viernes, 14 de febrero de 2014

Wallmapu (espacio dador de Vida) y el habla de la tierra

Pronunciamiento Futa Trawun Autonomo De Comunidades Mapuche-Tehuelche (Chubut, PuelMapu)

Futra Trawün de Buenos Aires Chico (Chubut), 1 y 2 de febrero de 2014.
En el espacio territorial del lofche Cañío, deliberamos integrantes de las comunidades mapuche Cañio y Ñiripil (Buenos Aires Chico), Cayún (Lago Puelo), Buenuleo (Bariloche), Liempe (Epuyén), Pillan Mawiza (Cerro Centinela) y Mapuche-Tehuelche Vuelta del Río. Además, participamos miembros de Avkin Pivke Mapu Komunicación Mapuche, del colectivo radial Petu Mogeleiñ, del canal Wallkintün TV, Mapuche residentes en El Bolsón, Puerto Madryn y El Maitén, al igual que antropólogas del GEMAS (Grupo de Estudio de Memorias Alterizadas y Subordinadas)

tehuelche

Gentileza:

El futra trawün se reivindica como espacio Autónomo del Pueblo Mapuche-Tehuelche, más allá de las divisiones provinciales. Con la expresión “autonomía” queremos decir independiente de las instituciones del Estado, los partidos políticos, las iglesias y demás instancias de la sociedad winka.
Los lofche Cañio y Ñiripil pusieron en común las alternativas del conflicto que sostienen con la Municipalidad de El Maitén, el gobierno provincial de Chubut y los sectores que se beneficiarían de prosperar el proyecto de instalar un centro de deportes invernales en el cerro León, también conocido como Azul. Para las comunidades se trata de un atropello a sus espacios territoriales, cuyos intentos comenzaron cuatro años atrás. Hasta que se logró el dictado de una medida cautelar por parte del Poder Judicial, el proyecto avanzó hasta la construcción del así llamado “refugio” y provocó el desmonte de un corredor para pista de esquí en zona de bosque nativo, sin que jamás mediara consulta alguna a las comunidades. Por la violación de la normativa vigente, los dos lofche demandaron a la Municipalidad de El Maitén y al gobierno de Chubut.
El futra trawün se hace eco del malestar que experimentan las comunidades Cañio y Ñiripil ante el accionar de la directora de Asuntos Indígenas de Chubut, Sofía Millañir, quien durante el desarrollo del conflicto procuró dividir a las comunidades y doblegar sus voluntades con el ofrecimiento de camionetas, forrajes, animales y otras dádivas. Para lograr su cometido, se valió también de engaños y difamaciones. En consecuencia, si bien consideramos que la funcionaria no representa a las comunidades de Chubut sino al gobierno provincial, demandamos su inmediata destitución. Quienes la designaron, deben hacerse responsables de su incompetencia. Y desde ya, afirmamos que no tiene derecho ni potestad de decidir en nombre de nuestras comunidades.
El futra trawün le recuerda a la sociedad civil de El Maitén que antes de la llegada del tren y de la Compañía de Tierras del Sud Argentino, antes del arribo de las familias que se consideran pioneras (Breide, Hughes, El Khazen o Sirhan) y antes de la llegada de las columnas del Ejército argentino, en el faldeo del winkul ya residían los mayores de los Cañio y Ñiripil, como parte integrante del pueblo mapuche. El control territorial que ejercen actualmente nuestros hermanos sobre sus respectivos espacios, echa por la borda implícitamente las narrativas según las cuales, fueron los que arribaron después de la Campaña al Desierto quienes forjaron la localidad de El Maitén. Además, la ubicación de una tranquera y su cierre sobre un camino vecinal que transcurre por el territorio de los Ñiripil para impedir la realización de una prueba de descenso de bicicletas de alta gama y fiesta electrónica, obedeció al desconocimiento del acuerdo que estableció una mesa de diálogo e inclusive, la vigencia de la medida cautelar. Para su realización, los organizadores (Fabián Galuppo, Carlos Robla y Daniel Hughes) habían trazado un nuevo circuito y cometido otro desmonte.
No se nos escapa que detrás de la excusa del centro de deportes invernales, existe el plan de avanzar hacia un gran negocio inmobiliario, interés de los sectores que tradicionalmente se benefician con el funcionamiento del Estado. Además, conocemos los daños que otros complejos de esquí provocaron en el territorio de comunidades mapuches, de manera que el futra trawün respalda con energía y hace suya la resistencia de las comunidades Cañio y Ñiripil, actitud que forma parte de una lucha que es más amplia en su extensión y prolongada en el tiempo, porque es la lucha del pueblo mapuche. La itrofil mongen (naturaleza) que ya sufrió la agresión del emprendimiento, es la que nos brinda newen para continuar y profundizar la resistencia.
En el marco de este conflicto, que se dirime cara a cara frente a sectores que históricamente esquilman al pueblo mapuche, hacemos saber que si algunos peñi se hacen eco de las campañas de desacreditación que éstos montan, incurren lisa y llanamente en traición.
El futra trawün también abordó la nueva problemática que deriva del Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas (RETECI). Consideramos grave que en la segunda etapa que está en curso, se involucre al Instituto Autárquico de Colonización (IAC) y a los municipios en los relevamientos, ámbitos estatales que históricamente desconocen los derechos territoriales de nuestras comunidades. No es una coincidencia que el actual presidente del IAC sea Oscar Currilen, ex intendente de la localidad y ex diputado nacional. Fue bajo su gestión que se ideó el proyecto del centro de esquí en el cerro León. Por otro lado, la incorporación del organismo y de las municipalidades al RETECI no fue objeto de consulta previa e informada, como establece la legislación en vigencia para los intereses de los pueblos indígenas. Advertimos a las comunidades que están próximas a recibir al RETECI, que la participación del IAC y los municipios en las tareas, provocará graves perjuicios para sus derechos territoriales.
Sobre el mismo asunto, puntualizamos que varias de las comunidades que fueron relevadas en su momento, aún no disponen de sus Carpetas Técnicas y menos aún de la pertinente Resolución del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), a pesar del tiempo que transcurrió. Además, hemos constatado que la vigencia de la Ley 26.160 y sus sucesivas prórrogas, no garantizaron la suspensión de los desalojos, en desmedro de familias mapuche.
Por otro lado, consideramos grave que el gobierno de Chubut dilate el otorgamiento de personerías jurídicas a nuestras comunidades, demora que provoca entorpecimientos en el funcionamiento que el propio Estado nos requiere.
Al gobierno de Chubut también le cuestionamos el funcionamiento del Instituto Provincial del Agua (IPA), que a partir de nuevas resoluciones desconoce los derechos de las comunidades sobre los cursos o espejos de agua que existen en el interior de sus territorios. El organismo las considera de propiedad provincial e inclusive, intentó colocar medidores para facturar por su utilización. Hacemos saber al gobierno de Chubut que el territorio de las comunidades mapuche y mapuche tehuelche no se agota en la superficie o nag mapu, sino que se extiende hacia todos los newen que hay sobre o debajo de ella, entre ellos, las diversas variantes del ko.
En relación a la aplicación de la así llamada Ley de Bosques por parte de la provincia de Chubut, aclaramos que el procedimiento de consulta previa e informada no se limita a que los funcionarios y técnicos den a conocer sus planes. La participación de las comunidades lleva implícita la posibilidad de negarse a esos designios o bien, a modificarlos. En la actualidad, las comunidades que en su territorio albergan bosque nativo se niegan a que avance la implementación de zonificaciones, hasta que se obtengan los títulos de propiedad comunitaria. El futra trawün respalda esa actitud.
Integrantes de la comunidad Buenuleo y del canal Wallkintün TV dieron a conocer la larga lista de arbitrariedades que cometieron antes y después de su puesta en marcha Matías Melillán, Diego Pereira Cottaro y Carlos Catrileo, referentes de la agrupación que se denomina a sí misma La Cámpora y funcionarios. Explicaron que se instaló la apertura del “primer canal mapuche” en el marco del conflicto que mantiene el gobierno nacional con el Grupo Clarín y que la comunidad Buenuleo se enteró apenas unos días antes de su puesta en marcha que era titular de una licencia de servicios de comunicación audiovisual. A pesar de esa formalidad, la comunidad nunca pudo tomar una decisión que tuviera que ver con Wallkintün TV, hasta que un conflicto entre sectores distintos del kirchnerismo, provocó el alejamiento de la denominada Cooperativa Audiovisual Mapuche (CAM), que en los planes iniciales, gestionaría la televisora. Recién en agosto de 2013, la comunidad Buenuleo asumió la responsabilidad de la conducción del canal, ante la defección de todos los grupos que primeramente intervinieron. Al hacerlo, estableció como criterio que el canal no puede ser una herramienta para la política partidaria.
La comunidad Buenuleo dio a conocer en este futra trawün que todas las comunidades del pueblo mapuche y demás pueblos originarios pueden ser partícipes de la emisora, pero advirtió que no admitirá que la Coordinadora del Parlamento del Pueblo Mapuche de Río Negro se adueñe del emprendimiento comunicacional.
En la actualidad y a pesar de todas las carencias técnicas, Wallkintün TV cuenta con una grilla de programación y asume como misión propia reflejar el acontecer del pueblo mapuche. Además, resistirá las nuevas maniobras de cooptación que ensayen los funcionarios del gobierno nacional.
El futra trawün reafirma el derecho a la comunicación libre y autónoma del pueblo mapuche, a la vez que apoya la potestad de la comunidad Buenuleo de gestionar Wallkintun TV. En ese marco, insta a la AFSCA a que cumpla con los compromisos que asumió oportunamente en los plazos que fijó. También exige que los recursos que se gestionaron en diversas instancias a nombre de Wall Kintün TV, se destinen efectivamente a la emisora y no a los funcionarios que provocaron los desatinos.
Además, el trawün desconoce la representatividad de la que presume Matías Melillán en el Consejo Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual porque su designación se produjo sin la participación de las organizaciones y comunidades mapuche.
Integrantes de la comunidad Liempe de Arroyo Las Minas (Epuyén), compartieron en el futra trawün las alternativas de un conflicto que sostienen con un vecino winka, quien contó con el desmedido apoyo de la Municipalidad de Epuyén y de la Policía de Chubut. Los mayores de los Liempe residen en el paraje hace al menos 150 años y la tranquilidad de una de sus familias comenzó a alterarse cuando desde 2008, accedió a un campo vecino Daniel Massi, quien habitualmente reside en el conurbano bonaerense. Después de solicitar permiso para acceder a su campo por el espacio territorial de la comunidad Liempe, el recién llegado comenzó a incurrir en abusos al transitar con vehículos 4×4 y cuatriciclos a alta velocidad, muy cerca de la vivienda de una anciana. Ante las objeciones de la comunidad, se arribó a un acuerdo en la Municipalidad de Epuyén, por el cual un integrante de los Liempe cedería una parte de su campo para la apertura de un camino y la instalación de un puente.
Como contrapartida, la Municipalidad debía mensurar el espacio territorial de la comunidad. Hasta el momento, si bien el camino se abrió, la Municipalidad está en mora respecto de la mensura. Ante el agravamiento de la situación, recientemente los peñi cerraron la tranquera para impedir el acceso y uno de ellos se encadenó a ella para evitar el avance de una máquina retroexcavadora y de un destacamento policial. Ante la férrea resistencia de la comunidad, la Municipalidad y el contingente de uniformados, abandonaron el lugar.
El futra trawün expresa su sorpresa ante la llamativa concurrencia de la Municipalidad de Epuyén y la Policía de Chubut, detrás de los intereses de un particular recién llegado, conducta que despierta muchas suspicacias ante otras experiencias escandalosas que ya tuvieron lugar en otras localidades y desembocaron en negociados inmobiliarios. Además, cuestiona al auxiliar de Fiscalía José Arbiza, quien se negó a recibir denuncias por parte de la comunidad, a pesar de la rotura de candados y de la violencia con que Massi accede a su espacio territorial. También provoca estupor que se disponga que 20 efectivos policiales muy pertrechados, se presten para intimidar a una familia que se integra por una anciana de 86 años, una pareja y tres niños. Además, la comunidad Liempe puso de relieve llamativas actuaciones por parte del intendente Antonio Reatto, del juez de Paz Juan Huayquil y de su suplente Juan Carlos Correa.
Por experiencias anteriores en comunidades de Lago Puelo y Vuelta del Río, sabemos que los caminos no siempre son sinónimos de progreso para el pueblo mapuche. En este caso, el que abrió la Municipalidad de Epuyén parte en dos el espacio territorial de la comunidad Liempe y hasta el momento, es sinónimo de perjuicios.
El futra trawün reivindica el derecho de la comunidad Liempe a determinar el destino de su espacio territorial y saluda el valor que pusieron de relieve nuestros peñi y lamgen en su defensa.
Durante las deliberaciones se expresó que “levantar kamaruko” y otras ceremonias de la espiritualidad mapuche “es una manera de resistir”. Para nosotros, el Wallmapu no es sólo tierra, más bien es “un espacio dador de vida”. En la práctica y continuidad de nuestra manera de entender la espiritualidad es donde nos paramos como mapuche. No somos campesinos, no somos agricultores familiares… En ese sentido, extrañamos en el trawün a los abuelos hablantes de mapuzungun que solían acompañarnos años atrás. La mayoría de ellos ya no están entre nosotros y nos hacen falta sus “buenos consejos”. Eran depositarios de los protocolos mapuche y resguardar esas formas, también tiene que ver con ser mapuches. Como el mapuzungun nos une, el futra trawün insta a los peñi y lamgen a volver al habla de nuestros mayores, que es el habla de la tierra. Sólo al comprender el az mapu, es decir las leyes de la naturaleza, es posible desarrollar kume mongen (buen vivir). Entonces, volver al mapuzungun y preservar las formalidades que elaboraron nuestros mayores (Az mongen, Nor Feleal, Az Mapu), es una tarea que tenemos que asumir como pueblo, porque para nosotros, el control y la recuperación territorial sólo tienen sentido en el marco de la cosmovisión mapuche.
La comunidad Cayún puso en común las situaciones de conflicto que sostiene con la Municipalidad de Lago Puelo y empresarios del sector privado que tienen fuertes vínculos con el Estado. Su espacio territorial se sitúa en la margen oeste del río Azul pero sus mayores sufrieron considerables pérdidas en favor de Parques Nacionales y como consecuencia de maniobras especulativas, previa entrega de algunos títulos de propiedad individual. “Si soy parte o hermano de la naturaleza, no puedo ser su propietario”, razonó el werken de la comunidad. Como contrapartida, el horizonte de los funcionarios municipales se limita a las posibilidades que brindan el negocio inmobiliario y los aprovechamientos turísticos.
Hace más de 20 años que la comunidad Cayún solicita a la Municipalidad de Lago Puelo el título comunitario de su espacio territorial. Para argumentar su negativa o la dilación, se vale de una ridícula versión de la historia lugareña que escribió Julio Traverso y Gamboa, pretendido historiador que en su relato, soslaya la preexistencia de las familias mapuche que residen en la zona desde comienzos del siglo XX o antes. Desde ya, esas omisiones y mentiras que pueblan la historia, se relacionan con el interés económico de quienes la escriben.
La comunidad Cayún también sostiene un diferendo con Alejandro Korn, nombre tristemente célebre en la región, quien pretende hacerse de los campos que anteriormente plantó con pinos uno de sus ex clientes. Esas parcelas están dentro del espacio territorial de la comunidad. Ambas conflictos se tramitan en el Poder Judicial. Además, la comunidad se mantiene en alerta por la persistencia de rumores que refieren al proyecto de construir un camino hacia Chile, iniciativa que implicaría avanzar con la traza en su espacio territorial, sobre el cual la comunidad nunca fue consultada.
El futra trawün expresa que aunque para el Estado se trate de “tierras fiscales”, éste no puede disponer a su arbitrio de ellas, porque conforman el territorio mapuche. Y urge a la Municipalidad de Lago Puelo que otorgue el título de propiedad comunitaria al lofche Cayún. La demora constituye una violación importante a los derechos de la comunidad Cayún como integrante del pueblo mapuche.
Por último, uno de los asistentes al trawün relató la situación que afrontó recientemente en el Registro Civil de Bariloche, al intentar registrar a su hijo recién nacido con el apellido materno en primer término, dada su condición mapuche. Las autoridades obstaculizaron la decisión familiar al invocar la vigencia de un artículo del Código Civil, que ordena designar a los niños con el apellido paterno o en todo caso, con el apellido materno en segundo término.
Al concretarse la Campaña al Desierto el Estado puso en marcha diversos dispositivos tendientes a borrar la identidad mapuche, entre ellos, los desmembramientos familiares, la entrega de niños y niñas mapuche a familias de la oligarquía argentina, la imposición de bautismos cristianos y el registro arbitrario en los juzgados de Paz.
Como consecuencia, son innumerables los casos de mapuche que llevan apellidos winka que les fueron impuestos. Entonces, como manera de revertir aunque muy parcialmente esa faceta del etnocidio, reclamamos que sea posible imponer el apellido materno en primer término cuando éste fuera mapuche, en caso de que así fuera la decisión de la pareja. Es un derecho de los pueblos originarios y será una manera de contribuir a la continuidad cultural de nuestro pueblo.
Fey kay muten.

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