domingo, 19 de octubre de 2014

Feminismo liberador

Eduardo Nabal Aragón

No hace tanto que la editorial "Traficantes de Sueños" ha publicado en su excelente colección "Mapas" el ensayo "Revolución en Punto Cero", el segundo libro traducido al castellano de la activista y profesora Silvia Federeci, tras la buena acogida de "El Calibán y la Bruja. Capitalismo y acumulación originaria", donde analiza la historia del capitalismo con un enfoque de género.

Federeci utiliza a Marx y sus discípulos pero siempre va más allá, atendiendo a ofensas invisibilizadas, materiales o simbólicas. Desigualdades estructurales y formas de subjetivación opresivas. En esta ocasión la autora recoge antiguos y nuevos artículos para hablarnos de algo, aún hoy en día, aparentemente poco visible: “El trabajo doméstico”, un trabajo todavía asociado, en su mayor parte, a las mujeres, en diferentes latitudes de nuestro planeta. Federeci desde muchos ángulos analiza y documenta como se ha asignado a éstas un tipo de trabajo no solo “no remunerado” sino que se ha pretendido inherente a lo femenino y al papel tradicional de esposa-madre, el trabajo en casa, al ángel del hogar. Invisibilizado, ninguneado, impuesto de forma sutil pero también violenta. Esas ofensas simbólicas de las que habla Nancy Fraser en su artículo “Heterosexismo, falta de reconocimiento y capitalismo” (New Left Review).

Desde el EEUU de los 70- en plena emergencia de un feminismo revolucionario- a los nuevos escenarios de países en un mundo globalizado en los que se libra una guerra silenciosa contra mujeres pobres y los/as jóvenes que ven como se escapan oportunidades y sus derechos conseguidos, de mano de sus gobiernos o infraestructuras bancarias . Desde tiempo inmemorial, y a pesar de los avances, madres, esposas, hijas han sido objeto de una explotación no siempre considerada del todo por la izquierda y sus batallas, a pesar de su importancia insoslayable en la economía mundial y su funcionamiento en distintos momentos históricos.

Las batallas domésticas que ella documenta con su habitual erudición y coherencia, sin abandonar una prosa accesible, esas micro luchas que se han librado y se siguen librando en muchos hogares ya no son solo por una posible y justa “remuneración” sino por un reconocimiento personal y social, aún hoy, bastante pobre o limitado, incluso por parte de otras mujeres. Federeci dedica su libro “Revolución en punto cero” a la escritora y activista egipcia Nawal El Saadawi cuyo libro “Mujer en punto cero” ha inspirado el título de su colección de ensayos, además de su talante comprometido por los derechos y autodeterminación de las mujeres en los llamados países musulmanes, siempre desde una perspectiva no colonialista y antiimperialista.

Escritos en diferentes épocas los capítulos de “Revolución en punto cero” nos devuelven la voz lúcida, culta y comprometida de una autora ya clásica en la llamada “economía feminista”, desde los 70 hasta nuestros días. “Trabajo doméstico y luchas feministas” recoge el pasado que nos ha traído hasta aquí sin cambios profundos pero sobre todo mira hacia el futuro. Engloba las situaciones de desigualdad en marcos amplios como la llamada “globalización”, las formas de colonialismo vigentes, las luchas horizontales y el llamado “trabajo reproductivo”, impuesto o limitado por diferentes formas de organizar la economía y la política. Trabajos que curiosamente no son todavía considerados “Productivos” y por los que la autora reclama un salario. Algo más que importante en unos momentos en los que aquí y ahora se cuestionan por la derecha en el poder muchas de las conquistas logradas por el movimiento feminista tras largas décadas de lucha en el Estado Español.

El libro de Federeci expone con una extraña lucidez la raíz de los problemas que siguen llevando, de distintas formas, a situaciones de subordinación, dependencia, temores, abnegación, ausencia de libertades, autorepresión...Esas mujeres que trabajan pero, al menos en teoría, “no pertenecen a la clase trabajadora” son las protagonistas de este enorme ensayo, de alcance universal, todavía urgente y como su anterior trabajo la autora une políticas, geografías, culturas y posiciones de la mujer en sociedades de ayer, hoy y mañana.

Ese “capitalismo gore” del que habla la mexicana Sayak Valencia (entrevistada por Diario Progresista) en su libro, esa organización socioeconómica que se perpetúa ¿silenciosamente? es uno de los elementos clave de un ensayo feminista ya imprescindible pero no solo destinado a las mujeres, sino a todos los que hoy hacen o creen en el feminismo como posible herramienta de construcción de algo nuevo y mejor a nuestro alrededor.

Os dejo con unas palabras de la propia Federeci

[EL TRABAJO INVISIBILIZADO]

“Partiendo de nuestra situación de mujeres, sabemos que la jornada laboral que efectuamos para el capital no se traduce necesariamente en un cheque, que no empieza y termina en las puertas de una fábrica, y así redescubrimos la naturaleza y la extensión del trabajo en sí mismo. Porque tan porto levantamos la mirada de los calcetines que remendamos y de las comidas que preparamos, observamos, que, aunque no se traduce en un salario para nosotras, producimos ni más ni menos que el producto más precioso que puede aparecer en el mercado capitalista: la fuerza de trabajo”

(Revolución en punto cero. Trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas. Editorial Traficantes de Sueños. Colección Mapas nº 36)

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