viernes, 14 de febrero de 2014

Europa, el drama de una juventud sin sueños (I parte)

Por Luisa Maria González *

La Habana, (PL) Tras un 2013 marcado por altos niveles de desempleo para los jóvenes, el nuevo año llegó sin ofrecer esperanzas de mejoras: la Organización Internacional del Trabajo anunció que los menos experimentados volverán a ser los más golpeados por el paro.

Ni siquiera la Europa de riquezas centenarias se salvará del caos, agregó esa entidad, pues las condiciones del mercado laboral muestran señal alguna de recuperación y todo parece indicar que el 2014 casi no registrará aumentos en los índices de empleo.

Según coinciden los especialistas, para los jóvenes esta situación es doblemente traumática, pues además de ser las primeras víctimas de los recortes, su transición desde el sistema educativo hacia el mundo del trabajo se convierte en un proceso complejo y hasta doloroso.

No por casualidad las autoridades han advertido acerca del incremento de los suicidios a raíz de la crisis económica iniciada formalmente en 2008, pues solo un año después la cantidad de jóvenes europeos que se quitó la vida aumentó en un 4,2 por ciento.

"Nuestros resultados muestran que la crisis económica supone, considerablemente, un riesgo de suicidio", afirmó un colectivo de autores en la British Medical Journal, los cuales confirmaron que en Europa, el fenómeno afecta particularmente a los jóvenes.

La investigación agregó que la mayor cantidad de suicidios ocurre entre los varones en edades comprendidas entre los 15 y los 24 años, quienes además de ser víctimas del desempleo, son usualmente los menos protegidos mediante los sistemas de seguridad social.

Adicionalmente, alertó que los suicidios representan solo una pequeña parte del sufrimiento en tanto las cifras reflejan únicamente la consumación del acto, mas no hablan sobre los que quedan en el intento, los cuales podrían llegar a ser 40 veces más frecuentes.

Citados por un informe de la Confederación Sindical Internacional (CSI), los integrantes de una red italiana de trabajadores precarios resaltaron lo que significa vivir una juventud sin sueños:

"Somos una generación precaria, desempleada, infrarremunerada o que trabaja gratuitamente y de forma invisible, condenada a depender mucho tiempo de los padres. La precariedad es nuestro leitmotiv", afirmaron.

"Vivimos al margen de todos los derechos: el derecho a estudiar, a una vivienda, a un ingreso digno, a la salud, a tener relaciones sentimentales, a vivir libres y felices", denunciaron.

SIN ESTUDIOS, SIN FUTURO

La evolución social en Europa durante varias décadas del siglo XX, amparada en el llamado Estado de bienestar, propició la diseminación de expectativas según las cuales mientras más se preparasen los niños y jóvenes en sus estudios, mejor desempeño tendrían en el mercado laboral.

Sin embargo, la crisis económica llegó para mostrar que los mecanismos se oxidaron y por ejemplo, en Portugal hay alrededor de 63 mil graduados universitarios en paro, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas.

De hecho, la educación ha estado entre las primeras afectadas por la recesión, a causa de los recortes de presupuesto decretados por los gobiernos.

En el Reino Unido, uno de los 10 países con mayor Producto Interno Bruto del planeta, recientemente se produjeron varias protestas convocadas por principales sindicatos de maestros para manifestar la oposición a las caídas de los salarios y las pensiones, además de las malas condiciones de trabajo.

¿Y quienes salen más perjudicados cuando la educación está ausente en la lista de prioridades de los gobierno? Los niños y jóvenes.

El impacto, según testimonios, se hace muy fuerte en la enseñanza superior, dados los elevados costos de las universidades privadas y el cierre de posibilidades en las públicas.

"Los recortes recientes en el sector de la educación seguramente disuadirán a muchos jóvenes de iniciar estudios superiores o ir a la universidad", indicó el italiano Salvatore Marra, citado en el informe de la (CSI).

Asimismo, las dificultades económicas de las familias obligan a no pocos muchachos y muchachas a abandonar sus estudios con la esperanza de insertarse en el mundo laboral y dar sus aportes, una opción que, como indican las cifras, también resulta ser problemática.

GENERACIÃ"N NINI: NI ESTUDIA NI TRABAJA

"Durante la crisis económica, los jóvenes son a menudo el último en entrar y el primero en salir; es decir, el último en ser contratado y el primero en ser despedido", alertó el Informe Mundial de la Juventud de las Naciones Unidas.

El desempleo juvenil, aunque afecta de manera desigual a los diferentes países europeos, en general ha alcanzado en estos años cifras históricas, pues en más de 10 el índice supera el 25 por ciento y en algunos como España y Grecia, rebasa el 50 por ciento.

Estas tasas frecuentemente duplican las registradas entre los adultos; por ejemplo, en Italia el paro general alcanza el 12 por ciento, mientras para los jóvenes es de 41,2, según cifras publicadas a finales de 2013.

En el Reino Unido, casi un millón de jóvenes de entre 16 y 24 años está desempleado, lo que representa el 40 por ciento del total de las personas sin ocupación laboral.

Adicionalmente, casi la mitad de estos muchachos ha permanecido sin trabajar por seis meses o más.

"Encontrar un empleo se ha convertido en una tarea casi imposibleâ�� y encontrar un buen empleo es una suerte", expresó el polaco Tomasz Jasinski, miembro de la Comisión de jóvenes de la Alianza de Sindicatos de Polonia.

"La calidad de los contratos que se ofrecen a los jóvenes no les garantiza un puesto estable ni seguro en el mercado de trabajo, lo que tiene una enorme influencia en su vida personal y familiar", agregó.

to/lmg/rcg

*Periodista de la Redacción Europa de Prensa Latina

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