miércoles, 20 de febrero de 2013

República Dominicana: Comité recomienda que Estado reconozca el racismo para avanzar en la cuestión de derechos

Tatiana Félix
Periodista de Adital
Adital
 
Aprovechando la ocasión del 82º período de sesiones del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD), el próximo 12 de marzo el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM) de República Dominicana presentará un informe que expone el problema del racismo y de las discriminaciones que las mujeres sufren en el país, y recomendará acciones al gobierno dominicano para avanzar en la construcción de un Estado de Derechos.

En el documento, el Cladem reconoce algunos esfuerzos del gobierno para garantizar los derechos humanos con la creación de planes y políticas, sin embargo, todavía falta dar un mejor tratamiento a la cuestión de la discriminación racial y del racismo, que no ha sido debidamente abordada en las políticas de desarrollo, a pesar de que el país ha incorporado el artículo 1 de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (CEDR).

"La realidad en Dominicana es que existe un racismo muy arraigado y se manifiesta en la negación de la negritud como parte de la identidad de la población, y en la vinculación de lo negro con lo haitiano, país con el que compartimos la Isla, y cuya población es altamente discriminada y estigmatizada por algunas autoridades dominicas”, se analiza en el documento que también afirma que el gobierno niega la existencia de una cultura discriminatoria en República Dominicana.

Otro punto preocupante, según el Cladem, es la ausencia de estudios y planes que levanten datos considerando la cuestión racial o identidad étnica, y la marginalización y discriminación que las mujeres afrodescendientes sufren, sobre todo en el mercado de trabajo, sistema educativo, poder judicial y servicios públicos. Estudios señalan que la mayoría de las mujeres negras dominicanas o migrantes, que viven en la discriminación y la marginalidad, está trabajando en servicios domésticos, que no son reconocidos como trabajo formal, ni dan garantías o derechos laborales.

Ante esta realidad, el Cladem recomienda que el Estado dominicano cree un Plan Nacional transversal de promoción contra la discriminación racial que aborde la cuestión de género, y cree un Mecanismo Nacional en articulación con organizaciones de la sociedad civil para promover y monitorear las iniciativas contra el racismo y sus discriminaciones.

También señala la urgencia de que el gobierno realice campañas de sensibilización sobre la discriminación racial y combata estereotipos existentes; la creación de políticas de acciones afirmativas que ayuden a las mujeres a tener acceso a empleos y salarios justos, además de la realización de investigaciones sobre la población dominicana afrodescendiente, a fin de contribuir en la elaboración de políticas y prácticas eficaces contra los efectos de la discriminación.

Capacitar a profesionales públicos y de Estado sobre las cuestiones de raza y género, aplicar leyes contra prácticas discriminatorias y retomar el compromiso del Estado de profundizar las recomendaciones del Examen Periódico Universal de Derechos Humanos sobre las raíces del racismo y anti-haitianismo en República Dominicana también son recomendaciones del Cladem.

Para leer el informe completo, haga click aquí.

Traducción: Daniel Barrantes - barrantes.daniel@gmail.com

Mujeres víctimas de la "herida oculta" de África

Almudena Domenech

Madrid, 20 feb (EFE).- Vohilaba es una joven africana que fue vendida a un hombre a los 14 años y que, como cerca de tres millones de mujeres en África, es víctima de una "herida oculta": la fístula vésicovaginal, consecuencia de partos sin asistencia o violaciones, que las condena a la marginación y a la soledad.

Su nombre no es real, pero su historia sí es representativa, según relata en una entrevista con Efe el jefe de la Unidad de Colon y Recto del Hospital Universitario Ramón y Cajal, José Manuel Devesa, quien viaja todos los años a la misión de las Hermanas de la Caridad en Farafangana, en Madagascar, para combatir este problema.

Acostumbrado a las publicaciones científicas, Devesa se ha lanzado a romper el silencio y el estigma que lleva a estas adolescentes a vivir sin esperanza con la publicación de una crónica novelada "Llévame a Farafangana", que presentará esta noche acompañado de María Teresa Fernández de la Vega, presidenta de la Fundación Mujeres por África, que ha editado la obra.

La idea nació del impacto que le produjo "la miseria física y moral a la que se ven abocadas las jóvenes que pierden al hijo no nacido por falta de asistencia en el parto y, en su lugar, les queda la secuela de las terribles fístulas (comunicaciones) que se producen entre la vejiga y la vagina".

"Inmediatamente son abandonadas por su marido, su dueño, y sus familias, y condenadas a una vida solitaria, errante, difícil de describir", añade el doctor, pionero en España en la realización de técnicas para evitar el ano artificial o la conocida como "bolsa".

La fístula consecuencia del parto ocurre debido a que el niño está mal colocado o a que la pelvis no está desarrollada, algo muy habitual en África por la malnutrición, las enfermedades y porque las niñas son madres con 14 ó 15 años cuando sus cuerpos no están todavía preparados.

Después de días de alumbramiento en una choza, relata Devesa, la presión del niño dejará sin riego sanguíneo los tejidos y la necrosis producirá la fístula, que comunicará la vagina con la vejiga o el ano, y la orina y las heces se expulsarán sin control por el aparato reproductor femenino.

El cirujano ha precisado que en el caso de la violación es el "golpe directo y brutal" el que produce la fístula en una cavidad aun pequeña o que se resiste.

Devesa ha señalado que aunque la herida no se ve, el hedor que produce y el nulo valor que se da a la mujer en África convierte en drama sus vidas, quedando amenazadas por infecciones de orina recurrentes, la destrucción de los riñones y la muerte.

En cualquier caso, su destino será vivir apartadas en una cabaña al lado de la choza de su familia o en un rincón del mercado, donde el olor se disimula, o en cualquier otro lugar solitario.

Su tratamiento quirúrgico es muy complejo y, si no se tienen los conocimientos y entrenamientos específicos, el índice de fracasos es muy alto.

Hay pocos hospitales en África que lo realicen con éxito y gran parte de las mujeres que viven en el campo desconocen que pueden recibir tratamiento: "lo viven como una maldición y se ocultan".

Viajero con vocación africana por casi un centenar de países, este médico gallego ha desarrollado labores en varios lugares del continente negro y, desde 2005, lleva a cabo un programa en Madagascar para el tratamiento específico de la fístula, técnica quirúrgica que perfeccionó en el Addis Abbaba Fístula Hospital, en Etiopía, el de mayor experiencia en el mundo en esta patología.

Las operaciones de esta dolencia ocupan toda su actividad en la Misión de Ambatoabo, en Farafangana, donde hacen cola las pacientes que esperan su visita anual, ya que es el primer doctor que practicó la intervención con éxito en este país.

En este centro han construido, con la ayuda de donantes -fundaciones, empresas e instituciones- un modesto hospital, que estará terminado cuando se le añada un bloque materno-infantil. Los beneficios de esta obra, si los hay, irán a parar a este proyecto. EFE