martes, 11 de diciembre de 2012

Primer ministro de Malí renuncia tras ser detenido por militares

El primer ministro de Malí, Cheik Modibo Diarra, anunció este martes su renuncia y la de su gobierno, horas después de ser detenido por militares autores del golpe de Estado del 22 de marzo pasado contra el presidente Amadou Toumani Touré.

La renuncia sume una vez más en la incertidumbre a Malí, que desde hace casi un año atraviesa una crisis sin precedentes que condujo a la división del país, donde se cuestiona la oportunidad de una posible intervención militar extranjera para echar a los islamistas vinculados a le red extremista Al Qaida.

"Yo, Cheik Modibo Diarra, renuncio junto a mi Gobierno" declaró Diarra en un breve mensaje transmitido por la radio y televisión estatal de Malí (ORTM), sin explicar los motivos de su dimisión.

Con rostro serio y demacrado, Diarra, que vestía traje y corbata oscuros, simplemente agradeció a sus colaboradores y deseó buen éxito al "nuevo equipo" que le sucederá al frente del país, cuya parte norte está totalmente ocupada por islamistas armados vinculados a la red extremista Al Qaida.

Diarra fue detenido la noche del lunes en su domicilio de Bamako por militares que obedecían al capitán Sanogo, indicaron sus allegados a la AFP.

"El primer ministro fue detenido por una veintena de uniformados llegados de Kati", cuartel cercano a Bamako y bastión de los exgolpistas, dijo un allegado al primer ministro. "Le dijeron que lo detenían por órdenes del capitán Sanogo", agregó. La información fue confirmada por fuentes de seguridad.

Los militares "derribaron la puerta de la residencia del primer ministro y se lo llevaron de manera un bastante brutal", agregó la fuente que solicitó el anonimato, un colaborador de Diarra que presenció a la detención.
Diarra tenía previsto partir el lunes hacia París para someterse a un chequeo médico, según el testigo.

Se disponía a trasladarse al aeropuerto cuando se enteró de que su equipaje había sido bajado del avión que debía conducirlo a Francia, y no fue al aeropuerto.

La situación aparente era de calma en Bamako, constató un periodista de la AFP.

Diarra se pronunció reiteradas veces a favor de una intervención rápida de una fuerza militar internacional en el norte de Malí, ocupado desde fines de junio por grupos islamistas armados vinculados a Al Qaida, una intervención a la cual se opone el capitán Sanogo.

Este capitán, hasta entonces desconocido, había depuesto el 22 de marzo el régimen del presidente Amadou Toumani Touré, precipitando la caída de Malí en manos de islamistas armados.

Había sido obligado a entregar el poder a civiles dos semanas más tarde, pero él y sus hombres siguieron siendo muy influyentes en Bamako.

Al término de violentos combates en Bamako a fines de abril, Sanogo logró impedir una tentativa de golpe de Estado de los militares que permanecieron leales al presidente ATT.

Este militar, que se compara a menudo con el general Charles de Gaulle resistiendo a la ocupación alemana y sus colaboracionistas franceses durante la segunda guerra mundial (1939-1945), fue desginado por el presidente interino Dioncouda Traoré al frente de una estructura encargada de reformar las fuerzas armadas, mal equipadas y desanimadas.

La detención de Modibo Diarra, un exastrofísico de renombre mundial de 60 años, se produjo tras la postergación de "concertaciones nacionales" convocadas por el gobierno de transición y previstos durante tres días a partir del martes.

La concertación tenía como objetivo establecer una "hoja de ruta" para los meses próximos entre todos los actores --políticos, militares, sociales, organizaciones de la sociedad civil-- frente a la crisis sin precedentes que atraviesa el país.

Desde fines de junio, el norte de Malí se encuentra bajo control de tres grupos islamistas armados: Ansar Dine, movimiento compuesto esencialmente por los Tuareg malianos, y los jihadistas principalmente extranjeros de Al Qaida en el Magreb islámico (Aqmi) y del movimiento para la unidad y el jihad en África Occidental (Mujao).

Esos movimientos aplican la sharia (ley islámica) con extremo rigor, lo cual se traduce en lapidaciones, amputaciones, latigazos a los transgresores (ladrones, matrimonios adúlteros, fumadores, bebedores de alcohol).

El gobierno maliano y la Comunidad económica de los Estados de África Occidental (Cedeao) presentaron a la ONU planes para el despliegue de una fuerza internacional de unos 3.300 efectivos en el norte de Malí, y solicitaron al Consejo de Seguridad de la ONU de autorizarlo rápidamente.

La voluntad de los africanos, respaldados por Francia, de obtener lo antes posible la luz verde de la ONU a una intervención armada se enfrenta al escepticismo de Washington, que duda de la capacidad de Bamako y de sus vecinos para llevar a cabo la operación.



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