domingo, 2 de junio de 2013

América Latina y el Caribe: Derecha fundamentalista vs. derecha pragmática

Barómetro Internacional
Adital
Por Sergio Rodríguez Gelfenstein



Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, único país de Occidente que no sufrió los embates del conflicto, lanzó en 1947 el Plan Marshall, a fin de evitar la influencia de la Unión Soviética en Europa. Esta decisión se inscribía en el marco de la Doctrina Truman, que planteaba una confrontación multidimensional con las ideas socialistas, incluyendo para ello la subversión, el financiamiento de gobiernos reaccionarios y sus prácticas de represión, tortura y muerte. El año anterior, Truman ya había hablado de "guerra fría”. Estas acciones dieron al traste con las grandes alianzas antifascistas que se habían creado durante el conflicto bélico a fin de erigir un frente único para enfrentar al nazismo y su impacto en otras latitudes del planeta.

La implementación de la Doctrina Truman trajo evidentes repercusiones en América Latina. Después de haber vivido un período de movimientos nacionalistas que apuntaban positivamente hacia una elevación de los niveles de organización política y social de distintas capas de la población, el fin de la conflagración y el comienzo de la Guerra Fría condujeron a un retroceso en la construcción de espacios democráticos de participación. Fue la época nefasta en que surgió el TIAR y la OEA, y en la que la derecha perdió el carácter nacionalista que tuvo durante la guerra para subordinarse servilmente ante Estados Unidos. En ese marco surgieran dictaduras en Perú, Venezuela, Haití, Cuba y Guatemala. La llegada al poder de Eisenhower en 1953 fortaleció a los sectores reaccionarios de América Latina, que así vivieron su primera oleada retrógrada de La Posguerra. En ese período fueron derrocados los gobiernos de Vargas en Brasil y Perón en Argentina.


El triunfo de la Revolución Cubana casi al finalizar de la década de los 50 vino a cambiar esa perspectiva. Vale decir que el año anterior la dictadura había sido derrumbada en Venezuela. En ambos casos se construyeron amplias alianzas de fuerzas entre sectores populares y de la burguesía que hicieron saltar del poder a las dictaduras proestadounidenses. El curso posterior de ambos procesos tuvieron que ver con las fuerzas que hegemonizaron los mismos. La historia señala con claridad lo que ha significado la Revolución Cubana, así como las implicaciones de 40 años de democracia tutelada y excluyente para los venezolanos. En el contexto de comienzos de los años 60 del siglo pasado, la respuesta desde Estados Unidos fue la Alianza para el Progreso y la expulsión de Cuba de la OEA. La derecha en el poder se plegó lealmente a los dictados de Washington.

Los años 70 parecieron traer un cambio en la actitud política de las burguesías nacionales de América Latina. Una serie de movimientos de las Fuerzas Armadas con apoyo popular llevaron al poder a militares progresistas en Perú, Panamá y Bolivia. El triunfo de Allende en Chile y el regreso del peronismo al poder en Argentina auguraban buenas nuevas para la región.

La respuesta no se hizo esperar. Antes que finalizara la década se habían establecido –con el apoyo material y militar de Estados Unidos– las peores dictaduras de la historia del continente. La aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional como método de represión y control popular y la implementación de modelos de economía neoliberal, privatizadores y excluyentes encontraron en las derechas criollas su principal sostén cuando éstas descubrieron que mezclar represión al movimiento obrero y a las organizaciones de izquierda, con métodos de flexibilización laboral y apertura de mercados les haría incrementar ganancias hasta niveles nunca antes alcanzados. Presagiaron buenos dividendos, toda vez que, si llegara a revertirse el curso que había tomado la historia no habría riesgos: las Fuerzas Armadas harían el "trabajo sucio” y tendrían que pagar por ello. Los "civiles” no se mancharían las manos con sangre.

La Revolución Sandinista en Nicaragua y el efímero movimiento de la Nueva Joya en Grenada en 1979, anunciaban ser "la diferencia que marca la regla”, pero ambas fueron abortadas con apoyo militar directo de Estados Unidos, incluyendo la invasión en el caso de la isla del Caribe. La plenitud de la derecha se logró cuando desapareció la Unión Soviética y el campo socialista. La "historia había finalizado” y el capitalismo había triunfado "por los siglos de los siglos”. Las derechas latinoamericanas se frotaban las manos. Un mundo unipolar les garantizaría colosales ganancias.

Desataron lo "mejor” de su alma entreguista y rastrera. Se prestaron a lo más bajo que su espíritu individualista les ofrecía y una vez superada la década pérdida desataron el festín neoliberal.

En eso estaban cuando apareció Hugo Chávez y comenzó a cambiar la tendencia. Fue el inicio de un proceso de transformaciones que posteriormente ocupó a Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia y Ecuador, entre otros. La Alianza de Libre Comercio para las Américas (ALCA) saltó hecha añicos en Mar del Plata y Estados Unidos se vio obligado a comenzar a buscar alternativas. También la oligarquía de la región.

No toda la derecha se amoldó al nuevo contexto, lo cual les llevó a generar fracciones que enarbolaban visiones contradictorias de la política. Aunque ambas son reaccionarias y aliadas del imperio tienen enfoques distintos para enfrentar la coyuntura que, en esto de la táctica y la estrategia se deben considerar a fin de establecer las políticas más correctas.

Así, por una parte, existe una oligarquía primitiva, fundamentalista, vinculada a los sectores más reaccionarios de la Iglesia católica como el Opus Dei, los Legionarios de Cristo y el Yunque, que se fundan en la idea de que la civilización occidental judeo-cristiana está amenazada por una oleada "comunista” y, por tanto se sienten obligados a arrogarse como "salvadores” de dicha civilización. Asumen una posición altamente ideologizada, extremista que en algunas ocasiones raya en el fascismo. En esta lógica se inscriben –por ejemplo– Fox en México, Uribe en Colombia, Vargas Llosa y Fujimori en Perú, el partido pinochetista UDI y la democracia cristiana en Chile.

De otro lado, ha surgido otro sector pragmático, "moderno”, empresarial que privilegia la gerencia a la ideología, que no teme establecer relaciones económicas con quienes adversa porque finalmente su objetivo último es asaltar el Estado para maximizar ganancias. Son expresiones de esta tendencia Martinelli en Panamá, Calderón en México, Santos en Colombia y Piñera en Chile.

Recuerdo los grandes debates que se dieron cuando defendí esta idea en momentos previos a las últimas elecciones colombianas. Arguía que Santos no era lo mismo que Uribe a pesar de venir de ser su ministro de Defensa y de ser responsable de acciones violentas e ilegales en esa condición. Sustentaba mi posición en que Santos no era el candidato de Uribe y que la oligarquía colombiana no podía seguir soportando las grandes pérdidas que le producía el distanciamiento en las relaciones de su país con Venezuela y Ecuador. Lo eligieron y le dieron la orden de solventar ese problema como ahora lo instaron a buscar la paz con las FARC para aprovechar la inmensa potencialidad productiva de su país para producir ganancias, sin "factores externos” que impidan tal posibilidad.

Hay que recordar que Calderón no era el candidato de Fox, como Santos no lo era el de Uribe (esa designación recayó en Andrés Felipe Arias, hoy preso por corrupción), tampoco Piñera el de la UDI. En todos los casos las oligarquías se tuvieron que acomodar a la decisión de una modernidad empresarial que acude a la política por imperiosa necesidad económica en un mundo que ha cambiado y que hoy hace patente la emergencia de nuevas potencias como China, Rusia, Brasil o India.

En Venezuela, pareciera que esta contradicción se instaló en días recientes. El pasado 13 de mayo el presidente Maduro se reunió con el principal líder de la derecha empresarial del país, Lorenzo Mendoza. Son conocidas sus ambiciones políticas. El encuentro produjo un reconocimiento mutuo. Cuando Mendoza aceptó reunirse con el presidente de Venezuela estaba admitiendo esa condición. Esta reunión fue el acta de defunción de Capriles como alternativa de futuro de la derecha venezolana. En lo inmediato, el cónclave hizo que su absurda reclamación poselectoral, –que incluso lo llevaron a la incitación de la violencia– perdiera sustento y validez.

Por otra parte, Maduro le ha dado un reconocimiento implícito a Mendoza como contraparte con la que se pudiera negociar. Una vez más la oligarquía ha optado por el pragmatismo empresarial frente al fundamentalismo fascista que enarbola Capriles. Al día siguiente de la reunión, Mendoza comenzó a construir su opción electoral.

Esta situación ha generado un escenario novedoso e interesante donde imperará la capacidad táctica de hacer política. Mendoza tendrá que derrotar la opción violenta que enarbola Capriles y construir una alternativa en los marcos constitucionales de la República, si quiere ser el líder que la derecha ansía. El Gobierno por su parte, en lo inmediato podrá ensanchar su trabajo con los sectores productivos (al día siguiente de la reunión aparecieron milagrosamente algunos productos de primera necesidad ausentes, durante semanas, de los supermercados), incorporarlos al desarrollo nacional y demostrar con hechos que está dispuesto a un diálogo que ponga en primer lugar los intereses de la mayoría y una irrestricta defensa de la soberanía. Eso creará condiciones de mediano plazo para ampliar su base de apoyo cuando la ciudadanía, en particular aquellos que dudan, se hagan eco de las intenciones del Gobierno de construir en paz un país distinto.

Así mismo, el Gobierno debe saber administrar este nuevo escenario en que la confrontación será de otro tipo, sin olvidar que las huestes fascistas siguen vivas y conspirando, y que Estados Unidos siempre "juega una simultánea en varios tableros”.


Compra de tierras en África, ¿progreso o nuevo colonialismo?


Compra de tierras en África, ¿progreso o nuevo colonialismo?

ANÁLISIS Por Laszlo Trankovits (dpa) 

Ciudad del Cabo, 2 jun (dpa) - Países e inversores privados han comprado importantes extensiones de tierra en África, una práctica que algunos temen que se convierta en una nueva forma de colonialismo. Por otro lado, África tiene un enorme potencial agrario apenas explotado. La cuestión es si las inversiones extranjeras ayudarán o perjudicarán al continente.

En Zambia o Nigeria, las mujeres trabajan pequeños terrenos con las más sencillas herramientas. En Tanzania o Mozambique las rudimentarias carreteras recorren paisajes cubiertos de vegetación salvaje. Pero al llegar a metrópolis como Lagos o Maputo, en los mercados puede encontrarse arroz, fruta, verdura y carne, la mayor parte importado de Europa, Brasil, Estados Unidos o de Sudáfrica, el único país emergente del continente.

África, que hace 50 años exportaba alimentos, depende ahora de las importaciones y ayudas internacionales. Y si bien el Banco Mundial y los gobiernos alaban los datos económicos de África, estos se deben sobre todo las exportaciones directas o indirectas de materias primas. Sin embargo, la agricultura languidece en la mayor parte de los países, a pesar de ser el medio de subsistencia de más de la mitad de los mil millones de africanos. Además, según la ONU, casi una cuarta parte de los africanos sufre malnutrición.

"Antes éramos los mayores exportadores de cacahuetes (maní) y aceite de palma. Hoy importamos alimentos y somos los mayores importadores de arroz del mundo", afirma crítico el ministro de Agricultura de Nigeria, Akinwumi Adesina. Para alimentar a los 167 millones de nigerianos, cada año se destinan 11.000 millones de dólares (8.500 millones de euros) a la compra de cereales, arroz, pescado y azúcar. "Es absurdo, teniendo en cuenta nuestros propios recursos", agrega. Pero tras el boom del negocio petrolero, el sector agrario quedó muy olvidado.

Según el Banco Mundial, el 60 por ciento del territorio mundial potencialmente cultivable se encuentra en África. Pero incluso en las fértiles Mozambique o Zambia, apenas se destina a la agricultura algo más del 20 por ciento del territorio.

Además, la agricultura de estos países es profundamente ineficiente. Los pequeños agricultores producen en la mayor parte de los casos sólo para su propio consumo. Les falta de todo: formación, motivación, técnica, abono, carreteras y almacenes, vehículos y cadenas comerciales, mercados accesibles y funcionarios incorruptibles.

Desde hace algunos años, inversores de Arabia Saudí, Qatar, India, China, Europa o Estados Unidos compran grandes territorios en el continente. Según el último Informe de Progresos de África de la ONU -presentado por el ex secretario general del organismo, Kofi Annan- desde el año 2000 se compraron 134 millones de hectáreas, el equivalente a Alemania, Francia y Reino Unido juntos.

Algunos críticos, como el británico Fred Pierce y varias ONG, ven en estas adquisiciones una "nueva forma de colonialismo". La venta de territorios suele llevarse a cabo de forma poco transparente, a través de políticos corruptos e inversores de dudosa reputación, por lo que acaba perjudicando a la población, según Annan. "El interés en la compra de tierras es tan elevado porque en ocasiones se pueden adquirir grandes zonas sin tener que pagar apenas dinero, o muy poco", explica el informe de la ONU.

En muchos países, como Tanzania, Uganda o Mozambique, fueron desplazados miles de pequeños agricultores, ya que la posesión de tierras a menudo no está asegurada por la ley. Los pequeños agricultores, apenas formados, suelen ser víctimas de la arbitrariedad de sus países y la falta de escrúpulos de los inversores.

En ocasiones, la industria agrícola se dedica a monocultivos como el maíz, que se utiliza para producir biocombustibles. Esos productos agrícolas, dedicados principalmente a la exportación, no ayudan a África, advirtió Annan. "No puede tolerarse que conglomerados extranjeros compren grandes territorios de los países para producir para sus propios mercados", agregó, y calificó semejante práctica como un "robo de tierras".

Sin embargo, muchos gobiernos creen que la venta de tierras puede ser un impulso para la inversión y la modernización. Y es que los gobiernos, el Banco Mundial y los países donantes de ayuda descuidaron durante mucho tiempo el desarrollo de una industria agraria moderna. A menudo se priorizó la extracción de materias primas y los intentos de industrialización. Por no hablar de que los agricultores africanos tienen que competir con alimentos subvencionados por Europa o Estados Unidos.

En opinión de muchos expertos, las acusaciones de "robo de tierras" encubren los verdaderos problemas autóctonos de África. Nigeria no teme una "apropiación de tierras", asegura el ministro Adesina. Lo que necesita el país son socios internacionales para impulsar el desarrollo. Si se "compara de forma internacional la compra de tierra en África, apenas supera el promedio", relativiza por su parte Carlos Lopes, experto en África de la ONU. Teniendo en cuenta la explosión demográfica, África necesita una modernización del sector agrario y aumentar su productividad, agrega.

"Da igual a quién pertenezca la tierra, lo importante es que se utilice bien", opina por su parte el empresario Aliko Dangote, el hombre más rico de África. "No hay un robo de tierras", asegura. África necesita sin falta inversiones agrarias, "independientemente del color de la piel y el idioma de los inversores".

Europa: indignados ocuparon más de 80 ciudades

Una “marea ciudadana” recorrió las calles de España, Italia, Grecia, Francia, Alemania y otros países afectados por la crisis. Marcharon contra la austeridad y el desempleo

Crédito foto: Reuters


La "marea ciudadana" de los indignados marchaba este sábado en más de 80 ciudades de Europa, frenética, irritada y agresiva contra "el golpe de estado de la troika" -FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea- y para frenar "la atroz austeridad" que daña la calidad de vida.

Forma parte de la lucha contra los recortes presupuestarios, el alza de impuesto, la altísima desocupación y contra "estados y gobiernos insensibles", según ellos mismos proclaman.

De Madrid a Lisboa, de Atenas a Roma, de Dublín a París, con Londres, Bruselas, La Haya y hasta Frankfurt han sido escenarios de las mismas manifestaciones, repetidas concentraciones y marchas de la bronca contra los responsables de la crisis.

Los grupos de indignados finalmente también llegaron a Alemania. Miles de manifestantes se agruparon en Frankfurt, frente a la sede del Banco Central Europeo (BCE), para protestar contra lo que consideran un emblema de las políticas de austeridad y recortes que imperan en el Viejo Continente, capitaneadas por el gobierno germano de Angela Merkel.

El movimiento anticapitalista Blockupy organizó tres días de protesta -que concluían este sábado- en Willy-Brandt Platz para denunciar la gestión de la crisis y de la deuda pública que golpea a los miembros de la Unión Europea.

También para boicotear el normal funcionamiento de las actividades del BCE que, según los organizadores, es "el corazón" del que nace y se expande la recesión y la miseria.

La marcha, que pretendía paralizar el centro de Frankfurt, arrancó al mediodía con la participación de casi 20.000 personas, según Blockupy, y en torno a 7.000, según fuentes policiales.



Poco después, las fuerzas de seguridad decidieron aislar a un grupo de participantes entre los que se encontraban muchos miembros del denominado "bloque negro", la mayoría encapuchados y con protectores.

Las fuerzas de seguridad justificaron esta medida señalando que algunos de ellos habían agredido a varios agentes, y para lograr rodearlos recurrieron a sprays de pimienta y cachiporras. Los afectados, por su parte, acusaron a los policías de provocar y golpearlos.

Por otra parte, miembros del colectivo 15M en Berlín tenían previsto manifestarse hoy frente a la embajada de España dentro de la convocatoria de la "marea granate" que agrupa a los jóvenes que han tenido que emigrar ante la falta de oportunidades laborales en España.

Por su parte, Lidia Brun, de 25 años, procedente de Barcelona y que se encuentra en Bruselas para ampliar sus estudios, dijo a la prensa que los "indignados" quieren mostrar su solidaridad con los jóvenes que se han concentrado estos días en varias ciudades españolas, así como en Lisboa y en Fráncfort con el mismo fin.




"Te das cuenta de que tanto los jóvenes en Grecia, como los de Portugal o los que están delante del Banco Central Europeo (BCE), todos estamos utilizando los mismos argumentos, quejándonos de lo mismo y saliendo a la calle con la misma indignación", señaló. "Aunque hablamos diferentes idiomas somos todos víctimas de la misma política", recalcó.

En Portugal, voceros del movimiento que encabeza las manifestaciones declararon a los medios que lo importante de la protesta de es su carácter internacional, para demostrar el descontento de los pueblos europeos con las políticas de recortes aplicadas por todo el continente.





Fuente: ANSA

Perú/ Carlos Monge: Faenón minero en otoño



Por Carlos Monge*

30 de mayo, 2013.- Como si estuviésemos en primaveral temporada de toros, el otoño del 2013 pasará a la historia como el de un faenón del lobby minero. Frente a un muy débil toro gubernamental, el lobby minero se ha dado un paseo, cortando ambas orejas y rabo, y –ay!!- quien sabe si algo más.

Todo comenzó con una pequeña baja en el precio de metales como el oro y el cobre y anuncios de una baja igualmente leve en el crecimiento esperado de la China, gran compradora de estos commodities. A ello siguió el anuncio de que empresas como Newmont y Angloamerican abandonarían proyectos (Conga, Michiquillay, Quellaveco) al no tener garantizada la rentabilidad esperada por los accionistas e inversionistas. Lo siguiente fue la histérica campaña de medios y líderes políticos lobistas de las empresas: ¡Se paraliza la inversión minera! ¡Se paraliza el país! ¡Es el fin de mundo! ¡Hay que hacer algo!

Las respuestas del gobierno pudieron haber sido varias. Podría haber dicho, por ejemplo, “felizmente, en realidad no hay problema” pues con Alan García tuvimos 10 mil millones de dólares de inversión y ahora con Toromocho, Las Bambas, Antapaccay y las ampliaciones de Cerro Verde, Shougang y Southern, tendremos algo más o menos igual. O podría haber dicho, “caramba, hay que diversificar las fuentes de renta pública”, volviendo los ojos a otras actividades socialmente más inclusivas y ambientalmente más sostenibles, dinamizando la agricultura, el turismo, algunos servicios, etc.

Pero no. Lo que ha hecho es arrodillarse ante el matador y ofrecer el morro para la estocada final. Así, entre abril y mayo del 2013, se sucedieron las medidas exigidas por los mineros, sus medios y sus presidenciables: la Ley de Consulta no va en la sierra (donde están la mayoría de los proyectos mineros) pues los quechuas y aymaras ya no son indígenas sino campesinos; se flexibiliza el mecanismo para conseguir los Certificados de Inexistencia de Restos Arqueológicos; y ahora se anuncia lo mismo para la aprobación de los Estudios de Impacto Ambiental.

¡No se vayan! ¡Quédense por favor! ¡Pidan lo que quieran! Estos son los mensajes que el Presidente Ollanta Humala da. Una lástima, pues la coyuntura se presenta favorable más bien para hacer un conjunto de reformas indispensables en la gestión del sector minero: terminar de armar el SENACE eliminando las trampas que hay en su ley; fortalecer aún más la OEFA y su capacidad de evaluar, fiscalizar y sancionar; reformar la ley y el reglamento de consulta y publicar y debatir abiertamente la base de datos sobre pueblos indígenas; reformar el sistema de concesiones mineras. Esa es la agenda, y las condiciones están dadas para abordarla. Pero con un toro echado desde el saque ante el torero, poco se puede esperar.

Como si estuviésemos en primaveral temporada de toros, el otoño del 2013 pasará a la historia como el de un faenón del lobby minero. Frente a un muy débil toro gubernamental, el lobby minero se ha dado un paseo, cortando ambas orejas y rabo, y –ay!!- quien sabe si algo más.

Todo comenzó con una pequeña baja en el precio de metales como el oro y el cobre y anuncios de una baja igualmente leve en el crecimiento esperado de la China, gran compradora de estos commodities. A ello siguió el anuncio de que empresas como Newmont y Angloamerican abandonarían proyectos (Conga, Michiquillay, Quellaveco) al no tener garantizada la rentabilidad esperada por los accionistas e inversionistas. Lo siguiente fue la histérica campaña de medios y líderes políticos lobistas de las empresas: ¡Se paraliza la inversión minera! ¡Se paraliza el país! ¡Es el fin de mundo! ¡Hay que hacer algo!

Las respuestas del gobierno pudieron haber sido varias. Podría haber dicho, por ejemplo, “felizmente, en realidad no hay problema” pues con Alan García tuvimos 10 mil millones de dólares de inversión y ahora con Toromocho, Las Bambas, Antapaccay y las ampliaciones de Cerro Verde, Shougang y Southern, tendremos algo más o menos igual. O podría haber dicho, “caramba, hay que diversificar las fuentes de renta pública”, volviendo los ojos a otras actividades socialmente más inclusivas y ambientalmente más sostenibles, dinamizando la agricultura, el turismo, algunos servicios, etc.

Pero no. Lo que ha hecho es arrodillarse ante el matador y ofrecer el morro para la estocada final. Así, entre abril y mayo del 2013, se sucedieron las medidas exigidas por los mineros, sus medios y sus presidenciables: la Ley de Consulta no va en la sierra (donde están la mayoría de los proyectos mineros) pues los quechuas y aymaras ya no son indígenas sino campesinos; se flexibiliza el mecanismo para conseguir los Certificados de Inexistencia de Restos Arqueológicos; y ahora se anuncia lo mismo para la aprobación de los Estudios de Impacto Ambiental.

¡No se vayan! ¡Quédense por favor! ¡Pidan lo que quieran! Estos son los mensajes que el Presidente Ollanta Humala da. Una lástima, pues la coyuntura se presenta favorable más bien para hacer un conjunto de reformas indispensables en la gestión del sector minero: terminar de armar el SENACE eliminando las trampas que hay en su ley; fortalecer aún más la OEFA y su capacidad de evaluar, fiscalizar y sancionar; reformar la ley y el reglamento de consulta y publicar y debatir abiertamente la base de datos sobre pueblos indígenas; reformar el sistema de concesiones mineras. Esa es la agenda, y las condiciones están dadas para abordarla. Pero con un toro echado desde el saque ante el torero, poco se puede esperar.

* Carlos Monge es antropólogo por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y doctor en Historia por la Universidad de Miami. Posee experiencia en trabajo de promoción rural y desarrollo sostenible, asesoría y de consultoría a gremios campesinos locales y nacionales, organizaciones privadas de promoción del desarrollo e instituciones públicas. Es autor de varias publicaciones sobre temas vinculados al desarrollo rural, los movimientos sociales, la descentralización, la participación ciudadana y las industrias extractivas.
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Fuente: Publicado en el diario La Primera el 28 de mayo de 2013:http://www.laprimeraperu.pe/online/columnistas-y-colaboradores/faenon-minero-en-otono_139984.html

Perú/Lima: Conversatorio “Derecho al agua, Conga, Cañaris, Nanay”


Europa protesta contra las políticas neoliberales de La Troika



Unas 20.000 personas según los organizadores y 7.000 de acuerdo con la policía, se reunieron en Frankfurt, capital financiera de Alemania y sede del BCE, en una manifestación que fue el cierre de tres jornadas consecutivas de lucha contra las políticas de austeridad europeas.

La protesta, convocada por el movimiento indignado Blockupy –similar al estadounidense Occupy Wall Street- concluyó con enfrentamientos violentos entre manifestantes y la policía.

“La estrategia de la policía es evidente, querían que la situación de tensión escalara” afirmó Roland Sues, portavoz de Blockupy, tras denunciar que la policía utilizó gas pimienta contra los manifestantes cuando un grupo se negó a ser requisado en un cordón policial.

Los manifestantes celebraron el éxito de la protesta después de haber logrado cerrar hoy el centro de Frankfurt, no sólo bloqueando la sede del BCE, sino de “cientos de instituciones financieras, empresas y corporaciones que han sacado provecho de la crisis europea durante años”.

“Dejamos claro que no aceptamos su autoritarismo”, remarcaron en un comunicado.

“Vamos a construir una Europa desde abajo, una Europa que no tiene por qué arrodillarse ante los principios del neoliberalismo bajo presión de los mercados financieros y las grandes multinacionales”, proclamaron al leer el manifiesto con el que se clausuró la protesta.

“Hoy manifestamos en solidaridad con los movimientos emancipadores alrededor de Europa que estamos todos en la misma lucha. Luchamos contra una economía organizada en función de beneficios en vez de al servicio de las necesidades del pueblo”, añadieron.

La protesta alemana coincidió y estuvo coordinada con la convocatoria “Pueblos unidos contra la Troika”, una movilización internacional que fue liderada por Portugal y España y tuvo réplicas en ciudades de Francia, Bélgica, Grecia, Irlanda, Reino Unido y Croacia, pero con menor fuerza.

Aunque menos multitudinarias que las manifestaciones de septiembre y marzo pasado contra las políticas de austeridad del gobierno luso, la plataforma portuguesa “Que se lixe a troika” (Que se joda la troika), consiguió movilizar a miles de personas en Lisboa y otras ciudades portuguesas.

Allí se vieron pancartas contra el primer ministro Pedro Passos Coelho, el FMI y el BCE, mientras los manifestantes alertaban de las consecuencias de las políticas de ajuste que han dejado al país con un 18% de desempleo y tres años consecutivos de recesión.


De la misma manera, en España, donde la austeridad no sacó al país de la recesión y el desempleo escaló al 27% de la población, 6,2 millones de personas, la plataforma Marea Ciudadana movilizó a miles de personas en decenas de ciudades.

Se manifestaron en Madrid, Barcelona, Zaragoza, Bilbao, Santander y Vigo, aunque no fueron marchas multitudinarias.

En Madrid, la marcha recorrió desde la histórica fuente de Neptuno -vecina al Museo del Prado- hasta la sede de la Comisión Europea, donde los manifestantes se congregaron para gritar “Troika fuera, Troika fuera”.

“No debemos, no pagamos”, fue otro de los lemas más escuchados, en referencia a la crisis de la deuda.

“Se utiliza la crisis de la deuda para justificar el ajuste pero con millones de desocupados no vamos a reconocer como legítima una deuda que contrajeron los bancos y las grandes empresas”, afirmó Francisco Segura, portavoz de Marea Ciudadana.

De la manifestación participaron representantes de distintos sectores afectados por los recortes como educación y salud, grupos de indignados y partidos políticos de la izquierda anticapitalista.

Al concluir se leyó un comunicado que denunció que “las brutales e inhumanas políticas de ajuste impuestas por la odiosa troika con ayuda de los gobiernos cómplices están causando en Europa la mayor crisis de la democracia de las últimas décadas”.

En Barcelona, la protesta contó principalmente con los movimientos que están en pie de lucha contra los recortes como el sector educativo, y los más veteranos de los indignados, al frente de una campaña de desobediencia civil.

“Las políticas de la Troika están teniendo un efecto claro en la educación porque con la excusa de la crisis se está cambiando todo el sistema, están haciendo como en Argentina con la dictadura, pero aquí aprovechan el shock de la crisis económica para avanzar con las políticas neoliberales”, denunció Jordi Gil, profesor de 34 años.

“Hay dos cosas que sustentan el poder, la ignorancia y el miedo, y nosotros no tenemos miedo, pero muchos sí”, dijo por su parte Felipe Aranguren, un veterano activista ante la poca contundencia de la protesta.

Europa se moviliza contra la Troika

Francfort/AFP/Redacción Internacionales

Una decena de países europeos marchan este sábado contra La Troika, el grupo conformado por el Banco Central del continente (BCE), la Comisión Europea (CE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y por el cual se han impuesto severas medidas de austeridad criticadas por la población.

Bajo el lema "Pueblos unidos contra La Troika", unas 80 ciudades del continente se movilizan para evidenciar el fracaso que han tenido los recortes financieros, que entre otras cosas, han provocado desahucios, suicidios y despidos masivos.

La manifestación está liderada por el colectivo portugués Que se lixe a troika (Que se joda la troika), que hasta la fecha ha organizado dos protestas previas en contra del grupo económico.

Varios miles de personas salieron a las calles el sábado en la ciudad alemana de Fráncfort para protestar contra las políticas de austeridad aplicadas en Europa, en respuesta a una convocatoria
del grupo Blockupy, constató un periodista de la AFP.

La mayor de esas manifestaciones ocurrió en Francfort, donde más de 5.000 personas -según una estimación de la policía- se reunió en el centro de la ciudad antes de iniciar una marcha hacia la sede del BCE, entidad que este 1 de junio cumple 15 años de su creación.

Sindicatos y organizaciones de la izquierda (como Verdi, IG Metall, el partido Die Linke, Attac, entre otros) dan de esta forma continuidad a otra manifestación organizada el viernes y que reunió alrededor de 2.000 personas en protesta contra la especulación agrícola.

"Debemos decir claramente que la política del banco central europeo y de la troika, sometidas a la influencia capital del gobierno federal, no es la solución", dijo a la AFP el vocero de Blockupy, Roland Süss.

"Pertenezco a la generación del 'baby boom' y hemos tenido una vida relativamente buena. Pero ahora estamos luchando por nuestra propia sobrevivencia", dijo a la AFP Marica Frangakis, de 62 años, una manifestante griega que participar del grupo Attac.

En Grecia, añadió Frangakis, "las personas están desesperadas por una crisis de cinco años", y por eso hace "bien ver a personas (en Alemania) que también se sienten involucradas por la crisis".

"Estoy contenta de ver a las personas juntas para expresar su solidaridad", añadió. "Precisamos de más solidaridad. El capital está unido y fuerte, pero más y más voces se expresan en Europa en nombre de la izquierda", dijo Frangakis.

Al promediar la jornada, la policía alemana había reforzado la vigilancia alrededor de la protesta. Los agentes policiales abordaban a los manifestantes que portaban máscaras o pasamontañas para que se las quiten y participen de la manifestación con el rostro descubierto.

En tanto, en Lisboa, Portugal, una manifestación contra las políticas de austeridad tenía previsto concentrarse ante la representación local del Fondo Monetario Internacional (FMI), en el centro de la ciudad, para protestar contra las presiones impuestas por los acreedores internacionales al país.

"Esta vez no será solamente Portugal a manifestarse, sino las personas de toda Europea que desean manifestarse contra la receta de la austeridad", afirmó un comunicado del movimiento apolítico "Que se lixe la Troika", principal impulsor de las manifestaciones.

Numeroso grupos activistas y de militancia ciudadana anunciaron su adhesión a la protesta, inclusive el grupo de 'Indignados' portugueses "15 de Octubre", que ya organizó diversas acciones públicas de protesta contra las medidas de austeridad.

Al igual que en Lisboa, otras 17 ciudades portuguesas prepararon manifestaciones este fin de semana.

Al mismo tiempo, en Madrid, España, grupos de izquierda y activistas anticapitalistas convocaron a una manifestación frente a la Plaza de Neptuno, próximo del Parlamento, local de numerosas concentraciones de protesta en los últimos meses.

En la capital madrileña la manifestación se propone recorrer la arteria que pasa delante de la bolas de Valores, el Banco Central español y las oficinas de la Comisión Europea.