martes, 14 de mayo de 2013

La (re)construcción de los feminismos negros

Artículos de Opinión | Ella Macdonald


Durante la primera oleada feminista en EEUU en 1982 la Prensa Feminista de Nueva York publica: “Creemos que las políticas sexuales en el patriarcado dominan las vidas de las mujeres negras, así como lo hacen las políticas de clase y raza”. Y es que el movimiento feminista negro surge en la tensión entre el abolicionismo y el sufragismo de movimientos de los cuales, debido al racismo y al sexismo, las mujeres negras fueron excluidas.

Lo que ahora se denomina como “teoría de la interseccionalidad” es la base del feminismo negro afroamericano que gira entorno tanto al discurso “¿Acaso no soy mujer?” de Sojourner Truth escrito en 1852, así como de la aparición de muchos textos de mujeres negras alrededor de 1890.

Dos de estas voces más representativas fueron las de Ida Wells y Sojourner Truth. Entre Wells, con su exposición teórica, y Truth, con la valentía de una mujer iletrada, formaron las bases del pensamiento del feminismo negro que, a diferencia del feminismo blanco que se funda durante la Ilustración, surge en un contexto esclavista. A través de los textos de Truth podemos ver que fue un movimiento de carácter contra-hegemónico, ya que las mujeres negras no se veían identificadas con los textos fundacionales del feminismo blanco.

A diferencia de estos textos, en el feminismo negro predomina el relato oral como herramienta de resistencia sin el apoyo de una obra escrita. Partiendo de esto, Truth de-construye la categoría de mujer desde la que es negada, reivindicando su propia identidad y un deseo por re-significar el término mujer. Cabe destacar que debido a la privación del voto a las personas negras en el sur, recién establecido, hubo una división incluso más marcada entre las mujeres blancas y negras.

A raíz de una gran oleada de linchamientos y abusos sexuales, Ida Wells, junto con otras mujeres, organizaron el primer club de mujeres negras, inspirándose en sus experiencias vitales para desarrollar la conciencia social. Aquí Wells introduce el tema de como la intersección entre “raza” y género construye de forma desigual la sexualidad de la población blanca y de la población negra.

La opresión racial crecía. Los clubs de mujeres fueron prohibidos e incluso en las marchas por el sufragio femenino las mujeres negras fueron obligadas a caminar separadas de las blancas. Aun así, este rechazo hacia la mujer negra trabajadora sirvió como nexo de conexión entre ellas, cosa que no ocurrió con el feminismo blanco de origen burgués.

El feminismo negro parte de una no-categoría (no-mujer), y su estrategia es la de-construcción y luego re-construcción de la categoría de mujer. Una figura importante en esta reconstrucción fue Patricia Hill Collins, que expresó la importancia de la auto-identificación de las mujeres negras como colectivo de lucha.

El principal espacio del discurso oculto de las mujeres negras fue el de las cantantes de blues que representaron su cultura popular y se enfrentaron a las imágenes estereotipadas creadas por el discurso hegemónico. El blues muestra la existencia de una tradición secreta, de un feminismo de clase trabajadora entre las mujeres negras.

Nuevo discurso

La segunda ola de pensamiento feminista negro coloca como centro de la desigualdad al racismo. En este momento el feminismo negro británico toma el relevo, donde a raíz del movimiento intelectual británico de la New Left, las feministas del Reino Unido crean un discurso en relación al feminismo blanco. Autoras como Hazel Carby y Pratibha Parmer ayudaron a incluir el género en intersección con la “raza” en el Center for Contemporary Cultural Studies de la universidad de Birmingham.

En cuanto al discurso post-colonial, Parmer en su libro Black Feminism: The politics of articulation, deja abierta la cuestión de centrarse en como lograr el cambio social, ya que anteriormente las identidades y los contextos de opresión lo habían dejado en un segundo plano. Palmer propone generar un nuevo discurso que armonice las diferencias entre las mujeres y ayude a crear movimientos de reconstrucción. Las nuevas aportaciones al feminismo negro girarán en torno a esta cuestión ya que las categorías raciales cerradas sobre las que se construyó el primer pensamiento feminista negro resultaron ser problemáticas en la lucha por la liberación.

El feminismo negro destacó por poner en cuestión las identidades esencializadoras, ya que fueron las propias mujeres las que sintieron el vacío de la no-representación. Fueron ellas quienes demandaron un reconocimiento al margen de las categorías de representación impuestas.

Como solían decir, lo importante no es “quiénes somos” ni “de dónde venimos” sino “lo que juntas podemos llegar a ser” porque ¿acaso no somos mujeres?

Fuente: http://enlucha.org/site/?q=node/18517


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