecutivo de transición maliense, impuesto por los militares tras un golpe de Estado el 22 de marzo último.

La petición del mandatario interino, Dioncounda Traoré, encontró apoyo en sectores reaccionarios de la sociedad como el Comité Nacional por el Regreso a la Democracia y la Restauración del Estado, además de países europeos y de la propia Cedeao.

Sin embargo, fuerzas progresistas y nacionalistas, entre ellas la Coordinación de Organizaciones Patrióticas de Malí, se oponen a la intervención.

El 12 de octubre el Consejo de Seguridad de la ONU respondió al insistente pedido de las autoridades malienses y dio 45 días de plazo a la Cedeao para estructurar la solicitud, aspecto este abordado por los jefes de los estados mayores de los 15 países miembros del bloque.

Esta resolución de las Naciones Unidas tiene por objetivo apoyar a las fuerzas armadas del Estado africano "a recuperar las regiones ocupadas en el norte", y no descarta la negociación política entre las partes para solucionar el conflicto.

En medio de este complejo panorama llama la atención que un tema de apariencia africano y a resolverse por sus propios protagonistas, reciba tanta atención de Europa y Estados Unidos.

Tal es así que en una gira reciente por la región el presidente francés, François Hollande, apoyó la intervención con el argumento de la "ayuda humanitaria".

Similar posición mantuvo el gobierno del Reino Unido y Washington, este último mediante declaraciones del jefe del Comando Africano de las fuerzas armadas, Carter F. Ham.

El general estadounidense habló en Argelia de los varios desafíos en el norte de Malí, entre ellos la "presencia de organizaciones terroristas" que podría requerir el "uso de la fuerza militar".

Para el jueves venidero ministros de Exteriores y de Defensa de Francia, Alemania, España, Italia y Polonia se reunirán en París para perfilar la intervención europea en Malí.

Cuatro días después habrá otra reunión del Consejo de Asuntos Extranjeros de la Unión Europea, de la cual debe derivarse la aprobación de una misión de entre 200 y 400 militares europeos que llegaría a Malí como parte de una fuerza de entrenamiento.

Para algunos analistas resulta obvio que las maniobras del llamado viejo continente están dirigidas al control geoestratégico de la OTAN del norte del Estado africano, una extensión territorial de poco más de 850 millones kilómetros cuadrados llena de recursos minerales y energéticos.

En medio de este panorama guerrerista Argelia considera inútil una intervención militar internacional en el norte del vecino país al considerar que su internacionalización servirá para agravar la situación, según Rezzag Bara, consejero del presidente, Abdelaziz Buteflika.

Para el Partido Argelino para la Democracia y el Socialismo la intromisión de un contingente foráneo armado puede operar como una nebulosa que beneficia a potencias colonialistas, en tanto hace pelear a africanos entre sí.

mh/jcd 

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