jueves, 27 de febrero de 2014

Indígenas en Venezuela: ¿casas, tractores o territorio?



¿Bonitos tractores, no?

El día de ayer miércoles 25 de febrero, el presidente de la República de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció la aprobación de 198 millones de bolívares para proyectos socioproductivos en 500 comunidades indígenas.

Así lo dio a conocer en el Palacio de Miraflores, en Caracas, donde se reunió con campesinos y movimientos sociales a favor de la paz y la vida. En cadena nacional de radio y televisión, indicó la continuación de los proyectos vivienda en las comunidades originarias. "Yo quiero decirles compañeros del Movimiento Indígena de la Patria que le he dado órdenes a nuestra ministra de Pueblos Indígenas (Aloha Núñez) para que continúe la Gran Misión Vivienda Venezuela en todos los territorios indígenas", expresó.

Además, ya el jueves pasado, la titular del Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas, entregó 10 viviendas a miembros del pueblo jivi que habitan en la comunidad La Ruega, estado Amazonas.La ministra informó que actualmente se están construyendo más de 2.000 viviendas en la entidad, y detalló que se levantan proyectos para el pueblo yanomami en Maroa, Manapiare y Río Negro. "Se trata de casas con excelentes acabados, con todos los servicios, con agua potable y electricidad, porque así lo quiso nuestro gigante Hugo Chávez y esa ha sido la instrucción de nuestro presidente Nicolás Maduro", expresó en ese momento

Pues desde aquí, yo me permito decirle al Presidente Nicolás Maduro, que eso esta muy bien, pero no es eso lo que primordialmente quieren las poblaciones "indígenas" de Venezuela, mucho menos los pueblos Bari, Aññu, Wayú y Yupak, de las Sierra de Parijá en Zulia,  ni mucho menos es a eso a lo que comprometió el fallecido presidente Hugo Chávez.

El problema, señor Presidente. es el problema de la tierra, y más específicamente, el problema del territorio que implica no sólo el espacio, sino el respeto al autogobierno y la autoridad de los pueblos y comunidades indígenas; eso implica poder regirse por sus propias normas y leyes, reproducir sus propias creencias, cultura y religión, y por sobre todo, poder regir sus territorios en función de mantener la naturaleza y no permitir que esta sea depredada y destruida por la presencia de terceros, ganaderos, hacendados, empresas mineras, petroleras ni carboníferas, que responden a una básica lógica del capitalismo: la ganancia. 

Las poblaciones indígenas desean regir las normas de su propio entorno. Eso no significa querer estar aisladas ni mucho menos. Eso significa que, por un lado,  toda acción o medida que se encuentre en relación a su territorio, debe ser primeramente consultado y decidido por los ancianos y por el pueblo (no sólo por comunidad o distrito) y no por agentes externos, aún cuando éstos sean miembros del propio gobierno y del Estado.

Y en segundo lugar, eso implica no sólo el reconocimiento a sus  precedentes y ancentrales derechos a sus territorios, sino que el Estado de Venezuela, donde hoy se encuentran hoy tales territorios, sea un Estado regido por lo que manda la actual Constitución, es decir, por un Estado efectivamente pluricultural y plurinacional, y que por tanto, se garanticen los mecanismos de participación democrática directa por los pueblos y comunidades hasta ahora marginados del proceso bolivariano. Es a eso lo que podrían los "indígenas" en Venezuela llamar SOCIALISMO.

Es bueno tener viviendas, pero no fue ese el compromiso del fallecido presidente Hugo Chávez.

El se comprometió a ponerse de lado de los "indígenas" y a no priorizar los intereses de los terceros ni de los extraños a la autoridad comunal; el se comprometió a que el Estado proveyera los fondos para desalojar a dichos terceros; el se comprometió a proseguir y terminar con la demarcación de sus territorios, y otorgarles el respectivo título de propiedad, por pueblos y no por comunidades o distritos.

Hoy, todo ese proceso de una consecuente democratización del país y de una real y verdadera justicia social, y más que eso, una verdadera justicia histórica, esta detenido.  Si usted cumple con la Constitución y da pasos concretos para ver cumplidas estas reivindicaciones de los pueblos, estoy seguro que no habrá dudas de parte de éstos mismos pueblos "indígenas", de que su gobierno, es también el de ellos.

Pero señor Presidente, permítame darle la palabra, para que se lo explique mejor, al hermano SABINO ROMERO IZARRA,  a través de dos vídeos, grabados antes de su vil asesinato, por el cual, por cierto, exigimos el más pronto esclarecimiento y castigo. 

Saludos

JAIME CORONADO DEL VALLE

      



 
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