miércoles, 21 de noviembre de 2012

En África los albinos son, con frecuencia, víctimas de discriminación

Foto: DPA

Caracas, 21 de noviembre. DPA) – Aún hoy, Siphenati Nayekiso recuerda con horror el día en que estuvo a punto de ser secuestrado. “Era aún un niño y estaba jugando fuera, cuando dos hombres se acercaron, me agarraron e intentaron llevarme con ellos”, cuenta. “Por suerte, una vecina gritó muy alto y los ahuyentó. Si no, probablemente estuviese muerto.”

Nayekiso, que ahora tiene 21 años, es albino, y en África se le considera un negro blanco: carece de pigmentación en piel y cabello. Y su blancura hace que sea imposible pasar desapercibido. En África, ser albino significa a menudo peligro permanente y miedo a perder la vida. Los prejuicios y las supersticiones suelen ser la raíz de su persecución y asesinato.
 
En África, ser albino significa a menudo peligro permanente y miedo a perder la vida.

“Cuanto menos formada está la población, más se expanden los mitos sobre la sobrenaturalidad de los albinos y con más frecuencia son asesinados“, explica Peter Ash. Él es el fundador y director de la organización canadiense Under The Same Sun (UTSS), que afirma ser la mayor organización de apoyo a los albinos en África.

En el continente africano, los albinos son muchas veces víctimas de discriminación. En algunos lugares, se los acusa de llevar la desgracia a familias y tribus. La mayoría de las veces que se los persigue o asesina, es por orden de algún sanador. “Estos doctores hechiceros afirman que en nuestra sangre hay sustancias que pueden curar el sida. O hacen con nuestros dedos talismanes que supuestamente traen riqueza”, explica Nayekiso.

Según los cálculos de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la media Luna Roja (Ifrc), el cadáver de un albino puede valer hasta 75 mil dólares. A veces, los propios padres son los que matan a sus hijos albinos y venden sus cuerpos. Y es que en el mercado de los charlatanes, los niños albinos son especialmente apreciados, explica la organización UTSS.

La exclusión de los afectados y los peligrosos mitos sobre esta minoría son comunes en toda África. No obstante, el Este del continente resulta especialmente arriesgado para los albinos. Desde 2006, en Tanzania han sido asesinados más de 70 albinos, y otras 29 personas con problemas de pigmentación se han amputado extremidades, según datos de Utss. En Burundi se han registrado otros 17 asesinatos, pero “muchas muertes y secuestros no se registran”, afirma Ash.

Ante esta situación, el gobierno de Tanzania ha puesto en marcha algunas medidas para proteger a los albinos. Entre ellas figuran campañas informativas y el control de los curanderos tradicionales. No obstante, la Ifrc exige a los gobiernos de África un compromiso aún mayor y más ayudas para las minorías. “La persecución de los criminales es importante. Pero sobre todo, es necesario educar a las poblaciones más pobres”, afirma Susan DuBois, fundadora de la organización humanitaria estadounidense Asante Mariamu.
 
“Dicen que somos espíritus inmortales”.

En África, los albinos viven con miedo, pero también hay esperanza. Esta la transmiten algunos albinos que se han hecho famosos, como la modelo Diandra Forrest o el diputado tanzano Salum Khalfani Barwani. El exitoso cantante Salif Keita, que fue repudiado por su propia familia cuando era niño, ha puesto en marcha la fundación Salif Keita Global Foundation para apoyar a los albinos.

En Ciudad del Cabo, un lugar relativamente seguro para esta minoría, Siphenati Nayekiso lucha diariamente contra los prejuicios de los demás. “Dicen que somos espíritus inmortales. En la calle, a menudo las mujeres se apartan si las miro, porque temen que su hijo sea albino”, cuenta el joven. Pero pese a la exclusión y discriminación, ha logrado un trabajo de aprendiz en un teatro. Y sabe que eso, en muchos lugares de África, no sería posible.

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