viernes, 18 de mayo de 2012

Ecuador: Conaie y Pachakutik califica de persecución la destitución de prefecto


Los asambleístas del movimiento Pachakutik respaldaron al exprefecto de Cotopaxi, César Umajinga, quien fue destituído por la Contraloría General del Estado. Aseguran que se trata de una perseución política.

Lourdes Tibán, asambleísta, se pregunta "¿por qué el prefecto de Cotopaxi?, ¿porque salió a la marcha?, ¿porque es del movimiento indígena?, ¿porque está en la oposición?".

Humberto Cholango, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), considera que esto "obedece a la persecusión del Gobierno al movimiento indígena del Ecuador".

Para el legislador de Aliazan PAIS, Pedro de la Cruz, esas acusaciones carecen de sentido, pues sostiene que la decisión de la Contraloría se tomó luego de una investigación.

La resolución del organismo se basa en un infome realizado durante la gestión del prefecto, desde junio de 2007 hasta diciembre de 2009, y se lo responzabiliza de cometer algunas irregulariades como haber suscrito contratos con sus parientes y de los consejeros, además de haber realizado nombramientos sin el debido concurso.

La destitución fue apelada por Umajinga ante el Tribunal de lo Contensioso Administrativo.

De no reveerse la destitución de César Umajinga, el movimiento indigena de la provincia de Cotopaxi anuncia movilizaciones.


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Cuerpo, cultura y africanidad: identidades, transformaciones y resistencias

Colonialidad, postcolonialidad y modernidad: nuevo contexto sociohistórico para la comprensión del VIH/SIDA en Sudáfrica

Autores: Manuel Espinel Vallejo

Resumen

La intención de esta ponencia es ofrecer un nuevo contexto sociohistórico para la comprensión del VIH/SIDA en Sudáfrica, al considerarla como una parte constitutiva de la experiencia de la modernidad en condiciones de colonialidad y postcolonialidad (post-apartheid). La colonialidad emprendida por las Estados Nación europeos en África, a partir de la Conferencia de Berlín, a finales del siglo XIX, marcó no sólo la propia modernidad europea sino la de zonas “no europeas” colonizadas.

En el caso de Sudáfrica la racialización excluyente y violenta de las relaciones sociales, de la organización del Estado, de la división social del trabajo, junto la construcción colonial de la relaciones de género, marcaron la experiencia y la autocomprensión de la modernidad de mujeres y hombres en Sudáfrica. En pleno auge del gobierno del CNA, las condiciones del post-apartheid generaron las condiciones socio-epidemiológicas necesarias para la rápida expansión del VIH/SIDA, especialmente entre las mujeres.

Adicionalmente, la interpretación del VIH/SIDA desde la perspectiva del post-apartheid por parte de miembros del CNA, limitaron las posibilidades de acceso de muchas mujeres (particularmente embarazadas) a alternativas de tratamiento, hecho que aumentó su vulnerabilidad. La idea es interpretar el VIH/SIDA en el contexto de la propia trayectoria de la modernidad sudafricana, en condiciones de colonialidad y en estrecho contacto con la trayectoria de la modernidad europea, y su transformación a partir de la experiencia y autocomprensión que hacen las mujeres y los hombres de su propia condición.

Palabras clave

colonialidad; modernidad; VIH/SIDA; Sudáfrica

Léase http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=4302376974823006337



Ecuador: Bases de la Conaie se resisten a una alianza con el MPD

El Telégrafo.- La organización -en una de las resoluciones del 25 de abril de este año- dispuso iniciar un proceso de consulta en las provincias sobre la permanencia del organismo político en el bloque denominado de las “izquierdas”.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) tiene algo claro: “O nos dicen la verdad o les decimos hasta luego”. Así responde Rafael Antuni, coordinador de la organización indígena, a la permanencia de Pachakutik en la Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas.







Esto a propósito de que el 25 de abril de este año, cuando se realizó la convención de la organización, en una de las resoluciones -según recoge la página web de la Ecuarunari- los dirigentes acordaron realizar un proceso profundo de consulta en las provincias sobre la permanencia de Pachakutik en la Coordinadora, a la que pertenece el MPD.

Antuni no descarta el hecho y justifica la decisión explicando que las elecciones de 2013 serían la “quinta vez” que el movimiento buscaría acercamientos con otros sectores y “con las experiencias pasadas no queremos cometer ningún error”. Confiesa que en los acercamientos que han tenido con varios sectores, estos han ejercido “presiones por parte de los partidos o las autoridades electas”, que le han dado “inseguridad” al movimiento indígena y no quieren que eso se repita. “Buscamos ser cuidadosos”, afirma.

El asambleísta Gerónimo Yantalema sostiene que grupos del sur del país y Pichincha serían quienes no estarían conformes con la alianza. En 2009 Pachakutik firmó un acuerdo con el Movimiento Popular Democrático (MPD). Allí nació el Bloque Plurinacional Progresista de las Izquierdas. El MPD alcanzó cinco escaños en la Asamblea y Pachakutik cuatro, en las elecciones de ese año. Este sábado se realizará, en Quito, la convención de la Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas.

Luis Villacís, presidente del MPD, señala que se concretarán las alianzas, se fijarán los ejes del programa de Gobierno y superarán las dudas, que serían “parte del debate democrático” que se da al interior de las organizaciones sociales.

Hasta el momento, precisó, son siete las organizaciones que forman parte de la alianza: Participación, Montecristi Vive, Pachakutik, MPD, Corrientes Socialistas y los grupos Poder Popular y Convocatoria.

Sobre la alianza con Pachakutik, Villacís dice que hasta el momento no les ha ido mal, y que a parte de las cuotas políticas legislativas que en 2009 se consolidaron, se logró la unión de los sectores. “Esto va de cara a los intereses de las nacionalidades, trabajadores y la juventud, que son a quienes representamos”, asegura.

Villacís indica que hay 300.000 afiliados en ese partido “y en este ámbito ellos han confiado en nosotros y nosotros confiamos en el pueblo”.

Antuni argumenta que se han reunido con los representantes de las entidades que forman parte de la Coordinadora Plurinacional, entre ellos Gustavo Larrea (Participación), Alberto Acosta (Montecristi vive) y Luis Villacís (MPD).

Su estrategia es “descubrir las opiniones de las personalidades, que están en la Coordinadora, y sus dirigentes y posibles candidatos, cómo piensan hacer y ejercer su política de quedar electos, lo importante es no mentirnos”.

Antuni aclara que si se quedan “estamos en total independencia y autonomía de decirles hasta luego y nosotros vamos a pensar en constituir gobiernos locales”.

Y es que reconoce que la idea de alcanzar la Presidencia de la República, por el momento, no les interesa, sino, más bien, lograr mayor adhesión en juntas parroquiales, alcaldías y prefecturas. “Servir a nuestra gente, utilizando bien los recursos con los que se cuenta”, señala.

Pero Villacís asegura que a ellos sí les interesaría llegar a la jefatura del Estado “por la unidad del país”. Y que “vienen de un camino” con Larrea y Acosta, desde la Coordinadora Plurinacional que se formó el 7 de mayo de 2011, en contra de la consulta popular que promovió el presidente Rafael Correa. “Esa unidad se ha consolidado; con los que no hay que unirnos es con la gente que traiciona y que sigue en el sector oficialista”, manifiesta Villacís.

Antuni reitera: “Estamos en discusión, nosotros no tenemos fecha alguna, si nos fallan algunos de estos dirigentes de movimientos hasta el transcurso de esta semana a la próxima, o en los próximo tres meses, nosotros les decimos hasta luego”.

Delia Caguano es dirigente de Pachakutik, en Chimborazo. Dice que respetan a los partidos, pero que las comunidades no se han sentado a la mesa para discutir y saber si están o no de acuerdo con la presencia, “no hay resolución sobre ese tema”. Sostiene que no tienen confianza en el MPD, ni en ningún partido político, porque a veces “dicen una cosa y hacen otra”. Pone el ejemplo de la Ley de Agua, en donde el “MPD solo nos sacaba gente, nos utilizaban y a la final no pasó nada... allí les dijimos no queremos coordinar con ustedes porque solo nos utilizan”.

Para ella, las “bases son las que deben tomar la decisión, a veces deciden desde arriba, hasta lo hacen las personas que ni siquiera cuentan con bases y hablan a nombre del pueblo”. Angelita Sánchez, de Guamote, comparte el criterio.

Mientras que Luis Gualán, dirigente de Saraguro, asegura que el movimiento indígena ya no está para ser usado “porque tenemos nuestros candidatos, si quieren unirse, bienvenidos, pero sin que pongan condiciones, aún no decidimos”.


Ecuador: La Coordinadora de Izquierdas se juega su futuro con convención

Pachakutik asistirá mañana a la Convención de la Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas con un planteamiento concreto: “Que todos los sectores participantes hablen claro”. Así lo dijo Rafael Antuni, coordinador nacional de la Conaie.










Esa será la propuesta del sector indígena que va a la cita con la intención de definir el proyecto político. La asambleísta Lourdes Tibán (Pachakutik) señaló que se analizarán los candidatos para las elecciones primarias, de allí saldrán las precandidaturas, aunque aclaró que la suya queda en firme. Esto pese a que en junio o julio el movimiento indígena establecerá a su candidato definitivo.

En el movimiento indígena, según Jorge Escala, asambleísta del MPD, se barajan los nombres de Tibán, Salvador Quishpe, Auki Tituaña. Desde el MPD suenan los nombres de Lenin Hurtado y Guadalupe Llori. También se barajan las postulaciones de Alberto Acosta (Montecristi Vive) y Gustavo Larrea (Participación). Estos dos últimos, afirmó Humberto Cholango, presidente de la Conaie, están invitados a la Convención.

Delfín Tenesaca, presidente de la Ecuarunari, afirma que espera que todos los “sectores hablen claro porque se necesita mayor radicalidad y nos interesará conocer que a todos les mueva un interés de país”.

Esta será la quinta vez que el movimiento indígena buscará una alianza política, “y eso es lo que nos hemos cuestionado en los últimos tiempos y por ello esperamos esta vez no equivocarnos”, afirma Tenesaca. Este criterio comparte Antuni, quien sostiene que ya se ha reunido en varias ocasiones con Larrea y Acosta, pero que aún nada se ha definido.

Al parecer, las bases estarían presionando para que se analice bien una futura alianza electoral, a pesar de que en las comunidades, según Delia Caguano, dirigenta de Chimborazo, la decisión final la toman “los de arriba y hasta quienes ni siquiera cuentan con bases y hablan a nombre del pueblo”.

Dirigentes como Francisco Morocho, de Chimborazo, asegura que en las comunidades los indígenas no conocen de las “alianzas o uniones con MPD y otros sectores”.

No hay interés presidencial

Tenesaca indica que a ellos la agenda electoral no les presiona, pero que son conscientes que a sectores representados por Larrea y Acosta sí les mueve un “interés político, ellos sí están atrás de consensos, de alguna manera, pero ya el pueblo y los movimientos sociales serán capaces de discernir”.

Por eso reitera que “nosotros, como movimiento indígena, ya lo hemos dicho, que no vamos a prestarnos para cualquier cosa ni para cualquier persona, sino quien tenga cercanía, porque somos conscientes que varias personas nos han utilizado y nada más”.

Antuni afirma que al movimiento indígena no le preocupa la presentación de candidatos presidenciales para las elecciones del 17 de febrero del 2013, pues su fuerza estará en los gobiernos locales. “Allí nos interesará fortalecer”, reconoce.

Para el dirigente indígena, la Convención será fundamental porque de ella dependerá si la Conaie sigue en la Coordinadora de Izquierdas. También servirá para decidir si se ratifica una vez más el convenio que firmaron en 2009 con el MPD.

Luis Villacís, presidente del MPD, asegura que “los intereses de los pueblos y nacionalidades, además de los trabajadores, es lo único que les motiva a avanzar y que por ello no deben temer”.

Humberto Cholango, presidente de la Conaie, dice que no se definirá ningún candidato en la Convención, sino más bien se unirán “para ratificar la unidad de todos los movimientos sociales y partidos políticos de izquierdas”. Para él “no está en duda la unidad de la alianza con los movimientos de izquierda” e informó que se consultó a las bases sobre el proceso electoral en el país.

Y es que, según un boletín de la Ecuarunari del 25 de abril pasado, una de las resoluciones de la Convención del 20 de abril fue iniciar un proceso profundo de consulta a las provincias respecto de la permanencia de Pachakutik en la Coordinadora Plurinacional, a la que pertenece el MPD.

El propio Cholango reconoce que “se va a analizar” la ratificación de la alianza entre MPD y Pachakutik, que se firmó en 2009, así como alianzas con Larrea y Acosta. “No somos un movimiento que camina a ciegas. Las decisiones se analizan al interior. En el movimiento indígena no hay jefes, ni hay mandamases, ni peor chequeras que presionen”, dijo el dirigente.


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Los problemas y desafíos tras la colonialidad de lo sexual

Por Odious

En los tiempos donde las denominaciones abundan para hacer referencia a la sexualidad, donde apelativos como masculino, femenino, machismo, feminismo, posfeminismo, heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad, trisexuales, transexualidad, sus fobias (homofobia, transfobia, lesfobia), rol de género, masculinidades, nuevas masculinidades, neosexualidades, celibato, promiscuidad, amor libre, femicidio, feminicidio, homosexualismo, varones antipatriarcales, hétero-curiosos, pansexuales abundan y nos llenan páginas, horas y jornadas completas acerca de la representación desde nosotros y desde los otros hacia lo sexual ¿En qué términos, entonces, referirnos al sexo? ¿Qué tipo de matriz explicativa utilizar para hacer referencia al ámbito de lo sexual en la vida de los seres humanos? ¿Cómo abarcar el sexo sin reunir en un discurso coherente unos pocos de los muchos denominativos que se refugian entre ellos mismos y se aíslan en una hiper especificación?

A estas alturas hemos perdido la capacidad para elaborar un discurso integral acerca del sexo. Se ha pulverizado en infinitas categorías, precisamente la lucha en contra de las etiquetas frente a la convivencia con el sexo. Se postula en esta oportunidad entonces, la posibilidad de transar discursivamente con una renovada representación de lo sexual. Este nuevo trato se propone desde: 1) una vuelta hacia la consideración pura del ser humano, 2) una apelación un tanto retórica a dejarse llevar por el aspecto de la piel cuando nos enfrentamos a la sexualidad.

Ambos puntos se articulan en función de una supra-destrucción de los discursos tanto hegemónicos como contra-hegemónicos acerca de lo sexual y su lucha por el dominio-liberación de ésta. La aquí llamada supra-destrucción viene desde una crítica contemporánea al carácter colonial que poseen los aspectos principales del desarrollo del pensamiento humano: la colonialidad de la existencia y más específicamente la colonialidad del saber y cómo esta atadura determina lo que denominaremos el carácter colonial de lo sexual.

El discurso hegemónico en esta reflexión se traduce en la legitimación de una sexualidad tradicional, entendida como actividad y no como estado permanente del ser humano. Una rutina rígida acostumbrada a la normada asignación de roles, procesos, rituales y articulación de la moral realizada sobre la diferencia a partir del género donde se desencadenan jerarquías, patrimonios y dualidades en relación a lo más que entendido femenino-obediencia/masculino-dominación. Esta visión se ha venido destruyendo poderosamente desde las irrupciones feministas hasta la definición de las nuevas masculinidades y su cuestionamiento acerca de la construcción de la hombría a través de los distintos contextos históricos, delatándose las desigualdades propias de este modelo, que obedecería a una estructura patriarcal en lo relacionado a lo sexual.

Este discurso contra-hegemónico necesita para legitimarse un bastión de información científico-estadística para desacreditar la macabra manipulación de la convivencia con el sexo del paradigma anterior. Así la información que legitima la autoridad del nuevo discurso varía desde el uso estadístico, para el fichaje de la violencia sexual ejercido por la desigualdad sexual, estudios científicos donde se destruyen mitos en torno al rol de cada sexo a partir de lo sexual e interpretaciones desde las humanidades que definen y defienden el “amor libre” mientras destruyen las relaciones de poder y jerarquía ocultas en la noción de amor y fidelidad sobre todo de la sociedad occidental.

El problema general que está incrustado en este campo de batalla es el trasvasije de carácter unidireccional que han tenido estos paradigmas en una compleja realidad con otras formas de pensar y vivir el sexo, como es desde donde se escribe: América Latina, Argentina, Mendoza. Quisiera aclarar fuertemente que señalar la particularidad desde donde se escribe no guarda relación una apelación al exotismo sexual de la región, a una exposición original acerca del carácter salvaje del sexo y mucho menos a rescatar románticamente una suerte del folklorismo del sexo latinoamericano. Por su parte, solicito por favor, no vinculen ni los quesos ni los gusanos en un intento de analizar este discurso desde la microhistoria o la historia regional/local. Es simplemente el relato desde un espacio que ha sido invadido por un manejo ideológico que vacía su lucha en un espacio cultural ajeno al espacio designado al momento de su gestación. Un relato que acusa el trasvasije puro donde no se destaca mucho la inadaptabilidad de los modelos que provienen desde el centro.

La inadaptabilidad de estos modelos representacionales de lo sexual causaron, al momento de la conquista colonial, un trauma sexual a partir de una guerra que también fue sexual. Desde la rutina del beso, las violaciones, el mismo mestizaje, la métrica vigilancia a “cada una de las especies nuevas” y las genuinas formas de convivencia que se establecen espontánea y varonilmente como el concubinato, amancebamiento, matrimonio y celibato; también la categoría “somodía” supone una fractura en cuanto a la relación entre personas del mismo sexo.

La lucha en contra de este modelo se ha ido instalando cada vez más en las sociedades influenciadas por los mass-media y los canales de acceso fácil a la información. La postura feminista, antipatriarcal y amor libre entre otras reivindicaciones, supone un nuevo trasvasije, pero esta vez desde lo reivindicativo (como si ordenar lo sexual a partir del catolicismo no lo fuera en su momento) que sigue siendo unidireccional. Se atacan con conceptos del centro figuras representacionales también elaboradas desde el centro. Una lucha eurocéntrica atraviesa el Atlántico y se despliega pura en nuestra realidad, que sigue siendo ajena en lo sexual (aunque resulte en esta oportunidad casi un suicidio argumental atacar esta dinámica que apela a la libertad e igualdad entre los seres humanos).

Lo que se nos ha olvidado en esta batalla es asumir que así como somos biológicamente mestizos, políticamente controversiales, territorialmente resistentes y culturalmente diversos; también somos sexualmente híbridos. Debemos tener conciencia que (ocupando conceptos de Canclini y Richard) nuestra sexualidad es producto de una yuxtaposición de formas de representarnos y vivir lo sexual que llegado el momento de un nuevo discurso hegemónico se ve estremecido en la visualización, cognición como vivencia en torno al sexo. Esta hibridación la caracterizo desde mi región así como cada una de las regiones está sexualmente en un proceso de constante yuxtaposición.

El tiempo que nos toca vivir la sexualidad está marcado por el trauma que significa incorporar una nueva forma de entender la actividad sexual. Sufrimos una nueva invasión que habla de reivindicaciones eurocentradas. No se afirma en lo anterior un rechazo a la reivindicación de los derechos de los seres humanos, sino un trauma en cómo superar un modelo de sexualidad impuesto, precisamente bajo la imposición de muchos otros nuevos paradigmas.

Para acotar la referencia anterior, a lo que acá se alude es a la tensión que se genera en torno a la noción que uno posee de fidelidad/territorialidad/exclusividad frente al conocimiento y convencimiento de lo que se entiende como el amor y el sexo libre. Se propone entonces una propuesta para enfrentar la negación de la territorialidad del querer frente a la necesidad de manifestarse libre: Repensar la estructura parental de lo sexual considerando tejidos emocionales invisibilizados en un ejercicio de superación de los paradigmas incluso en proceso de instalación.

La instalación forzada del nuevo paradigma en el ámbito de lo sexual supone un trauma. Sobre todo si la bienvenida de una nueva forma de pensar y vivir lo sexual viene marcado por la modalidad de conocimiento incrustada desde el centro: la incorporación de un paradigma a través de sus modalidades tradicionales (charlas, textos, conferencias) supone una violación, un choque cultural, asociado a un trauma sexual por una neo-imposición. Cuando así suceden las cosas volver sexual un experimento detona una serie de incomodidades, inseguridad, incertidumbre y tensiones que afectan el carácter de la atracción y convivencia entre personas hasta entonces conocido.

Llevar el nuevo paradigma en lo sexual, de forma consiente (obedeciendo al proceder eurocentrista) resulta generar un impacto en la nueva construcción que se pretende omitir. Incomodidad, inseguridad, sensación de soledad, fidelidad, infidelidad, libertad y prisión se desconocen fracasando relaciones hasta entonces armoniosas (de cualquier tipo y número que se pueda imaginar). Si desarrolláramos una emancipación de lo que Héctor Guerra llama la “localización epistemológica” de nuestra región, enfrentaríamos el giro contemporáneo de lo sexual desde la autonomía, y no desde la obediencia. La experiencia sexual de cada uno de nosotros se asemeja a los nuevos y viejos modelos, pero esto no significa que coincidiendo, tengamos que obligar acople a un referente construido desde afuera de la propia experiencia. La urgencia por lo novedoso debe convivir con la conciencia de la sexualidad híbrida que poseemos.

La propuesta en definitiva es acercarse desde la piel hacia la otra persona, involucrar los sentimientos y sexualidad necesaria en la medida que retornemos a palpar el ritmo del otro. No ver como territorial el hecho de conformarse sólo con una persona, o vanguardia querer estar con dos, por separado o al mismo tiempo, levantando géneros a modo de aventura, a modo de ruptura. Una continuación de la estructura de la atracción y la posibilidad de destrucción en la medida que recuperemos la facilidad para acoplarse al ritmo del otro, durando una noche o quizás muchos años. Volver a desnudarse no tiene que ver con colocarse el taparrabo y correr por los parajes selváticos latinoamericanos. Tampoco consiste en desnudarse y correr a la playa con The Beatles de fondo; consiste todo esto en desnudarse frente a los otros leyendo el lenguaje de la piel, libres, sin exigencias paradigmáticas.

El desafío entonces es volvernos más humanos, enfrentarnos como seres humanos sensibles, consientes y sensitivos; esto no significa un retorno a la imagen del buen salvaje; esto consiste en todo lo contrario: supra-destruir los parámetros limitantes acerca del carácter ilimitado de la atracción, del juego químico de la piel y de la convicción de no perder al otro si ese deslumbrarse invita incluso a romper los nuevos paradigmas. No estamos obligados a casarnos pero tampoco estamos obligados a negarnos a un tipo de convivencia sólido (que no tiene que ver con lo formal).

Es así que en ámbito de lo sexual urge un ejercicio sistemático de toma de conciencia sobre la necesidad abarcar el sexo. El desafío consiste en, teniendo conciencia del tiempo que vivimos y sus explicaciones “más lógicas” mantenernos libres, mantenernos humanos y no forzar lo sexual. Evitar traumas sexuales producto del sometimiento a un paradigma que se destruye y tampoco una neo-sumisión a un punto de vista que resulta atractivo (recordemos cómo se ha instalado en la región esta nueva forma de abarcar lo sexual). El último llamado es a tener conciencia de lo anterior pero destruir todo modelo interpretativo, que como todos sabemos es una reducción de los múltiples ámbitos de la realidad social, en este ámbito de la realidad sexual, emocional y sentimental que reduce necesariamente la realización misma de la sexualidad humana.

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