domingo, 30 de junio de 2013

Europa pide explicaciones por el espionaje de EE.UU.

"Excede a todo lo imaginable que nuestros amigos de Estados Unidos miren a los europeos como enemigos", se quejó la ministra alemana de Justicia, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger. Ayer el excolaborador de los servicios secretos estadounidenses Edward Snowden reveló que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) espió a la Unión Europea y a la ONU.

El escándalo desatado por la revelación de masivos programas de espionaje estadounidenses volvió a poner en jaque la política exterior de la Casa Blanca al teñir de sospecha su estrecha alianza con la Unión Europea (UE). La revelación de que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos no sólo espió a estadounidenses y chinos, sino que almacenó mensualmente unas 500 millones de comunicaciones telefónicas o vía internet en Alemania y que instaló micrófonos y se infiltró en las redes informáticas de las delegaciones diplomáticas de la Unión Europea desató la indignación en Europa.

"Excede a todo lo imaginable que nuestros amigos de Estados Unidos miren a los europeos como enemigos", se quejó hoy la ministra alemana de Justicia, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger. Según documentos secretos a los que tuvo acceso el semanario alemán Der Spiegel, Alemania es considerado por Washington como un socio "de tercera clase", lo que significa que el énfasis en la vigilancia no sólo es superior al de cualquier otro país de la UE, sino equiparable a China, Irak y Arabia Saudita. "Si los informes de la prensa son ciertos, entonces esto me recuerda a los métodos que usaban los enemigos durante la Guerra Fría", sentenció la ministra alemana.

"Podemos atacar las señales de la mayoría de socios extranjeros de tercera clase, y es lo que estamos haciendo", indica el documento de la NSA publicado hoy por el semanario alemán, el cual aclaró que el ente de inteligencia estadounidense sólo almacenó los datos de las comunicaciones, no el contenido. En un día normal, la NSA interceptaba hasta 20 millones de conexiones telefónicas y 10 millones de paquetes de datos electrónicos. En los días que merecían una atención especial según el criterio del gobierno estadounidense, la cifra de conexiones telefónicas interceptadas podía ascender a los 60 millones.

El seminario alemán Der Spiegel también citó un documento de la NSA de 2010 que apunta a las sedes diplomáticas de la UE y que fue filtrado por el extécnico de inteligencia Edward Snowden, el mismo "topo" que reveló los programas de espionaje en Estados Unidos y China, y que hoy se esconde en el aeropuerto de Moscú para evitar a la Justicia estadounidense. Según la revista, las agencias de espionaje de Estados Unidos espiaron despachos y sedes diplomáticas de la UE y hackearon sus sistemas informáticos, accediendo a documentos secretos y correos electrónicos confidenciales.

"Estos actos, si se comprueban, son inaceptables", condenó el canciller francés Laurent Fabius, según informó el diario británico The Guardian. El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, también se mostró molesto y dijo estar "profundamente preocupado y consternado por las denuncias sobre un presunto espionaje estadounidense a las oficinas de la UE". Agregó que "si esto resulta ser cierto, sería un asunto extremadamente serio que podría tener un impacto severo en las relaciones entre Estados Unidos y la UE".

Las señales que dejó el Paro Nacional en Chile


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El Paro Nacional del miércoles recién pasado y la puesta en movimiento de estudiantes y trabajadores, alrededor de 100.000 sólo en Santiago, nuevamente ponen en jaque al gobierno Piñera y a las alianzas electorales, esta vez faltando cuatro días para la realización de las primarias y cinco meses para las elecciones generales.
Inicialmente convocado por la Confederación de Estudiantes de Chile (COONFECH), Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios de Chile (ACES), Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES), el Sindicato Interempresas de la Gran Minería y Ramas (SITECO) y la  Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC), finalmente se realiza también con la adhesión de la Confederación de Trabajadores Portuarios (CTP), Central Única de Trabajadores (CUT) y la Asociación Nacional de Maestros.
El planteamiento central de los estudiantes es “una educación gratuita y de calidad para todos”. Y, en el caso de los trabajadores organizados en la CTC, sus demandas principales son “pensiones dignas, nueva política nacional minera de renacionalización, terminar con los abusos y maltrato laboral, fiscalización eficaz de la legislación laboral y previsional, y poner fin a los accidentes de trabajo”.
En el mismo espacio y tiempo, en varias regiones del sur, organizaciones sociales y comunidades del pueblo mapuche persisten en conseguir la libertad de sus dirigentes encarcelados, la recuperación de sus tierras y territorios, al igual que el ejercicio pleno de su derecho a la libre autodeterminación y autogobierno. Y, en regiones del norte, organizaciones sociales aymaras exigen al gobierno y estado el cuidado de los habitantes y la preservación de los ecosistemas que habitan.
Inclusive, aunque de modo todavía dispar, entre las propuestas y demandas de los movilizados durante el paro, también tienen cabida planteamientos conducentes a la realización de una Asamblea Constituyente, para facilitar cambios estructurales de largo plazo y reemplazar la constitución pinochetista de 1980. En ese sentido, antes del paro mismo, la propuesta de una “huelga electoral”, abstenerse de participar en las próximas elecciones generales y así hacer evidente la pérdida de legitimidad del sistema político, es convergente con el planteamiento de adicionar un ánfora y una papeleta de votación en las próximas  elecciones generales, en este caso para consultar a la ciudadanía la convocatoria a una Asamblea Constituyente.
 Es decir, después de veinte años de gobiernos de “la Concertación” (1990-2010), y algo más de tres años de gobierno de “la alianza por el cambio” (2010-2013); una de las cuestiones centrales que develan los conflictos y movimientos sociales en curso, es la pérdida de legitimidad de un sistema de representación y ejercicio de gobierno, en el que los representantes por lo general deciden y actúan en ausencia de los representados y a contrasentido de sus propuestas y demandas.
Según ADIMARK, en mayo pasado, la “alianza por el cambio” y “la concertación” sólo obtienen un 29% y 23% de aprobación, respectivamente. En el Congreso, la Cámara de Senadores consigue un 21% de aprobación y 68% de desaprobación, y la Cámara de Diputados obtiene un 16% de aprobación y 74% de desaprobación. Y, en el mismo mes, la administración Piñera consigue un 40% de aprobación y 50% de desaprobación.
En un escenario así, cuyo antecedente es un 60% de ausentismo de la población electoral en las elecciones municipales del 2012; los movilizados en el paro nacional saben muy bien que “si no fuera por las movilizaciones aún se creería que lucrar con la educación es ser emprendedor”, y que sólo el poder constituyente de los movimientos sociales conseguirá realizar una Asamblea Constituyente, como ocurrió en Bolivia, Ecuador y probablemente ocurra en Brasil.