miércoles, 15 de mayo de 2013

Consumidores "salvan" a Alemania de la recesión

Tras una fuerte caída a fines de 2012, la economía alemana volvió a crecer en el primer trimestre de 2013 gracias a la confianza de los consumidores. Sin embargo, aún no es tiempo de cantar victoria. 

En términos técnicos, los economistas hablan de recesión cuando la economía se contrae durante dos trimestres consecutivos. Alemania creció entre enero y marzo un 0,1 por ciento, luego de que en el último trimestre de 2012 el desempeño de su economía cayera un 0,7 por ciento. En otras palabras, la principal potencia de la eurozona se salvó por poco de una recesión.
Ulrich Kater esperaba un mejor desempeño de la economía alemana. Ulrich Kater esperaba un mejor desempeño de la economía alemana.
 
“Las cifras son bastante desalentadoras. Los indicadores de los primeros meses de este año mostraban que podía esperarse un incremento mayor”, dijo Ulrich Kater, economista de DekaBank, en conversación con DW. La producción industrial creció fuertemente en marzo (1,2 por ciento), las industrias recibieron más pedidos e incluso las órdenes procedentes de la zona euro aumentaron notoriamente. Sin embargo, nada de esto ha repercutido, hasta ahora, en el Producto Interno Bruto (PIB).

Por otro lado, los exportadores sufrieron por la debilidad general de la economía mundial y las empresas realizaron menos inversiones. Esto se debe principalmente a la incertidumbre que hay en el ambiente debido a la crisis de la deuda soberana en Europa. “Esto demuestra que el sistema financiero todavía no está suficientemente afianzado y que existen dudas sobre el futuro político de Europa. Este año ya tuvimos problemas en Italia y se aplicó el rescate a Chipre”, señala Kater.

Consumidores al rescate
El que la economía alemana no haya caído más en sus indicadores es mérito solamente de los consumidores. “El consumidor tiene confianza porque tenemos un mercado laboral robusto y los salarios se han incrementado. Ahí todavía existe una fuente de estabilidad”, dice, por su parte, el economista jefe de BayernLB, Jürgen Pfister.

El escenario es distinto con respecto a los inversionistas. El indicador de clima empresaria IFO volvió a caer, lo que demuestra que los líderes de ese sector de la producción siguen evaluando de forma negativa el futuro de la unión monetaria. Esto, a juicio de Jürgen Pfister, se debe en parte a que “el actual debate de austeridad versus crecimiento es una señal de alarma que puede empantanar el progreso de las reformas necesarias”.

Michael Grömling, del Instituto Alemán de Economía de Colonia (IW, por sus siglas en alemán) espera, sin embargo, que la inversión aumente. “Creemos que se verá una mejoría en la inversión en la segunda mitad de 2013”, dijo Grömling a DW, pues, en su opinión, ese indicador ya tocó fondo y ahora solamente le queda volver a números positivos.

La economía mundial puede ayudar

La economía alemana también puede esperar que el mundo ayude en el esfuerzo por alcanzar el crecimiento. Incluso aunque, al igual que Europa, el mundo se debata entre el estancamiento y un crecimiento menor, el escenario es completamente distinto, piensa el economista Kater. “La economía mundial todavía tiene la fuerza del crecimiento que viven los países emergentes, que es claramente mayor al nuestro”.

  Los salarios han aumentado y, con ello, también la confianza de los consumidores, dicen los expertos.

Por ejemplo, China sigue creciendo a tasas del 7 por ciento. Y eso es una buena noticia para las empresas alemanas, en especial si están bien posicionadas en Asia. Por ello, la asociación de exportadores alemana BGA espera un incremento de las exportaciones de un tres por ciento.

Sea como fuere, Jürgen Pfister espera que la economía de la principal potencia europea presente un crecimiento del 0,5 por ciento este 2013. “Con eso ya iremos mucho mejor que nuestros vecinos del sur, que siguen teniendo tasas de decrecimiento importantes”. Grömling confía todavía más. “Para este año Alemania crecerá en torno a un 1 por ciento”, dice él, que está convencido de que toda la zona euro ya tocó fondo, y de que vendrán tiempos mejores.

Por lo pronto, la unión monetaria debe aprender a convivir con las malas noticias que llegan desde Francia. La segunda potencia de la eurozona entró en recesión tras presentar un crecimiento negativo del 0,2 por ciento. Para Ulrich Kater el mensaje sigue siendo el mismo: si bien la recuperación está en marcha, no vale la pena confiarse tanto, pues en el camino siempre habrá piedras.

Autor: Danhong Zhang / DZ
Editora: Cristina Papaleo


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