martes, 25 de diciembre de 2012

El “más grande burdel de Europa” en España amenazado por una bomba

Expertos desactivaron este lunes “un objeto explosivo” en La Junquera, en el norte de España, colocado en un vehículo frente al “Paradise”, presentado por su propietario como el más grande burdel de Europa y frecuentado especialmente por franceses, indicó la policía.

“Había un objeto explosivo en un vehículo que los Tedax, nuestro grupo de artificieros, pudieron desactivar sin incidente”, indicó una portavoz de la policía catalana.

Cuatro personas llegaron en automóvil al Paradise, precisó, y “una de ellas entró a ver al guardián y le dijo iban a dejar” el vehículo, en el que había un objeto explosivo, frente al lugar.

“El que se acercó estaba armado”, agregó la portavoz.

Huyeron luego en un segundo auto, que más tarde fue encontrado quemado a unos diez kilómetros de allí.

Tras haber sido alertada, la policía catalana evacuó cerca de la medianoche del domingo a “unas 300 personas” que estaban en el Paradise y en los restaurantes y hoteles de esta zona de La Junquera, pequeña localidad de Cataluña que se ha hecho conocida por el turismo sexual.
Los expertos desactivaron la bomba una hora más tarde y la investigación continúa, precisó la portavoz.

Muchos franceses acudieron al lugar, situado a 30 kilómetros de la ciudad francesa de
Perpiñán, para la inauguración del sitio, en octubre de 2010, donde los esperaban unas cien prostitutas, que ejercen legalmente en España, mientras que en Francia las casas de cita están prohibidas.

La alcaldía de La Junquera había tratado de impedir la construcción del gran burdel, pero la justicia española la obligó a suministrar el permiso.
Ahora tras la alerta, la alcaldesa Sonia Martinez afirmó el lunes que tratará de hacerlo cerrar, según la prensa española.




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Perú: RONDAS CAMPESINAS DE CHOTA SE SUMAN A LUCHA CONTRA CONGA

Bambamarca (Elqui Herrera) El presidente del frente de defensa de la provincia de hualgayoc Lic. Eddy Benavidez Ruiz informó que, más de mil ronderos de los caseríos de Cuyumalca, Huairacitana, Bellandina, El Verde, Huangas, Cuyumalca y Chaupelanche, provincia de Chota y por la provincia de Hualgayoc las rondas campesinas de distrito de Chugur, Moran, San Antonio, San Juan de la Camaca y Alto Perú que se realizó ayer sábado 22 de diciembre una asamblea general de Rondas Campesinas, teniendo como sede el caserío de Samangay límites de frontera de Hualgayoc y Chota
 
“A la mencionada asamblea llegaron el presidente de la región Cajamarca Gregorio Santos Guerrero, así como el flamante presidente de la Central Unica Nacional de Rondas Campesinas del Perú CUNARP  Idelso Hernández Llamo, la asamblea duró aproximadamente tres horas de discusión y debate ante la masiva concurrencia de masas ronderas a través de sus representantes de la sociedad civil de las provincia hermanas de chota y Hualgayoc”
 
CRONOGRAMA  DE RESISTENCIA 2013
 
Los compromisos que se asumirán en el año 2013 son severos y radicales en contra del gobierno del presidente Ollanta Humala que, no solo impondrá el proyecto minero conga que está ubicado en toda la cordillera de la región Cajamarca sino también el proyecto minero Tía María en la región Moquegua ante esta amenaza acordaron reactivar y reforzar las asambleas y luchas sociales en contra de las compañías mineras ubicadas en las cabeceras de cuencas; anuncian que en el 2013 serán más agresivos con las fuerzas de las masas ronderas de las dos hermanas provincias de Hualgayoc y Chota ambas están comprometidas porque sus territorios están concesionados por las mineras que son una amenaza constante a las cuencas de cabecera sobre todo en los distritos de Chalamarca, Bambamarca en esta parte de la región Cajamarca.
 
Las reuniones en las masas ronderas tienen un cronograma en estos días los dirigentes ronderos de la región Cajamarca y las provincias de hualgayoc y chota y la CUNARP visitarán este 29 de diciembre al centro poblado de Cuyumalca, el 18 de enero 2013 habrá una reunión masiva en la plaza de armas de la ciudad de Bambamarca.
 
Asimismo el día 24 de enero también habrá reuniones masivas en el centro poblado de San Antonio distrito de Bambamarca y el día 29 de enero en el caserío de Chaupelanche el distrito y provincia de Chota.
También acordaron realizar un inventario general de todos los colchones de aguas, ríos, lagunas, manantiales y bofedales a cargo de los técnicos ambientales de la región.
 
Otro de los acuerdos fue ealizar movilizaciones masivas en contra del gobierno nacional de Ollanta Humala que ha recortado el presupuesto del gobierno regional de Cajamarca de 405 millones de soles a 105 millones solo para inversión que suena a chantaje por oposición al proyecto minero conga agregó, Benavidez.
 
Por su parte el presidente de la Central de Rondas Campesinas de la provincia de Hualgayoc Eladio Carranza Marín considero que, la reunión en Samangay tiene un apetitoso estilo de reciprocidad en la masiva lucha contra las mineras que jamás podemos olvidar, es decir, Chota y Hualgayoc son cunas de las masas ronderas que por historia seguirán luchando por los intereses colectivos y no personales ante los abusos de más de 500 años que ha quedado como un herida sin curación, que todavía duele a los campesinos que viven en medio de la contaminación ambiental, reveló.
  
Implementarán las agencias agrarias en Chota y Bambamarca para fortalecer el aporte a la agricultura, ganadería y a través de una agresiva asociatividad campesina y un gran proyecto de reforestación en las cabeceras de cuenca en el año 2013.
 
Finalmente, las masas ronderas rechazaron la construcción de las centrales hidroeléctricas en el rio marañón para favorecer a las compañías mineras y también al país del Brasil proyectos que pretende imponer el presidente Ollanta Humala más no el gobierno regional.

   

Encarcelan a mujeres por usar minifaldas en África

El rey Mswati III (centro)
23:34 24/12/2012
Moscú, 24 de diciembre, RIA Novosti.
La policía de Suazilandia, país del sur de África, advirtió que encarcelará a las mujeres que no acaten la ley que prohíbe vestir minifaldas y pantalones vaqueros con cintura baja, informaron los medios internacionales.

Según la prensa, las infractoras pueden enfrentar una pena de cárcel de hasta medio año, pues, según Wendy Hleta, representante de la policía, ese tipo de vestimenta muy escotada y seductora es fácil de arrancar, lo que da cierta ventaja a los violadores durante un forcejeo con una mujer, su víctima.

No obstante, la ley no prohíbe usar la vestimenta tradicional que las mujeres suelen ponerse durante ceremonias festivas como el desfile de novias para el rey Mswati III, en el que ostentan vestidos con escote palabra de honor.

La ley fue promulgada el mes pasado tras las manifestaciones que las habitantes de Suazilandia organizaron para exigir a las autoridades las protejan de las violaciones, cuyo número es bastante alto en uno de los países más pobres del continente africano.


Makoko: la Venecia nigeriana de la miseria

Por primera vez, en sus 34 años de vida, Ewajane Osowo reconoce tener miedo. Miedo a la derrota. Miedo a la miseria. Pero, sobre todo, miedo al futuro de su hija.

“Si nadie lo remedia, en los próximos meses perderé mi vivienda. Y con ella, toda esperanza”, asegura, entre lágrimas, este pescador nigeriano residente en el asentamiento chabolista de Makoko, en el corazón de Lagos.

Su caso no es único. Como Osowo, al menos 120.000 personas se enfrentan a la expulsión directa de este barrio tras la orden emitida, el pasado mes de julio, por el Gobierno de Abuja para su desalojo. En sus calles, el presente tan solo se dibuja entre miseria y tripas de pescado.

“Desde el anuncio por parte de las autoridades, una parte de Makoko ha sido ya demolida. Ahora, la mayor parte de los afectados duerme en canoas a la intemperie. La situación es dramática. Solo en el último mes, tres niños menores de diez años se ahogaron al zozobrar las embarcaciones donde dormían”, asegura Osowo, quien recientemente fue elegido presidente de la la asociación de pescadores del barrio.

Y no son pocos. Fundado en 1860, la identidad del asentamiento está íntimamente ligada al acceso de sus habitantes a las vías fluviales para la pesca y el transporte de madera desde el interior del país a Lagos. Son los hijos de la bosta, de la miseria, de la mierda sin eufemismo. Simples pescadores cuyas capturas apenas les sirven para sobrevivir hasta el día siguiente.

“La situación desesperada de Makoko es solo resultado directo de la falta sostenida del Gobierno local para extender los servicios sociales a sus habitantes. La comunidad ha existido durante más de un siglo sin la presencia visible del Estado”, reconoce Felix Morka, abogado pro derechos humanos que representa a los vecinos del barrio en su cruzada contra el Estado nigeriano para evitar la demolición de sus viviendas.

Miseria, no obstante, del todo habitual en el titán Lagos. En la actualidad, según cifras de la organización humanitaria Social and Economic Rights Action Center, apenas el 20 por ciento de los 15 millones de habitantes de esta ciudad son propietarios de sus hogares. De igual modo, los barrios marginales de la ciudad se han ampliado, desde los 42 de 1984, a los más de un centenar contemporáneos.

“El Estado es el mayor especulador de tierra del país” -destaca el abogado Morka- . “La gente vive en los barrios pobres, no porque estén orgullosos de hacerlo, sino porque es el único lugar de la ciudad que pueden permitirse. Somos seres humanos y nos merecemos un lugar para vivir, aunque éste sea un tugurio”.

Una opinión compartida por el pescador Osowo: “El único interés por derribar Makoko es económico. Con el pretexto del desarrollo urbano, el Estado de Lagos quiere dejar en la calle a millares de personas. Sin embargo, estos desalojos tan solo buscan lucrarse con la venta de los solares”.

La experiencia es la mejor guía. En julio de 1990, la administración local declaraba “no acto para la vida humana” los asentamiento populares de Eti-Osa, al este de la ciudad. En aquel momento, cerca de 300.000 personas fueron expulsados del distrito y sus tierras entregadas a la familia Oniru, una de las más ricas del país. “Curiosamente”, estos terrenos se han revalorizado ahora de forma millonaria.

Y, a buen seguro, clientela no faltará. A día de hoy, Lagos cuenta con una tasa de crecimiento poblacional espeluznante, incluso, para una mega ciudad: 4,8% anual. No en vano, su población es mayor que la de 37 países de África, mientras que los arrabales más pobres tienen una densidad de entre 790 y 1.240 personas por hectárea.

Osowo es partícipe de esta derrota humana. En una diminuta chabola, este nigeriano convive con su mujer y su hija de apenas ocho meses. Un lugar, donde los orines tiñen el agua en su recorrido por las calles y en el que nadie se atreve a hablar de la eterna (y tópica) sonrisa de África.

Quizá, no sea éste el mejor sitio para vivir a estándares occidentales, pero simplemente es su lugar en el mundo. Y que nadie ose discutir su elección.

“Provengo de una tradición pescadores que se remonta hasta más allá de mi bisabuelo. Sin embargo, dudo mucho que mis herederos puedan continuar con la estirpe. Somos una especie en peligro de extinción”, destaca el pescador.

Es cierto, ya poco o nada ya queda del pasado glorioso de Makoko, una comunidad compuesta, fundamentalmente, por miembros de las etnias yoruba, egun, ilaje e ijaw llegados en el siglo XIX desde las actuales Benin y Togo. Un pueblo, que siempre ha coexistido pacíficamente a pesar de su diversidad étnica y religiosa.

Es la otra cara de la moneda, la de un crecimiento económico y poblacional que avasalla a su propio creador y convierte en miseria todo lo que toca.
“En los años de gloria de la región, cerca del 40% de todo el pescado ahumado que se consumía en Lagos se procesaba en la comunidad. Ahora solo hay cadáveres”, destaca Osowo.

Algunos, con nombres y apellidos. Timothy Azinkpono: El pasado 23 de julio, durante las protestas contra el derribo del asentamiento de Makoko, este pescador fallecía a tiros de la Policía. El caso todavía está bajo investigación.

Mientras, y por encima de los muertos en el camino, la lucha del titán Lagos no se detiene. Porque a pesar de ser el pilar de casi el 60% de la economía no petrolera de Nigeria, esta megalópolis sigue siendo incapaz de alcanzar su potencial debido a los problemas de infraestructura que arrastra (su presupuesto de 650 millones de dólares anuales todavía depende del Gobierno Federal en casi un 36% y continúa vulnerable a las fluctuaciones de los precios del petróleo).

Unas deficiencias estructurales, que resultan del todo obvias al recorrer las calles de Makoko. En ellas, decenas de casas derruidas dibujan un cementerio urbano donde la pobreza extrema impide el disfrute de servicios mínimos como el agua, la electricidad o la educación.

“Es cierto que el barrio debe ser renovado y adecuarse a unos estándares mínimos sanitarios, pero su destrucción no es la salida a los problemas”, asegura Yusuf Sodiq, quien ostenta el cargo de Baale (líder religioso local) del barrio.

“Desde que el Gobierno anunciara la demolición del barrio, hemos planteado un plan de saneamiento para evitar esta solución final. Pero no lo podemos hacer solos”, añade.

¿La única esperanza? En forma ya de papel mojado. En los últimos meses, la comunidad de residentes de Makoko centra sus oraciones en la aplicación (real) del Lagos Metropolitan Development and Governance Project, un programa cercano a los 200 millones de dólares y cuyo objetivo es mejorar los servicios en nueve de los principales asentamientos chabolistas de Lagos, incluido Makoko.

Bajo este proyecto, el Gobierno local está obligado a actuar de forma conforme a las políticas de actuación del Banco Mundial (socio financiero del plan urbanístico), así como suministrar una nueva vivienda a todos aquellos desplazados involuntarios, en caso de que el derribo fuera inevitable. Sin embargo, a pesar de sus compromisos contractuales, el Gobierno estatal trata a los residentes de estas comunidades como personas prescindibles. Apátridas carentes de cualquier derecho.

“Somos simples pescadores. Nuestro pueblo necesita el agua. Nuestras familias tan solo sobreviven con lo que pescamos. Abandonar ahora no es la solución”, destaca Sodiq, quien aduce circunstancias históricas para permanecer en el barrio.

“Desde hace más de un siglo estamos aquí. Solo conocemos esta forma de vida. El Gobierno quiere empezar una nueva era económica a costa de nuestra generación. Y en juego no está solo nuestro futuro, también el de nuestros hijos”, denuncia el líder religioso.

Mientras, en el titán Lagos, ajenas a las palabras de Sadiq, los recuerdos del pasado se hunden entre tripas de pescado y orines. Siempre, en eterna espera de un nuevo derribo. Siempre en búsqueda de una nueva mañana

Tomado del Blog     Matatu a África